El Gobierno sirio anunció su participación en el diálogo de paz en Ginebra con la oposición, a partir del próximo lunes, aunque estableció como "línea roja" la figura del presidente Bachar al Asad.
"Vamos a ir a Ginebra para lograr el éxito de las negociaciones, aunque esto no depende de nosotros, sino de las otras partes que van a asistir. Si en su mente albergan la idea de recibir el poder - lo que no han logrado sobre el terreno-, van a fracasar", dijo Al Mualem en una rueda de prensa en Damasco.
El jefe de la diplomacia siria advirtió de que las autoridades no dialogarán con nadie "que hable de la Presidencia, porque Bachar al Asad es una línea roja". "Si (la oposición) tiene ese sueño, mejor que no vaya" a la ciudad suiza, sentenció Al Mualem.
Precisamente, la marcha del presidente sirio es una de las principales reivindicaciones de la Comisión Suprema para las Negociaciones (CNS), la principal alianza opositora, que ayer anunció que tomará parte en la cita de Ginebra, auspiciada por la ONU. La CSN adelantó que asistirá a las conversaciones por su "compromiso con los esfuerzos internacionales para detener el derramamiento de sangre y encontrar una solución política".
Además, avanzó su intención de que el diálogo se concentre en el establecimiento de un Gobierno interino en Siria con todas las prerrogativas. Hace tres días, el enviado de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, fijó para el 14 de marzo el inició de "conversaciones sustantivas" entre las delegaciones gubernamental y opositora sobre la creación de un Ejecutivo de transición, una nueva Constitución y elecciones generales en 18 meses.
En su comparecencia ante la prensa, Al Mualem criticó al mediador por afirmar que en las conversaciones se abordará la celebración de esos comicios. "Ni De Mistura ni nadie puede hablar sobre elecciones presidenciales. Esto es un derecho exclusivo de los sirios", remarcó el titular de Exteriores, quien exigió al emisario internacional "objetividad" y "neutralidad".
"Le digo al enviado de la ONU que no vamos a aceptar que se vuelva a desviar de la objetividad para satisfacer a esta persona o a aquel país. Si quiere que su misión tenga éxito debe mantenerse en la objetividad, y si no, está destinado al fracaso", zanjó.
La delegación del Gobierno sirio viajará a Ginebra en medio de un descenso de la violencia en Siria debido al alto el fuego iniciado el pasado 27 de febrero y aceptado por el Ejecutivo de Damasco y la CSN.
Según los datos difundidos hoy por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, al menos 381 personas, de las que 110 eran civiles, han muerto en las zonas donde se aplica la tregua en las últimas dos semanas, frente a las 865 que han perdido la vida en las áreas controladas por el grupo terrorista Estado Islámico (EI).
Tanto el Estado Islámico como el Frente al Nusra, filial siria de Al Qaeda, están excluidos del alto el fuego. De Mistura reveló el pasado miércoles que la ONU considera el cese de las hostilidades como "indefinido", y no solo de dos semanas, como estaba previsto inicialmente.
Durante la rueda de prensa, Mualem consideró que la crisis está llegando a su fin si se tienen en cuenta los avances del Ejercito.
Y estableció una segunda línea roja: "Rechazamos hablar de federalismo (en Ginebra) porque estamos a favor de la unidad de Siria, su estabilidad y la seguridad de su territorio".
No es la primera vez que representantes de ambas partes se dan cita en Suiza, ya que en enero se inició un ronda de negociaciones indirectas que se interrumpió de forma abrupta tras el inicio de una ofensiva de las fuerzas gubernamentales en la provincia de Alepo.
Anteriormente, el Gobierno y la oposición se habían sentado en la misma mesa de conversaciones entre enero y febrero de 2014, pero fracasaron por la falta de acuerdo sobre el orden de los temas que abordar en la agenda de diálogo.
El Ejecutivo defendía hablar primero de terrorismo, mientras que los opositores querían iniciar las negociaciones sobre la formación de un Gobierno de transición.
El comienzo de "negociaciones sustantivas" en Suiza coincide ahora con el quinto aniversario del estallido del conflicto en Siria el 15 de marzo de 2011, en el que, de acuerdo con las cifras del Observatorio, han muerto más de 270.000 personas.
