Son ya 274 muertos en la mina turca y 120 están aún atrapados, según Erdogán

  • En el momento de la explosión había 787 mineros dentro y 363 lograron salir
  • El fuego y el gas dificultan el rescate de los mineros atrapados en Turquía

Los cadáveres rescatados de la mina accidentada el martes en el oeste de Turquía se elevan ya a 274, mientras que podrían estar aún atrapados otros 120 mineros, según los datos avanzados por el primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan, quien prometió que se investigará el siniestro.

Erdogan, que se ha desplazado al lugar del accidente, no alimentó esperanzas de que se pudieran hallar supervivientes en el pozo de carbón de Soma, pero subrayó que las autoridades se están ocupando de los fallecidos de la mejor manera.

"Haremos lo posible en lo material y lo espiritual. Rezan por ellos en todos los cursos coránicos y serán recordados en el sermón del viernes", indicó Erdogan, dirigente del partido islamista Justicia y Desarrollo (AKP).

Prometió también una "investigación legal para clarificar las circunstancias" del accidente, pero se negó a adjudicar responsabilidades y describió el accidente minero como fortuito, comparándolo con las desgracias ocurridas en el siglo XIX en Inglaterra.

"Deberían ustedes saber cómo funciona la minería. En 1862 murieron 262 personas en una mina de carbón de Inglaterra, en 1866 fueron 361, en 1894, otros 290, por una explosión. En China murieron 1.549 en 1942, en Japón, 458 en 1963, en India, 372 en 1975. Este tipo de accidentes ocurre todo el rato", relató Erdogan.

"Se hizo una inspección de la mina en marzo pasado y no hubo irregularidades. Trabajar sin accidentes es imposible y esta mina es una de las mejores en cuanto a condiciones de seguridad", aseveró el primer ministro.

Señaló que entre 1942 y 2010, unos 900 mineros murieron en Turquía en una serie de accidentes, siendo el mayor el sobrevenido en 1992, que dejó a 263 obreros muertos.

ENFRENTAMIENTOS EN ESTAMBUL TRAS LA TRAGEDIA

Una manifestación sindical en protesta por el accidente en una mina que se ha cobrado la vida de al menos 248 mineros turcos ha derivado en enfrentamientos con la policía antidisturbios en Estambul.

Varios de los mayores sindicatos del país se citaron en la céntrica calle Istiklal para leer un manifiesto contra la privatización de la industria minera y las subcontratas, en su opinión responsables del accidente.

Una muchedumbre de varios miles de personas, según afirmaron testigos a Efe, comenzó una marcha hacia la plaza de Taksim pero fue bloqueada por unidades de la policía antidisturbios tras recorrer la mitad del camino, y la policía cargó contra la manifestación con cañones de agua a presión, gas lacrimógeno y balas de plástico.

UNOS 787 TRABAJADORES DENTRO

Se estima que unos 787 trabajadores estaban en la mina de carbón cuando se inició un incendio que fue seguido de una explosión en una unidad de distribución de electricidad.

La explosión tuvo lugar a unos 200 metros de profundidad, pero a una distancia de dos kilómetros desde la boca de la mina, mientras que los mineros atrapados se hallan a entre uno y dos kilómetros del lugar de la detonación.

Hakan Aydin, presidente de la Asociación de Trabajadores Subcontratados, aseguró a la emisora CNNTurk que el número de muertos pasará seguro de 400 y denunció las malas condiciones de trabajo en la mina y que no se disponía de un plan de rescate en caso de accidente. "Quienes entran en la mina ahora en los equipos de rescate son los mineros de esta y otras minas de los alrededores", criticó.

Uno de esos mineros que participa en las tareas de rescate de sus compañeros indicó que al menos tres miembros de esos equipos han muerto. "La imagen abajo es increíble. Nuestros compañeros yacen unos encima de otros en las galerías. Es imposible localizar a alguien vivo con tanto gas", relató a CNNTurk.

Algunos testigos han denunciado incluso que había menores en la mina, como uno que aseguró que esperaba a poder ver el cuerpo de su sobrino de 15 años.

Esta mina fue privatizada hace un año, un proceso tras el que la empresa propietaria aseguró que volvía a dar beneficios después de que se hubieran reducido hasta una cuarta parte los costes de explotación en comparación con cuando era gestionada por el Estado. Los sindicatos denuncian que ese ahorro se ha hecho a costa de las seguridad de los trabajadores.