Al menos tres terroristas han muerto en enfrentamientos con el ejército en Nairobi

  • Diez sospechosos han sido detenidos en relación con el asalto
  • La cooperante extremeña que estaba en el centro comercial asaltado en Nairobi "está bien"

Más de diez sospechosos han sido detenidos en relación con el asalto a un centro comercial de Nairobi cometido el pasado sábado por miembros de la milicia radical islámica somalí Al Shabab, informó hoy la Policía de Kenia.

"Hemos arrestado a más de diez individuos para interrogarlos en relación con el ataque" del centro comercial Westgate, afirmó el cuerpo policial en su cuenta oficial de la red social Twitter, sin aportar más detalles.

"Instamos a los kenianos a mantener la calma y a informar de individuos o actividades sospechosos a la agencia de seguridad del Gobierno más cercana", subrayó la Policía.

Ráfagas de disparos con distintos tipos de armamento continúan produciéndose en el edificio, rodeado por el Ejército y donde entre diez y quince asaltantes -según las autoridades- siguen atrincherados con un número indeterminado de rehenes.

De momento, precisó la Policía, "tres terroristas han muerto y otros han sufrido heridas" en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, que controlan todas las plantas del inmueble, si bien no han logrado reducir aún a los terroristas.

Hasta el momento, 62 civiles han perdido la vida en el atentado, que ha provocado también 175 heridos, confirmó hoy el ministro keniano del Interior, Ole Lenku.

Según la Policía, once soldados del Ejército keniano, que tiene sitiado el centro comercial, han resultado heridos en choques con los asaltantes.

Unas mil personas han sido evacuadas de la superficie comercial desde el pasado sábado, cuando tuvo lugar el asalto al Westgate, uno de los centros comerciales más lujosos de Nairobi y frecuentado por residentes extranjeros y kenianos de clase alta.

LA COOPERANTE ESPAÑOLA ESTÁ BIEN

Una española, de 29 años, logró escapar del centro comercial "Westgate" de Nairobi apenas hora y media después de que comenzara el asalto el pasado sábado, cuando pensó que era su "último día" e "iba a morir todo el mundo", afirmó en declaraciones a Efe.

María Martí estaba en el interior del edificio, pero en una planta y establecimiento distintos al de otra española de 50 años y su hija de 12, que se escondieron durante cuatro horas en los probadores de una tienda de ropa y también fueron evacuadas ilesas.

La joven cooperante, natural de Cáceres, recordó emocionada que "toda la gente llamaba a la familia para despedirse". "Pensábamos que íbamos a morir. Yo nunca había tenido la muerte tan cerca", dijo.

La española estaba comiendo en un restaurante del primer piso del edificio -un nivel por encima del supermercado en el que al parecer se atrincheraron los miembros del grupo radical islámico Al Shabab- cuando oyó una explosión y comenzó "un tiroteo enorme".

"La gente empezó a salir despavorida, había un revuelo enorme y fue todo una locura", relata.

Ella y un grupo de gente intentó escapar por la terraza del primer piso del centro comercial, pero había gente disparando y volvieron al restaurante, donde se ocultó junto a otras 30 personas.

"Nos metimos en la cocina del restaurante, fue terrorífico. Se oían disparos continuamente", recuerda.

La cooperante pudo enviar un mensaje de texto a su hermano para contarle lo que estaba pasando: "Creía que era un atentado y le dije que estaba allí por si tenía que localizarme, porque pensé que me iba a quedar allí".

Desde el interior, los clientes escondidos en el establecimiento tenían la sensación de que había distintos grupos de hombres armados que "se iban moviendo de un lugar a otro y disparando a todo el mundo".

Al cabo de un rato alguien intentó echar una puerta de emergencia abajo desde fuera de la cafetería, aunque no sabían si se trataba de la Policía o de los asaltantes.

Finalmente, "al cabo de una hora y media o dos", un grupo de personas no uniformadas llegó para rescatarles y conducirles corriendo al exterior del edificio, a través de una salida de emergencia.

