Blair presenta a Aznar en sus memorias como un "duro negociador" en Bruselas

  • Blair afirma en sus memorias que Brown tenía "inteligencia emocional cero"
  • "Hacia el final, francamente, resultó muy difícil, casi imposible (trabajar con él)", dice

El ex primer ministro británico Tony Blair presenta en sus memorias al ex presidente del Gobierno español José María Aznar como un "duro negociador" en Bruselas y como un generoso anfitrión. En el libro, puesto este miércoles a la venta en el Reino Unido bajo el título de "Un Viaje", Blair relata su primer contacto con Aznar a finales de mayo de 1997 poco después de su llegada al número 10 de Downing Street.

Aznar necesitaba que el tratado de Amsterdam reflejase "la posición especial de España como recipiente de apoyo europeo y como un país grande junto a otros grandes, no un país pequeño"."Esto era un problema para los otros 'grandes', en especial para los alemanes, dirigidos por Helmut Kohl", escribe.

Los holandeses "recurrieron, con apoyo alemán, a la vieja táctica de dejar para el final las demandas españolas", recuerda Blair, según el cual se trataba de presionar a España advirtiéndola de que su obstinación ponía en peligro "la estabilidad de Europa"."¿Es que no tenéis sentido de la historia? ¿Queréis ser responsables del fracaso europeo?, etc. Muchas tonterías, pero que han resultado eficaces en numerosas ocasiones", explica el ex líder laborista.

ABLANDAR A AZNAR

"No así con Aznar", agrega Blair, que recuerda que después de que se le ofreciera "un compromiso, ni bueno ni malo", el entonces presidente español insistió en sus exigencias y se fue a la sala de al lado a fumar un cigarro. Según la versión de Blair, todos intentaron ablandar al jefe de Gobierno español, cada uno a su manera: el primer ministro holandés, Wim Kok, con suavidad, a la manera de los protestantes de su país, el presidente francés, Jacques Chirac, en plan "mandón, muy a la francesa".

Finalmente, el canciller federal alemán, Helmut Kohl "se levantó de su asiento y se fue con su considerable peso a ver a Aznar", cuenta Blair, quien le compara a una especie de "fuerza inexorable en busca de un erizo"."Regresó todo perplejo. Inexplicablemente, el erizo no se había dejado aplastar", así que Kohl le pidió a Blair que lo intentara a su vez.

CHARLA ENTRE BLAIR Y AZNAR

"Entré donde estaba sentado José María, solo con su intérprete y su cigarro, al que daba caladas como si no tuviese la mínima preocupación. Prescindimos del intérprete y hablamos francés", recuerda Blair.

Éste le dijo entonces al político conservador español lo importante que era que aceptara el compromiso y lo decepcionado que estarían todos, sobre todo el canciller alemán si no lo hacía. "Ya lo sé. Estoy tan triste", dijo Aznar "con enorme mueca", y agregó, según cuenta Blair: "¿Puedes llevarle este mensaje? Diles que ya les expliqué cuáles eran las condiciones para que el tratado fuera aceptable para España y las expuse al principio. Hasta ahora no me han vuelto a preguntar"."Pero si lo hubiesen hecho, les habría repetido que ésas son las condiciones aceptables para España. Y además, mira, dijo Aznar, sacando algo de su bolsillo, me quedan muchos más cigarros para fumar".

Blair termina su referencia a aquella dura negociación señalando que Aznar logró lo que quería. El político británico recuerda todo eso a propósito de la invitación que le dirigió años más tarde Aznar después de que aquél lograra la firma del acuerdo de paz en Irlanda del Norte para que pasara la Semana Santa con su familia en España.

Debido a las negociaciones de paz, Blair tuvo que mandar 48 horas antes a su esposa, Cherie, y a sus hijos, tiempo durante el cual Aznar trató a su familia "con enorme amabilidad y efusiva bondad"."Creo que a la mayoría de los líderes mundiales los habría desconcertado algo tener que ocuparse de la familia de otro líder, una familia a la que nunca habían visto y además con niños", escribe el ex líder laborista. "Pero (Aznar) lo tomó todo con perfecta ecuanimidad, lo cual sentó las bases de una amistad personal duradera que tendría importantes consecuencias más tarde", dice Blair en clara alusión a la guerra de Irak.

SOBRE LA GUERRA DE IRAK

Páginas más adelante, recuerda que la opinión pública europea estaba muy en contra de atacar a Irak como pretendían él y el presidente de EEUU, George W. Bush. "José María Aznar me dijo que (en España) sólo un 4 por ciento estaba a favor de una acción militar. Y yo le dije que ése era más o menos el porcentaje que se obtendría si se preguntaba a la gente si creía que Elvis Presley estaba aún vivo".

