Dilma Rousseff: "El golpe es una farsa jurídica y política"

  • El Senado brasileño aparta a Dilma Rousseff del cargo 180 días
  • El vicepresidente Temer la sustituirá de forma interina y presenta hoy su gabinete

Dilma Rousseff no podrá seguir gobernando en Brasil al menos durante 180 días. El Senado de Brasil acaba de aprobar someter a un juicio político a la mandataria Dilma Rousseff y la ha apartado del cargo por un periodo de hasta 180 días, tiempo máximo para que concluya el proceso y en el que será sustituida por su vicepresidente, Michel Temer.

En la votación, que se produjo después de una sesión continua de 20 horas y media de duración, 55 senadores se pronunciaron a favor del juicio político y 22 votaron en contra

Para abrir el juicio político contra Rousseff bastaba con una mayoría simple, pero con este resultado, se rebasó el umbral de la mayoría calificada de dos tercios, 54 de los 81 senadores, que son necesarios para lograr la destitución definitiva al final del proceso.

"ES UN GOLPE"

Poco después de ser suspendida de su cargo por el Senado, Rousseff afirmó que en el juicio político al que será sometida no estará en juego su mandato, sino el "futuro" del propio país.

Arropada por quienes fueron sus ministros y colaboradores, Rousseff hizo un pronunciamiento en el Palacio presidencial de Planalto tras ser notificada de su suspensión y aseguró que sufre "la mayor de las brutalidades que se puede cometer contra un ser humano: castigarlo por un crimen que no cometió".

Rousseff hizo un emocionado discurso pero supo mantener el temple para volver a denunciar lo que en su opinión es un "golpe", frente al cual pidió a sus partidarios que se mantengan "movilizados, unidos y en paz", porque "la lucha por la democracia no tiene una fecha para acabar".

La mandataria, ya suspendida de su cargo durante los 180 días que puede durar el juicio político abierto hoy por el Senado, aseguró que esa decisión abre "un momento decisivo para la democracia" y el "futuro de la nación", que es lo que se jugará en el proceso.

Rousseff evitó la condición de "suspendida" y dijo que se dirigía al país en condición de "presidenta electa" por los 54 millones de votos que recibió en los comicios de 2014, cuando fue reelegida para el segundo período interrumpido hoy.

Afirmó que "lo que está en juego ahora" no es su mandato, sino "el respeto a las urnas, a la voluntad soberana del pueblo y la Constitución", las "conquistas sociales de los últimos años", la "esperanza" de los más pobres y también la enorme riqueza petrolera descubierta en aguas profundas del océano Atlántico.

Tal como ha hecho en los últimos meses, negó las acusaciones en su contra, fundamentadas en unas maniobras fiscales irregulares en que incurrió el Gobierno en 2014 y 2015, y aseguró que cuando se acusa a un gobernante sin pruebas, "en el mundo democrático se lo llama golpe".

Insistió en que es objeto de un "proceso frágil, jurídicamente inconsistente e injusto, contra alguien que no ha cometido ningún delito" y reiteró que "no existe injusticia más devastadora que condenar a un inocente".

También aseguró, en franca alusión al vicepresidente Michel Temer, que asumirá su cargo a partir de hoy, que "el mayor riesgo en este momento es que el país sea dirigido por los sin votos, aquellos que no fueron elegidos por la población y que no tienen legitimidad para enfrentar los desafíos" de Brasil.

Advirtió de que la gestión que encabezará Temer "podrá verse tentada a reprimir a quienes piensen distinto" y afirmó que ese nuevo Gobierno "será la gran razón para la continuidad de la crisis política" en el país.

"Tengo orgullo de ser la primera mujer electa presidenta de Brasil" y "lucharé con todos los instrumentos legales para ejercer mi mandado hasta el fin", indicó Rousseff, quien dijo que "el destino siempre" le reservó duros desafíos.

Citó "el dolor invisible de la tortura" que sufrió en su juventud en las cárceles de la dictadura, y el dolor de un cáncer que le fue detectado en 2009.

"Conseguí vencerlos siempre, pero ahora sufro el dolor de la injusticia y lo que más duele es la injusticia, el percibir que soy víctima de una farsa jurídica y política" cuando "creía que ya no sería necesario volver a luchar contra un golpe", declaró con la voz a punto de quebrarse y casi con lágrimas en los ojos.

No obstante, garantizó que "la lucha contra el golpe es larga, puede ser vencida y será vencida", pues "se le probará al mundo que hay millones de defensores de la democracia" en Brasil.

"Nuestro pueblo sabe que la historia es hecha de lucha y que siempre vale la pena luchar por la democracia, que es el lado cierto de la historia", declaró Rousseff, que podría recuperar el cargo si fuera absuelta en el proceso que enfrentará en el Senado.

GOBIERNO DISUELTO

Rousseff, ha disuelto ya su Gobierno tras ser separada del cargo por el Senado para responder a un juicio político, mediante un decreto publicado en el Diario Oficial en el que destituye a todos sus ministros y asesores.

La lista de ministros destituidos la encabeza el expresidente y padrino político de la mandataria, Luiz Inácio Lula da Silva, quien llegó a ser designado titular de la cartera de la Presidencia en abril pasado, pero no llegó a asumir por una decisión del Tribunal Supremo, que suspendió su nombramiento.

Lula, a quien Rousseff pretendía llevar al Gobierno para tratar de recomponer su ya desgastada base política, no pudo asumir un ministerio debido a sus problemas con la justicia, que le investiga por diversos asuntos de alegada corrupción.

SUSTITUIDA POR EL PRESIDENTE

El Senado tiene previsto comunicar su decisión hoy mismo a Rousseff, que ha anunciado que pretende realizar un pronunciamiento en breve y antes de dejar el palacio de Planalto.

Michel Temer, quien la va a sustituir de forma interina, ha previsto presentar hoy a su gabinete y ha adelantado que lo había definido "casi" por completo.

Las acusaciones contra Rousseff se fundamentan en unas maniobras fiscales irregulares en las que el Gobierno incurrió en 2014 y 2015 a fin de maquillar sus resultados, que incluyeron la omisión de multimillonarias deudas con la banca pública.

La senadora Gleisi Hoffmann, cercana a Rousseff, consideró que las maniobras fiscales no son motivo suficiente para el "impeachment" y dijo que esto sería equivalente a "penalizar con pena de muerte una infracción de tránsito".

No obstante, muchos de los senadores que votaron a favor alegaron otros motivos, como el gigantesco caso de corrupción en la petrolera estatal Petrobras, la grave crisis económica que atraviesa el país o por Rousseff haber faltado a sus promesas de campaña.

En su turno final, el autor del informe acusador en la Cámara alta, el senador Antonio Anastasia, reiteró que "hay indicios suficientes para la apertura del proceso".

El abogado del Estado, José Eduardo Cardozo, también insistió en sus argumentos de que el "impeachment" carece sustento legal e indicó que si los senadores decidieran aprobarlo, "Brasil se transformará en la mayor república bananera del planeta".

La sesión del Senado se inició a las 10.00 hora local (13.00 GMT) del miércoles, concluyó sólo en la mañana de hoy y en ella participaron 71 senadores, todos ellos con quince minutos de tiempo en la tribuna de oradores.

Rousseff vivirá a partir de ahora una suerte de destierro y existirá un limbo judicial e institucional jamás visto en la historia de Brasil.