Los equipos de rescate buscan entre los escombros a posibles víctimas

Los equipos de rescate que trabajan desde la madrugada del sábado para responder a los efectos del terremoto de 7 grados que sacudió la localidad neozelandesa de Christchurch tratan ahora de localizar a posibles víctimas entre los escombros, sin que por el momento se tengan constancia de más fallecidos que una persona que murió de un ataque al corazón durante el desastre.

Los equipos trabajan junto a perros adiestrados para rastrear las áreas más afectadas de Christchurch, que se encuentra bajo el estado de emergencia por los amplios daños materiales sufridos. De los heridos registrados, tan sólo dos se encuentran en estado grave, informa la televisión pública australiana ABC.

El director de Defensa Civil de Nueva Zelanda, John Hamilton, fijó como prioridad asegurarse de que todos los ciudadanos se encuentran a salvo y reparar los desperfectos sufridos en las comunicaciones y los suministros. "La electricidad poco a poco vuelve a la región, pero el foco principal está en el agua potable y el sistema de alcantarillado", explicó.

Alrededor de 250 personas han pasado la noche en los refugios creados por las autoridades ya que, aunque en general los edificios apenas han sufrido daños significativos, en algunos lugares concretos como Kaipoi, a las afueras de Christchurch, algunas casas han quedado literalmente partidas en dos. En Christchurch, las autoridades calculan en 350 el número de edificios con daños significativos.