Deserta el jefe de la Marina de Ucrania y toma el mando de la armada de Crimea

  • Putin reivindica ante Merkel la necesidad de la intervención en Ucrania
  • La OTAN se limita a pedir a Rusia respeto a integridad territorial de Ucrania

Las autoridades de Crimea, envalentonadas por la posible llegada de tropas rusas a la república ucraniana, se rebelaron abiertamente contra Kiev al crear su propia Marina de Guerra y manifestar su intención de adquirir el estatus estatal a través de un referéndum.

"Hasta hoy tenemos a un presidente legítimo, al que votó la mayoría de la población de Crimea, y es (el depuesto) Víktor Yanukovich", afirmó hoy Vladímir Konstantínov, presidente del Parlamento crimeo, organismo que "no reconoce a las autoridades de Kiev".

A la espera de que el Kremlin se decida a enviar la ayuda rusa solicitada el sábado por el Gobierno de Crimea, la autonomía ucraniana se dispone a romper amarras con las nuevas autoridades de Kiev en una consulta popular convocada para el 30 de marzo.

"Vamos a plantear la cuestión del cambio del estatuto de autonomía de Crimea al de estatuto estatal. Y sobre esta base planeamos construir relaciones con el poder central sobre principios contractuales", señaló en rueda de prensa.

De hecho, un camión llegó a las puertas del Parlamento en la capital, Simferópol, y los trabajadores comenzaron a retirar las banderas ucranianas, amarillas y azules, de la plaza para sustituirlas por banderas crimeas, azules blancas y rojas.

La pregunta que las autoridades locales plantearán a sus ciudadanos es: "¿Apoya usted la autodeterminación de Crimea en el seno de Ucrania sobre la base de los acuerdos y tratados internacionales?".

Mientras, el primer ministro prorruso de Crimea, Serguéi Axiónov, cuya legitimidad por su parte no reconoce Kiev, anunció hoy la creación de la Marina de Guerra de esta república autónoma.

El mando de esta Armada corresponderá al contralmirante Denís Berezovski, que, según el propio Gobierno crimeo, ha jurado lealtad a la autonomía tras desertar como comandante en jefe de las fuerzas navales ucranianas, cargo que había asumido el sábado.

Mientras, en Simferópol nadie parece desear una guerra, pero los que se manifestaron hoy, domingo, en el centro de la ciudad con banderas tricolores rusas están ansiosos porque el Kremlin les ayude a romper lazos con los que derrocaron a Yanukóvich en Kiev.

PUTIN REIVINDICA ANTE MERKEL LA NECESIDAD DE LA INTERVENCIÓN

El presidente ruso, Vladimir Putin, ha defendido en conversación telefónica con la canciller alemana, Angela Merkel, la necesidad de la intervención militar rusa en Ucrania, según ha informado el gabinete de prensa del Kremlin.

"En respuesta a la preocupación expresada por Merkel durante la llamada por los acontecimientos de Crimea y Ucrania en general, Putin ha destacado la constante amenaza de violencia de las fuerzas ultranacionalistas que pone en peligro la vida y los intereses legítimos de los ciudadanos rusos y de toda la población rusa", explica el Kremlin, según recoge la agencia de noticias Interfax-Ucrania.

En ese sentido, Putin ha señalado que "las medidas adoptadas por Rusia son completamente acordes a la extraordinaria situación actual", añade el texto.

"Vladimir Putin y Angela Merkel han acordado mantener consultas a nivel bilateral -entre los ministerios de Asuntos Exteriores- y multilateral para fomentar la normalización de la situación política en Ucrania", prosigue el comunicado de Moscú.

LA OTAN SE LIMITA A PEDIR A RUSIA RESPETO

El secretario general de la OTAN, el danés Anders Fogh Rasmussen, pidió a Rusia que respete la integridad territorial de Ucrania y retire sus tropas del país, tras mantener una reunión de urgencia de casi ocho horas.

"Condenamos la escalada militar de Rusia en Crimea", afirmó Rasmussen en conferencia de prensa, al tiempo que consideró que la incursión militar en la península de Crimea "viola las normas internacionales", y urgió a Moscú a retirar sus tropas.

Los representantes permanentes de la OTAN tuvieron un encuentro en el seno del Consejo del Atlántico Norte, la más alta autoridad de la OTAN, y luego se reunieron con el embajador ucraniano, Ihor Dolhov, en el marco de la Comisión OTAN-Ucrania y a petición de Kiev.

"Expresamos nuestra profunda preocupación por la autorización, por parte del Parlamento de Rusia, por el uso de las fuerzas armadas de la Federación de Rusia sobre el territorio de Ucrania", agregó.

Rasmussen recalcó que Rusia debe respetar sus obligaciones en virtud de la Carta de las Naciones Unidas y del espíritu y los principios de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, en los que descansan la paz y la estabilidad en Europa.

"Hacemos un llamamiento a Rusia para rebajar las tensiones", continuó e instó al país a respetar sus compromisos internacionales, a devolver sus tropas a sus bases, a abstenerse de toda injerencia en Ucrania.

El secretario general de la Alianza también tuvo palabras conciliadoras, al instar a ambas partes a "buscar inmediatamente una solución pacífica a través del diálogo", e incluso apuntó al envío de observadores internacionales bajo los auspicios del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas o de la OSCE.

EE UU AMENAZA CON EXPULSAR A RUSIA DEL G8

Estados Unidos reiteró su disposición a cooperar con Rusia en una solución diplomática de la crisis de Ucrania, pero advirtió sobre sanciones internacionales tras la invasión de Crimea.

El secretario de Estado, John Kerry, que apareció en casi todos los programas dominicales de noticias en la televisión, calificó la ocupación rusa de la península en el sur de Ucrania como "un acto descarado de agresión".

"Es una violación de la ley internacional y una violación de la Carta de las Naciones Unidas", sostuvo Kerry. "Es una acción del siglo diecinueve que pone en duda la capacidad de Rusia para vivir en el mundo moderno".

"Si Rusia quiere seguir siendo miembro del Grupo de los 8 debe comportarse como un miembro del Grupo de los 8", agregó el secretario de Estado, quien dijo que Washington considera el boicot a la cumbre de esa entidad, programada para junio en la ciudad rusa de Sochi.