El presidente de Portugal convoca elecciones anticipadas para el 5 de junio

La crisis portuguesa quedo este jueves a la espera de la celebración de elecciones anticipadas el próximo 5 de junio y pendiente de un posible rescate financiero que nadie parece dispuesto a pedir aunque muchos expertos consideran inminente.

El jefe de Estado portugués, el conservador Aníbal Cavaco Silva, anunció que acepta la renuncia presentada el 23 de marzo por el primer ministro socialista José Sócrates, y convocó las elecciones, anticipadas en dos años y medio.

Cavaco aclaró que tras la disolución de la Asamblea Legislativa el Gobierno de Sócrates continua en funciones y con las atribuciones suficientes para tomar las decisiones financieras que exija el país, en alusión a la petición del rescatePero el ministro portugués de Finanzas, Fernando Texeira dos Santos, insistió en que su dimisionario Gobierno socialista no está capacitado para pedir la ayuda externa y que, si es necesaria, debe ser el jefe de Estado quien la solicite.

Teixeira, declaró a la televisión lusa que el Gobierno "no está en las mejores condiciones" para asumir compromisos y carece de "legitimidad" para pedir ayuda y comprometer cualquier meta o dar garantías a los acreedores. El ministro recordó que su partido ya presentó la semana pasada un plan económico en el Parlamento, que contaba con el apoyo de Bruselas y hubiera evitado recurrir al rescate, pero fue rechazado por la oposición, cuyo principal partido es el Social Demócrata (PSD, centroderecha) de Cavaco.

¿QUIÉN PIDE LA AYUDA?

Otros miembros del Gobierno, como el ministro de la Presidencia, Pedro Silva Pereira, y el propio Sócrates, han rechazado la posibilidad de que sea este Ejecutivo el que pida la ayuda, que debería provenir del fondo de rescate de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional (FMI).

El presidente luso pintó hoy un negro cuadro de la situación económica, política y social de Portugal y pidió a todos los partidos que ayuden a lograr, tras las elecciones, un clima que permita superar los problemas nacionales "extremadamente graves".Los partidos lusos preparaban ya la campaña electoral convencidos del inevitable adelanto de los comicios, que se confirmó horas después de que el Gobierno dimisionario reconociera un aumento de 3.000 millones de pérdidas en el sector público que eleva el déficit del pasado año desde el 7,3 al 8,6 por ciento.

Cavaco explicó que se ha decantado por convocar elecciones anticipadas en dos años y medio en consonancia con la opinión expresada por todos los partidos políticos y con la recomendación unánime del Consejo de Estado, un organismo asesor en el que participan Sócrates y otras 18 personalidades políticas lusas.

Estas elecciones se celebrarán "en un momento crítico de la vida nacional", subrayó Cavaco al destacar el fuerte desequilibrio de las cuentas públicas, el endeudamiento externo, las elevadas necesidades de financiación del Estado y los altos intereses que paga Portugal. Pero Sócrates ha culpado públicamente a la "avaricia" de poder del partido del jefe del Estado, que en las encuestas se acerca ahora a la mayoría absoluta, de la caída de su Gobierno y la crisis política que ha agravado la situación financiera.

A su vez el PSD le reprocha la responsabilidad de la crisis económica, por sus seis años de Gobierno, y le acusa de haber negociado el último plan de ajustes con Bruselas sin consultar con Cavaco ni con la oposición. En una clara censura a Sócrates, con el que ha tenido fuertes enfrentamientos, Cavaco justificó hoy la convocatoria de elecciones ante la "degradación de la situación política nacional" y la creciente dificultad del Gobierno minoritario para consensuar las medidas que requiere Portugal.

Sócrates presentó la renuncia después de que el Parlamento rechazó su cuarto plan de austeridad con el voto de todos los partidos de oposición. Entre ellos estuvo el de Cavaco, que con su abstención había permitido la aprobación de los tres anteriores planes socialistas de austeridad. En medio de la crisis política, la revelación del agujero del déficit portugués volvió a disparar hoy los intereses de la deuda lusa, que están ya por encima del 9,5 % en los bonos a cinco años y en el 8,33 % en los títulos a diez años.