El Papa pide una solución urgente en Siria y dice que la paz no se compra ni vende

  • Culpa a los fabricantes y vendedores de armas de la guerra en Siria
Papa Francisco a su llegada a Jordania
Papa Francisco a su llegada a Jordania |Telemadrid

El Papa ha exclamado que "el mundo necesita mensajeros de la paz" y "testimonios de paz", al tiempo que ha subrayado que la "paz no se pude comprar", "no se vende" sino que tiene que buscarse "con paciencia" y construirse "artesanalmente" mediante "pequeños y grandes gestos" en la vida cotidiana, durante la primera de las tres homilías que pronunciará en su viaje a Tierra Santa.

En la Misa en el Estadio Internacional de Amán, capital de Jordania, que ha comenzado con 20 minutos de antelación, Francisco ha pedido "gestos de humildad, de fraternidad, de perdón y de reconciliación" porque son "premisa y condición" para una paz "auténtica, sólida y duradera" ante más de 40.000 personas, incluyendo refugiados cristianos provenientes de Palestina, Siria e Irak.

Durante la homilía, en cuyo altar estaban las imágenes de los santos de la Iglesia católica Juan Pablo II y Juan XXIII, el Papa ha expresado que "su corazón" se dirige también a los numerosos "refugiados cristianos" provenientes de Palestina, de Siria y de Irak y ha mostrado su "cercanía" al tiempo que ha promovido el encuentro con los demás "más allá de las diferencias de ideas, lengua, cultura, religión".

Tras recorrer el espacio del estadio internacional en papamóvil, saludando a todas las personas allí reunidas, ha recalcado que el camino de la paz "se consolida" si se reconoce que todas las personas tienen "la misma sangre" y forman "parte del género humano" y si no se olvida que hay "un único Padre del cielo" y que "todos son sus hijos, hechos a su imagen y semejanza".

"LA VARIEDAD ES SIEMPRE UNA RIQUEZA"

En un estadio donde ondeaban banderas de todo el mundo, repicaban campanas y sonaba música en un ambiente de fiesta, el Pontífice ha subrayado que "la diversidad de personas y de ideas" no debe provocar "rechazo o crear obstáculos", porque la "variedad es siempre una riqueza".

Durante la misa, en la que han recibido el sacramento de la comunión 1.400 niños, ha pedido que el Espíritu Santo unja con "la misericordia que cura las heridas de los errores, de las incomprensiones, de las controversias" y que envíe "a los caminos, arriesgados pero fecundos, de la búsqueda de la paz".

"Con la unción del Espíritu, la santidad de Jesucristo se imprime en nuestra humanidad y nos hace capaces de amar a los hermanos con el mismo amor con que Dios nos ama", ha resaltado.

Además, ha explicado que Amán, capital de Jordania, no está muy lejos del lugar en el que el "Espíritu Santo descendió con su fuerza sobre Jesús de Nazaret", después del bautismo de Juan en el río Jordán. "Las diversas intervenciones del Espíritu Santo forman parte de una acción armónica, de un único proyecto divino de amor", ha agregado al destacar a su vez que "la misión del Espíritu Santo consiste en generar armonía y obrar la paz en situaciones diversas y entre individuos diferentes".

CULPA A LOS FABRICANTES Y VENDEDORES DE ARMAS DE LA GUERRA EN SIRIA

Posteriormente, el Pontífice visitaba Betania, el lugar donde la historia sitúa el bautismo de Jesús. Allí el papa Francisco afirmó que el odio y la codicia del dinero son la raíz y la causa de la guerra y acusó de la continúe la guerra en Siria a todos aquellos que negocian con los conflictos y fabrican y venden armas.

En un discurso ante cerca de 600 personas que abarrotaban la iglesia levantada en , el Pontífice pidió a los presentes "que busquen en su corazón una palabra para que esta pobre gente se convierta", e instó a la comunidad internacional a ayudar a Siria a salir del conflicto.

"Las raíces del mal están en el odio y la codicia por el dinero. Esto nos debe hacer pensar", afirmó Bergoglio, quien pidió que "prevalezca la razón" para que pueda volver a reinar la paz en Siria "con la ayuda internacional".

El Papa Francisco, que volvió a salirse del guión establecido, subrayó asimismo que el diálogo es la única vía para solucionar la guerra fratricida en Siria y solicitó a todas las partes implicas que se avengan a negociar.

"Me dirijo a la comunidad internacional para que no deje sola a Jordania ante la emergencia humanitaria que se ha creado con la llegada de un número tan elevado de refugiados, sino que continúe e incremente su apoyo y ayuda. Y renuevo mi vehemente llamamiento a la paz en Siria", subrayó.

"Que cese la violencia y se respete el derecho humanitario, garantizando la necesaria asistencia a la población que sufre. Que nadie se empeñe en que las armas solucionen los problemas y todos vuelvan a la senda de las negociaciones", recalcó ante refugiados sirios, cristianos y musulmanes.

Bajo un cálido atardecer a las puertas del desierto, Francisco destacó que "la solución, de hecho, sólo puede venir del diálogo y de la moderación, de la compasión por quien sufre, de la búsqueda de una solución política y del sentido de la responsabilidad hacia los hermanos".

"El lugar en que nos encontramos nos recuerda el bautismo de Jesús. Viniendo aquí, al Jordán, para ser bautizado por Juan, se mostró humilde, compartiendo la condición humana: se rebajó haciéndose igual a nosotros y con su amor nos restituyó la dignidad y nos dio la salvación", afirmó.

"Nos sorprende siempre esta humildad de Cristo, cómo se inclina ante las heridas humanas para curarlas. Y, por nuestra parte, nos sentimos profundamente afectados por los dramas y las heridas de nuestro tiempo, especialmente por las que son fruto de los conflictos todavía abiertos en Oriente Medio", agregó.

Francisco, que minutos antes rezó de pie a orillas del Jordan y bendijo sus aguas como hicieran sus predecesores, Juan Pablo II y Benedicto XVI, tuvo sus palabras más cálidas para aquellos niños que han tenido que abandonar sus ahogares y refugiarse en Jordania a causa de la guerra civil en Siria.

"Pienso, en primer lugar, en Siria, lacerada por una lucha fratricida que dura ya tres años y que ha cosechado innumerables víctimas, obligando a millones de personas a convertirse en refugiados y a exiliarse en otros países", afirmó Francisco, a quien dedicaron una salve rociera.

El Papa, que en el mismo lugar de Maghtas se despidió con un fuerte y cómplice apretón de manos de los reyes de Jordania, también tuvo palabras para los jóvenes, a los que pidió oración y compromiso para crear una sociedad más igual.

"A ustedes jóvenes, les pido que se unan a mi oración por la paz... Les animo a colaborar, con su esfuerzo y sensibilidad, en la construcción de una sociedad respetuosa de los más débiles, de los enfermos, de los niños, de los ancianos", afirmó.

"A pesar de las dificultades de la vida, sean signo de esperanza. Ustedes están en el corazón de Dios y en mis oraciones, y les agradezco su calurosa y numerosa presencia", apostilló Francisco, acompañado por el Custodio en Tierra Santa, Pierbattista Pizzaballa, y el Patriarca Latino, Fuad Twal.