Al menos siete personas, entre ellas tres cristianos, murieron hoy y otras 23 resultaron heridas, en distintos ataques en Irak, según fuentes del Ministerio del Interior. Las fuentes explicaron que dos artefactos explosivos estallaron consecutivamente cerca de una casa de cristianos en el barrio de Al Wehda, en la zona de Al Karrada, en el centro de Bagdad, y causaron la muerte de dos personas y heridas a otras cuatro. Otras dos bombas explotaron también cerca de dos residencias de cristianos y la iglesia de Isa Ibn Mariam, en la zona de Camp Sara, al sur de Bagdad, y ocasionaron un muerto y cinco heridos.
En la zona de Al Dura, al sur de la capital, un proyectil de mortero impactó contra una casa y tres artefactos explosivos estallaron en distintos puntos, e hirieron a siete personas.
Asimismo, en el barrio de Al Ghadir, en el sureste de Bagdad, cuatro personas resultaron heridas por la explosión de una bomba contra dos casas de cristianos.
Anoche, tres casas de ciudadanos cristianos en el barrio de Al Mansur, en el oeste de Bagdad, fueron objetivo de ataques con bombas y causaron cuatro heridos.
Esta serie de ataques contra la comunidad cristiana se producen diez días después de que al menos 58 personas, la mayoría mujeres y niños, murieran en la iglesia de Sayida An Nayá (Nuestra Señora del Socorro en árabe) en Bagdad en un ataque armado contra este templo y en la posterior operación para liberar a los rehenes retenidos por los agresores.
Por otro lado, un artefacto explosivo estalló al paso de un automóvil por la localidad de Al Iskandariya, a 50 kilómetros al sur de Bagdad, en el que viajaban miembros de los llamados "Consejos de salvación", que colaboran con la Policía en la lucha contra el terrorismo, tres de cuyos ocupantes murieron y otros tres resultaron heridos.
En la provincia de Al Anbar, al sur de Bagdad, un grupo de insurgentes mató por disparos a un imán de la mezquita suní de Abu Dalf, al este de Faluya.
Por otro lado, las fuerzas de seguridad iraquíes hallaron hoy un cadáver destrozado con impactos de balas en la cabeza y el pecho, que llevaba un año y medio enterrado en la tierra de una zona desértica de la ciudad de Hadiza, 200 kilómetros al oeste de Bagdad.
