La fiscalía escocesa quiere interrogar a ministro libio por el caso Lockerbie

  • Cameron: la deserción de Kusa demuestra que el régimen de Gadafi se desmorona

La fiscalía escocesa comunicó hoy al Foreign Office británico su interés en interrogar al ministro libio de Asuntos Exteriores, Musa Kusa, huido ayer al Reino Unido, por el atentado terrorista de Lockerbie de 1988.

"Hemos notificado al Foreign Office que la fiscalía y las autoridades investigadoras de Escocia quieren interrogar a Kusa en relación con el atentado de Lockerbie", dijo un portavoz del Gobierno de Escocia.

"La investigación de aquel atentado continúa abierta y queremos seguir todas las líneas de investigación relevantes", agregó.

Kusa huyó el miércoles al Reino Unido, donde explicó que no quería seguir representando al régimen libio.

Según medios británicos, el ministro libio tuvo un papel importante en las negociaciones para la liberación de la única persona condenada por Lockerbie, su compatriota Abdul Baset Ali al-Megrahi.

Condenado a cadena perpetua por el atentado, en el que murieron 270 personas -los 259 ocupantes del avión y vecinos de la localidad escocesa de Lockerbie- Al-Megrahi fue puesto en libertad en 2009 por las autoridades escocesas después de que los médicos le diagnosticaran cáncer de próstata en fase avanzada y le dieran pocas semanas de vida.

La decisión de liberar a Al-Megrahi, que continúa vivo pese a aquel diagnóstico, causó fricciones entre Gran Bretaña y el Congreso de Estados Unidos, país al que pertenecían la mayoría de quienes viajaban en el avión.

Por su parte, el primer ministro británico, David Cameron, manifestó hoy que la deserción al Reino Unido del ministro libio de Asuntos Exteriores, Musa Kusa, es una muestra de que el régimen del coronel Muamar el Gadafi se está desmoronando.

"La decisión del ex ministro de Exteriores de venir a Londres para renunciar a su puesto es una decisión de alguien en lo más alto, y es una historia convincente de la desesperación y el miedo en el corazón mismo del régimen de Gadafi, que se desmorona y que está podrido", manifestó Cameron en conferencia de prensa.

En una comparecencia en Londres junto al primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, Cameron afirmó: "He sido claro desde el principio en que queremos que Gadafi se vaya y que sus secuaces recuperen el sentido y abandonen este régimen brutal".

El dirigente británico insistió en que la renuncia de Kusa "es un serio golpe a la autoridad de Gadafi que no debemos subestimar", y negó que su llegada al Reino Unido sea fruto de un acuerdo para garantizarle inmunidad en relación con atentados terroristas.

"Quiero dejar claro que a Musa Kusa no se le ha garantizado inmunidad. No hay un acuerdo de ese tipo", aseguró Cameron, que recordó que la investigación sobre el atentado de Lockerbie "todavía está abierta" y en manos de las autoridades judiciales.

"La Policía y las autoridades de la Fiscalía, que son plenamente independientes del Gobierno, deben seguir las pruebas hasta donde les lleven, y el Gobierno les ayudará en lo que pueda. El Gobierno no restringirá de ninguna manera que se sigan las pruebas y responderemos a cualquier petición que se haga", subrayó Cameron.

Las declaraciones del primer ministro británico se produjeron después de que la Fiscalía escocesa comunicara al Foreign Office su interés en interrogar a Kusa en relación con el atentado de Lockerbie de 1988.

"Hemos notificado al Foreign Office que la Fiscalía y las autoridades investigadoras de Escocia quieren interrogar a Kusa en relación con el atentado de Lockerbie", dijo un portavoz del Gobierno escocés.

"La investigación de aquel atentado continúa abierta y queremos seguir todas las líneas de investigación relevantes", agregó.

Kusa huyó el miércoles al Reino Unido, donde explicó que no quería seguir representando al régimen libio.

Desde entonces está siendo interrogado por las autoridades en Farnborough, el aeropuerto militar a las afueras de Londres al que llegó 24 horas antes procedente de Túnez.

Kusa, que como diplomático trabajó varios años en Londres, es considerado una de las personas más cercanas a Gadafi en las últimas décadas y una figura decisiva hace diez años para convencer al coronel a que renunciara al terrorismo y al desarrollo de armas de destrucción masiva para tener una buena relación con Occidente.

Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en EEUU, la opinión de Kusa fue clave para persuadir a Gadafi de que debía dejar de formar parte de lo que el entonces presidente estadounidense, George W. Bush, denominó el "eje del mal" y volver al seno de la comunidad mundial.

Gadafi renunció a sus programas de armas nucleares y químicas y abrió el país a los observadores internacionales, tras lo cual se recuperaron los lazos comerciales con los países occidentales, muy interesados en los yacimientos petrolíferos y gasísticos libios.

El ministro británico de Exteriores, William Hague, reconoció que conocía de antemano la decisión de desertar de Kusa, con quien mantuvo esporádicos contactos desde que comenzó la rebelión en Libia.