La espiral de violencia sumerge a Alepo en la crisis ante falta de alimentos

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Los bombardeos y los combates entre los rebeldes y las tropas del régimen sirio asolaron hoy de nuevo la ciudad norteña de Alepo y sus alrededores, que sufren un grave desabastecimiento de productos básicos que ha disparado el éxodo de sirios hacia Turquía.

Desde hace un mes, esta zona es blanco de una cruenta ofensiva militar, lanzada por el régimen de Bachar al Asad para recuperar el control de los barrios caídos en manos de los rebeldes, que ha afectado principalmente a la población civil.

Un activista de Alepo identificado como Abu Omar dijo vía internet que esta ciudad y otras localidad de la provincia sufren escasez de alimentos y productos de primera necesidad, así como cortes de electricidad.

"En el barrio de Al Shaar, la situación humanitaria es muy grave y los ciudadanos tienen miedo incluso de ir a comprar pan", tras los últimos ataques de las tropas gubernamentales contra panaderías, explicó.

Ayer, el impacto de cuatro proyectiles sobre un grupo de ciudadanos que hacían cola frente a una panadería en Alepo causó la muerte a cuarenta de ellos.

La escasez es acuciante pese a que el Programa Mundial de Alimentos (PAM) informó hoy de que ha conseguido hacer llegar en los últimos tres días raciones de comida para 40.000 personas en Alepo.

Los barrios más castigados por los bombardeos fueron hoy de nuevo los controlados por el rebelde Ejército Libre Sirio (ELS), entre ellos Hananu, Al Sokari, Salahedín, Al Shaar, Seif al Daula y Al Azamiya, según el activista consultado por Efe.

Abu Omar informó, asimismo, de duros combates entre "las milicias de Bachar al Asad" y los insurgentes en el barrio de Karm al Tayaran, donde el Ejército sirio -agregó- emplea cazas y tanques.

En Al Sokari, los opositores Comités de Coordinación Local (CCL) informaron de decenas de víctimas, entre muertos y heridos, al derrumbarse un edificio residencial a causa de los bombardeos.

Debido a esta situación, un total de 1.909 personas, entre ellas un general y cuatro coroneles del Ejército sirio, han cruzado la frontera en las últimas 24 horas, según la agencia turca Anadolu.

Por su parte, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) informó de que otros 3.500 buscaron refugio en Turquía entre el martes y el miércoles, en su mayoría procedentes de la región de Alepo (norte).

Esta nueva oleada sitúa el número de refugiados sirios en Turquía en torno a los 65.000, el 40 % de los cuales han llegado al país durante el mes de agosto, según ACNUR.

Entretanto en Homs, los bombardeos se cebaron en especial con los barrios de Al Hamidiya y Al Jalidiya y con las localidades de Quseir, Rastan, Talkalaj, mientras que en Deir Baalba estallaron enfrentamientos entre ambos bandos cuando el ejército trató de irrumpir en la población.

De igual forma, los barrios damascenos de Al Qadem y Al Asali sufrieron bombardeos, así como los de Nahr Aisha y Kafr Susa, donde también se registran duros combates entre los combatientes del ELS y las tropas gubernamentales.

Según los CCL, la cifra de víctimas mortales asciende a 140, entre ellos 36 en Alepo, 35 en Damasco y sus alrededores, incluido el hallazgo de 16 cadáveres con signos de tortura, y 23 en Homs, entre los cuales documentan diez cuerpos encontrados en la localidad de Deir Baalba, y 22 en Deraa (sur).

Por su parte, la agencia oficial siria de noticias Sana informó de que las fuerzas del régimen se enfrentaron con "grupos terroristas" en Alepo, la periferia de Damasco y Homs, y en esta última las autoridades liberaron a 75 presos que "no tenían las manos manchadas de sangre".

Ante la continuación de la violencia, el Consejo de Seguridad de la ONU dio ayer por finalizada la misión de sus observadores en Siria y hoy nombró al veterano diplomático argelino Ladjar Brajimi nuevo enviado especial para este país en sustitución de Kofi Annan, quien renunció el pasado 2 de agosto.

Entre estos cambios en los esfuerzos mediadores, el aislamiento internacional del régimen es cada vez más evidente con la suspensión de su participación en la Organización de la Cooperación Islámica (OCI) hace dos días.

En una entrevista anoche, el ministro sirio de Asuntos Exteriores, Walid al Moalem, criticó la decisión de la OCI y calificó a los que apoyaron la suspensión de Siria de "hipócritas y responsables del derramamiento de sangre" en el país.