Decapitan a un fraile franciscano en Siria

  • La Custodia de Tierra Santa desmiente que Francois Murad sea uno de los decapitados
  • Aunque confirman que Murad murió dias antes a manos de los rebeldes sirios y en circunstancias muy confusas

Un sacerdote, presumiblemente franciscano, habría sido decapitado a manos de rebeldes en Siria, ante decenas de personas en medio de vítores y alabanzas de "Alá es el más grande".

Un vídeo difundido por internet muestra cómo un grupo de opositores al régimen de Bachar al Asad encapuchados leen una suerte de condenas a varios hombres maniatados y arrodillados en el suelo, entre los que se aprecia uno que parece vestir una sotana de color oscuro.

Presumiblemente el franciscano es acusado de tener números de teléfono oficiales, razón que los rebeldes esgrimen para vincularlo al régimen sirio o de dar refugio a partidarios de al Asad.

Poco después un verdugo decapita con un cuchillo de pequeñas dimensiones al clérigo ante la atenta mirada de decenas de personas, algunas de las cuales graban la ejecución con sus móviles mientras se escuchan gritos de "Alá es el más grande".

Aunque en un primer momento se presumió que pudiera tratarse del religioso Francois Murad, la Custodia de Tierra Santa desmintió hoy que se tratara de él. "La persona que aparece en el vídeo mientras es decapitada ni es franciscano ni es el padre Murad", aseguró a Efe el vicecustodio de Tierra Santa, padre Artemio Vítores, que añadió que así lo han confirmado varios frailes recién llegados a Jerusalén desde Líbano y que están muy en contacto con sus hermanos en Siria.

"Al principio nos asustamos mucho al ver el vídeo", dijo Vítores, que sí confirmó la muerte de Murad cuando fue asaltado por presuntos rebeldes sirios el convento franciscano de San Antonio de Padua, situado en Gasaníe, en la carretera que une las ciudades sirias de Alepo y Latakia, y en el que se había refugiado.

Asimismo, un comunicado de la sede de la Custodia en Jerusalén informó la pasada semana de la muerte, el 23 de junio, presuntamente a manos de los rebeldes sirios y en circunstancias muy confusas, del padre Murad, que en la actualidad oficiaba como eremita y estaba ligado a la Iglesia católica-melquita.

Pese a no ser ya franciscano y pertenecer a la Iglesia Greco-Católica Melquita "sus vínculos con la Custodia siguieron siendo fuertes y solía ir con frecuencia a ayudar a los distintos conventos, sustituyendo a los frailes, hasta tal punto que era uno de los nuestros", explicó en un comunicado el Custodio de Tierra Santa, Pierbattista Pizzaballa.

"Desde el comienzo de la guerra en Siria, dejó su ermita para asistir a un fraile enfermo y prestar servicio en una comunidad religiosa vecina, y encontrarse así más seguro. Las circunstancias trágicas de su muerte se sienten especialmente en la Custodia", señaló Pizzaballa.

"La situación es dramática. Como sigamos así no va a quedar ningún cristiano en Siria", advirtió Vítores, que lamentó que los gobiernos occidentales "estén ayudando a los rebeldes sin tener en cuenta que entre ellos hay de todo, y los hay que matan a los cristianos".

"Dicen que apoyan a los moderados, pero no todos son moderados. No se puede dar dinero a gente que mata cristianos", sentenció.

"Hay lugares en Siria donde había hasta cuatro mil cristianos y ahora quedan solo diez", aseguró.

La orden franciscana, precisó, tiene en este momento a 26 frailes en Siria y mantiene cuatro conventos en Damasco, otros tantos en Alepo, cuatro más en la zona del Oronte, cerca de la frontera con Turquía, y dos en Latakia, además de varios pequeños monasterios o casas para campamentos de verano infantiles.