Un muerto y más de 200 heridos en las últimas protestas violentas en Egipto

Egipto, Protestas
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La violencia volvió hoy a brotar en Egipto con nuevos choques que estallaron frente al palacio presidencial de El Cairo y en varias ciudades del norte en medio de protestas en rechazo al presidente egipcio, Mohamed Mursi.

Una vez más, la llegada de la noche supuso el estallido de actos violentos que causaron heridas a al menos 34 personas, según el Ministerio de Sanidad, tras una jornada de protestas que hasta entonces había discurrido con normalidad.

Sin la intensidad de otros días, los alrededores del palacio de Itihadiya en la capital fueron escenario de enfrentamientos después de que varios encapuchados intentaran escalar los muros que bordean el edificio.

Cinco miembros de la Guardia Republicana -que se mantuvo en el interior del palacio- fueron heridos en esos incidentes y los agentes antidisturbios acudieron al lugar para lanzar gases lacrimógenos e intentar dispersar a los manifestantes.

Algunos de estos últimos retiraran alambradas, incendiaron una de las puertas del palacio y lanzaron cócteles molotov, fuegos artificiales y piedras dentro del complejo.

Para intentar contener la situación, grupos de manifestantes pacíficos que habían marchado hacia el palacio formaron cordones humanos.

En la ciudad de Alejandría, la segunda del país, las calles volvieron a convertirse en un campo de batalla en el que las fuerzas de seguridad también se enfrentaron a manifestantes que atacaron con piedras y cócteles molotov varias comisarías.

Una situación similar se vivió en las localidades de Mahala, Tanta y Kafr el Zayat, ubicadas en la provincia de Garbiya, donde también fueron atacados edificios gubernamentales y se registraron al menos 29 del total de heridos por contusiones y el efecto de los gases lacrimógenos.

La plaza Tahrir de El Cairo, sin embargo, se mantuvo al margen de ese tipo de disturbios y acogió una manifestación de miles de personas que fueron llegando en marchas desde distintos puntos de la capital.

Los opositores insistieron en exigir que Mursi abandone el poder y que se haga justicia tras la muerte de manifestantes en los altercados previos.

Los asistentes recordaron así los enfrentamientos que sucedieron el pasado fin de semana y que dejaron al menos dos muertos y cientos de heridos, dentro de una ola de violencia que días antes se había cobrado la vida de más de cincuenta personas.

Una gran pancarta desplegada en la plaza llamaba la atención sobre la unión del pueblo egipcio y el tunecino, una muestra de solidaridad después de que el miércoles pasado fuera asesinado el político opositor Chukri Bel Aid en Túnez, país que también ha experimentado un proceso revolucionario.

En menor afluencia que otras veces, debido en parte a que las protestas estaban convocadas en distintos lugares, los manifestantes de Tahrir corearon lemas como "Que se vaya", en referencia a Mursi y al gobierno de los Hermanos Musulmanes.

También influyó en el número de participantes que esta semana se hubieran desarrollado otras marchas como una convocada contra el acoso a las mujeres, por lo que "muchos estaban cansados", aseguró a Efe la egipcia Mona Awad.

El dirigente local del partido de los Egipcios Libres Ahmed Abdelaziz mostró su esperanza de que se inicie un diálogo político que "beneficie" tanto al Gobierno como a la oposición, pese a que consideró que siguen pendientes algunas demandas de la revolución.

La oposición aglutinada en el Frente de Salvación Nacional, la principal alianza no islamista, se resiste a iniciar un diálogo con las autoridades mientras estas no accedan a sus reivindicaciones, entre ellas la reforma de la Constitución.

Los opositores también solicitan que el Ejecutivo asuma su responsabilidad por los últimos choques y que respete los derechos humanos a raíz de las denuncias por torturas a manifestantes.