Los expertos inspeccionan los fragmentos del avión ruso siniestrado en Egipto

  • Sigue el reconocimiento de víctimas del avión ruso entre incógnitas sobre las causas

Las autoridades rusas continúan la repatriación y el reconocimiento de las víctimas del desastre aéreo ocurrido el sábado pasado en Egipto, que costó la vida a los 224 ocupantes del avión siniestrado, mientras se mantiene la incógnita sobre las causas de la tragedia.

Un portavoz del Ministerio de Situaciones de Emergencia informó de que no se han hallado ni nuevos cadáveres ni fragmentos de cuerpos en la zona de la catástrofe, un área en el norte de la península egipcia del Sinaí. "Hasta el momento se ha examinado un área de 28 kilómetros cuadrados", dijo el portavoz, sin que se hayan encontrado más cuerpos.

NO ADELANTAR HIPOTÉSIS

Sobre la investigación de la catástrofe, ocurrida 23 minutos después de que el aparato de la compañía rusa MetroJet (Kogalymavia) despegara de la localidad turística egipcia de Sharm El Sheij con destino a San Petersburgo, las autoridades de la aviación civil rusa han llamado a abstenerse de adelantar hipótesis sobre las posibles causas.

Han pedido que se espere a los resultados de la investigación, en medio de constantes conjeturas sobre si el avión se estrelló por un accidente o por un atentado terrorista, después de que se haya determinado que la nave se desintegró en el aire y no hubo llamada de socorro de la tripulación.

Una fuente no identificada citada hoy por la agencia Interfax señaló que hasta cuatro minutos antes de producirse la tragedia todo iba normal, según las grabaciones obtenidas de la caja negra de las conversaciones entre los pilotos y los controladores.

"De las grabaciones entre la tripulación y los controladores se deduce que la situación a bordo hasta cuatro minutos antes de desaparecer el avión de los radares era normal... Nada indicaba que hubiera problemas, la tripulación no informó de nada", dijo la fuente.

Pero, agregó, "en el momento de desaparecer el aparato de los radares, en la grabación se escuchan algunos sonidos no característicos de un vuelo normal".

Como no se hizo ninguna llamada de alarma, se deduce que "ocurrió una situación inesperada a bordo y, por ello, los pilotos no tuvieron tiempo de lanzar una señal de socorro".

El jefe del Comité de Instrucción ruso, Alexander Bastrikin, ha viajado a Egipto, donde hoy mantuvo un encuentro con el fiscal general de ese país, Nabil Ahmed Sadek, para discutir sobre un mecanismo conjunto para investigar la tragedia del Airbus A-321, según las agencias rusas.

"Bastrikin y un grupo de investigadores y expertos criminales de la sede central llegaron hoy a El Cairo donde hubo una reunión con el fiscal general de la República", indicó el portavoz del Comité de Instrucción, Vladímir Markin.

"La reunión transcurrió de forma constructiva y pudimos acordar las principales cuestiones relativas a la organización de la investigación", agregó.

Los expertos franceses y alemanes acudieron en representación del fabricante Airbus, mientras que los irlandeses, que llegaron hoy, estuvieron presentes en la comisión porque el avión estaba registrado en Irlanda.

El Airbus A-321 de la compañía rusa MetroJet (Kogalymavia) que cubría la ruta entre la ciudad egipcia de Sharm el Sheij y San Petersburgo, se destruyó en el aire 23 minutos después de despegar.

DUDAS SOBRE SI FUE UN ATENTADO

Los directivos de MetroJet, que aseguran que el aparato de pasajeros se encontraba en perfectas condiciones técnicas, apuntaron ayer la posibilidad de una "acción mecánica exterior" como causa del siniestro.

Por su parte, el director nacional de Inteligencia de EEUU, James Clapper, dijo ayer que en este momento no hay ninguna "evidencia directa" de terrorismo en la catástrofe aérea.

Clapper sostuvo también que es "improbable" que el grupo yihadista Estado Islámico (EI), cuya filial egipcia reivindicó el derribo del avión, tenga capacidad para una operación de esta envergadura.

SEGUNDO VUELO REPATRIANDO CADAVERES

Un segundo avión con restos de las víctimas de la catástrofe aérea llegó la pasada madrugada al aeropuerto Púlkovo de San Petersburgo, en el noroeste de Rusia.

El aparato, un Il-76 perteneciente al Ministerio de Rusia para Situaciones de Emergencia, transportó fragmentos de cadáveres, documentos y objetos personales de las víctimas, que fueron entregados a los órganos de instrucción para su peritaje e identificación.

El lunes, otro avión especial trasladó a San Petersburgo más de 130 cadáveres y más de 40 fragmentos de cuerpos, según el Comité de Instrucción de Rusia.

Los directivos de MetroJet, que aseguran que el aparato se encontraba en perfectas condiciones técnicas, han apuntado la posibilidad de una "acción mecánica exterior" como causa del siniestro.

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, exigió ayer "hacer todo" por esclarecer las causas de la catástrofe, la mayor en la historia de la aviación rusa y soviética.