María reconoce que nunca había tenido "la sensación de estar tan cerca de la muerte".

"Al salir fuera empecé a llorar y tuve un ataque de ansiedad. Fue tan fuerte que me cuesta incluso ponerlo con palabras", apunta.

María se encontraba en Nairobi para renovar su visado y tenía que tomar un avión en la tarde del sábado de vuelta a Turkana, una región del interior de Kenia donde trabaja en un proyecto de cooperación con mujeres.

Nada más salir, se dirigió al aeropuerto de Nairobi a coger un vuelo que le llevaría de vuelta a Turkana.

"Todavía me cuesta un poco asimilar lo que he vivido y me emociono cuando hablo, pero por otro lado me siento muy afortunada y con mucha vitalidad porque he tenido la suerte de vivir eso y poder contarlo. En realidad, no puedo pedir más", opina.

La joven lleva tres meses en Kenia y espera permanecer en el país durante un año.

Admite que, tras el asalto, ha cambiado su percepción del país, si bien asegura que su vida en Kenia es "muy agradable" y está muy satisfecha con su trabajo allí.

EMPRESARIA ESPAÑOLA: "NO SE SI QUEDA TIENDA, PERO ESTAMOS VIVOS..."

La empresaria española Ángela Messeguer, que cuenta con una tienda de su cadena en el centro comercial Westgate, en Nairobi, ocupado por los radicales islámicos de Al Shabab desde el sábado, dijo hoy que desconoce los daños en su negocio, pero que sus preocupaciones van por otros derroteros.

"No sé si queda tienda, pero estando todos vivos...", asegura Messeguer -conocida por todos como Angie- en una entrevista telefónica con Efe.

Aunque Angie frecuenta ese centro comercial con sus hijos los sábados por la mañana, no se encontraba en Westgate cuando se inicio del ataque, pero sí tres de sus cuatro empleados, que fueron evacuados sanos y salvos el mismo sábado.

Cuando tuvo noticias del tiroteo inicial, llamó a sus dependientas para conocer la situación, "pero no contestaban al teléfono", rememora.

"Una de mis chicas me llamó por fin, me dijo que había tiroteos, y que la inercia les llevó a salir de la tienda, aunque yo creo que lo mejor habría sido que se hubieran escondido en la trastienda", comenta la barcelonesa, dueña de la boutique de moda "Kaché".

"Los disparos -continúa Angie- se oían tan fuertes por el teléfono que parecía que estabas ahí. El pánico fue espantoso".

La empresaria de 48 años, que tiene cinco tiendas de "Kaché" en cinco centros comerciales distintos de la capital keniana, informaba por teléfono a sus dos dependientas de los avances de las Fuerzas de Seguridad.

"Al cabo de tres horas, me llamó el chico del almacén y me dijo: 'Ha sido espantoso'. Había subido al aparcamiento de arriba y vio a gente encapuchada disparando a todo el mundo", afirma Angie.

En ese aparcamiento se suelen organizar actividades durante los fines de semana, y en esta ocasión era el turno de una competición de cocina para niños.

"El chico del almacén estaba en estado de shock: había visto cadáveres de niños y mujeres", cuenta la catalana.

No obstante, todos sus empleados lograron salir ilesos de Westgate: "Solo cuando estaban fuera y las metieron en una ambulancia, (las dependientas) entendieron que estaban a salvo", agrega.

Entre los al menos 62 muertos que ha dejado el ataque de Al Shabab hasta el momento, se encuentra Ruhila Adatia, una periodista del diario local The Star: "Era clienta y quien cubría mis desfiles de moda", cuenta una apesadumbrada Angie.

"Compañeros de colegio de mis hijos están heridos, sus padres han sido de los últimos que liberaron...", enumera la empresaria, residente desde hace 16 años en Nairobi.

Se libró del drama la gerente de la tienda quien, en el momento del ataque se dirigía al trabajo: "Se encontró con el cordón de seguridad y no pudo pasar", apunta Angie.