"Pero (Aznar) era un tipo duro y estaba decidido a permanecer firme junto a (los EEUU de) América. Creía, como yo, que la posibilidad de un vínculo entre la proliferación de armas de destrucción masiva y grupos terroristas era demasiado real para aceptarla, y había llegado el momento de tomar postura frente al régimen, el de Sadam (Husein), que había recurrido a esas armas", escribe Blair.

GORDON BROWN, TENÍA "INTELIGENCIA EMOCIONAL CERO"

El ex primer ministro británico Tony Blair afirma en sus memorias que su sucesor, Gordon Brown, tenía "inteligencia emocional cero". En declaraciones a la BBC, que se emiten esta noche con motivo de esa publicación, el ex líder laborista califica su relación con Brown de "muy, muy difícil" aunque también "muy íntima".

"Hacia el final, francamente, resultó muy difícil, casi imposible (trabajar con él)", explica Blair, quien reconoce que "durante buena parte del tiempo que estuvimos en el Gobierno, él fue una inmensa fuente de fortaleza". "Su contribución a los éxitos del gobierno laborista estaba muy clara", señala el ex primer ministro, dando una de cal y otra de arena.

Refiriéndose a la sucesión de Brown en el cargo de primer ministro tras haber sido el titular de Finanzas, Blair afirma que en su opinión aquél debió "profundizar las reformas de los servicios públicos", algo que, sin embargo, no hizo.

"El problema", explica, es que "cuando era mi número dos, la gente tal vez sobrevaloró su capacidad para ser primer ministro" y "en sus tres últimos años, ya como primer ministro, la gente en cambio tal vez infravaloró sus puntos fuertes".

NO LAMENTA ENTRAR EN LA GUERRA DE IRAK

Refiriéndose a la guerra de Irak, Blair dice en su entrevista con la BBC no lamentar la decisión de invadir el país árabe para derrocar a Sadam Husein e impedir que desarrollara armas de destrucción masiva. Según el ex dirigente laborista, Sadam tenía la intención de producir esas armas y sólo puso "en suspenso" el programa por razones tácticas, para conseguir que se pusieran fin a las sanciones de la ONU.

"Asumo mi responsabilidad, pero no lamento mi decisión. Si dijera que sí, no sería sincero", explica el ex primer ministro, según el cual Occidente tiene que entender que "era el combate de una generación y había que involucrarse".

El ex jefe de Gobierno reconoce, sin embargo, que no previó el papel que iba a desempeñar la organización terrorista Al Qaeda en Irak tras el estallido de la guerra.

ANGUSTIADO POR LOS FAMILIARES DE LOS MUERTOS

En sus memorias, de 718 páginas, tituladas "Un Viaje", Blair se dice angustiado al pensar que los familiares de los muertos pueden creer que no le importa que se perdieran tantas vidas. "Creen que no me importa, que no siento, que no lamento con todas las fibras de mi ser las pérdidas de los que murieron (...) Lo lamento profundamente, lamento las vidas truncadas, siento pena por las familias cuyas pérdidas se han visto agravadas por la controversia" en torno a la guerra, escribe.

Blair advierte también en sus declaraciones sobre el peligro que suponen las ambiciones nucleares de Irán y no descarta que haya que intervenir militarmente también en ese caso. El ex primer ministro y hoy enviado especial de la comunidad internacional para Oriente Medio califica de "totalmente inaceptable" que Irán disponga de "capacidad nuclear".

"Creo que hay que estar preparado para impedirlo...si es necesario con las armas", dice Blair, quien agrega: "Creo que no hay alternativa. Si siguen desarrollando el arma nuclear, tenemos que enviarles ese mensaje con fuerza y claridad".

Blair debía haber presentado sus memorias hoy en una céntrica librería de Londres y en medio de fuertes medidas de seguridad por las protestas anunciadas por grupos pacifistas como la coalición "Stop the War", pero el acto no tendrá lugar ya que se encuentra en Washington para asistir a una cena en la Casa Blanca y participar de la nueva iniciativa de paz para Oriente Medio.

"En lugar de que se promocionen sus memorias, Tony Blair debería responder del terrible sufrimiento que ha causado. Por sus decisiones, Gran Bretaña se ha visto involucrada en dos guerras (Irak y Afganistán) con consecuencias desastrosas", denunció esa coalición.