El crimen organizado abre 2011 con una matanza de 24 hombres en el sur de México

La violencia no cesa en México, donde hoy se contabilizaron 24 asesinatos en Acapulco, en el sur del país, en las primeras matanzas ocurridas este año, después de que 2010 cerró como el más sangriento desde diciembre de 2006, cuando el presidente Felipe Calderón lanzó una guerra contra el crimen organizado.

Después de que la policía mexicana hallase hoy los cuerpos decapitados de 15 hombres de entre 25 y 30 años sobre la acera frente a un centro comercial, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de Guerrero, estado al que pertenece Acapulco, informó de otros 9 homicidios, también relacionados con el crimen organizado.

Cuatro de esos nueve muertos fueron encontrados en un taxi; dos más, abandonados frente a una tienda; y un séptimo, en el barrio de La Cima. Además, anoche fueron asesinados un policía y uno de sus escoltas, tiroteados desde una camioneta.

El macabro hallazgo de los 15 decapitados ocurrió la pasada madrugada, cuando agentes policiales acudieron a una plaza comercial porque había un automóvil en llamas y otros cuatro abandonados.

Al inspeccionar el lugar, los policías hallaron los cuerpos sin vida de 15 hombres, cuyas cabezas fueron dejadas "en un solo lugar, a excepción de una semidesprendida del cuerpo y con un impacto de proyectil de arma de fuego", según la SSP de Guerrero.

Junto a los 15 cadáveres, se encontraron dos mensajes, cuyo contenido no ha sido revelado por las autoridades, si bien algunas fuentes señalan que los firma el cártel de las drogas de Sinaloa, comandado por Joaquín "El Chapo" Guzmán, con la advertencia de que les pasaría lo mismo a quienes intentaran meterse en su "plaza".

Es usual que las bandas del crimen organizado dejen junto a sus víctimas mensajes contra sus rivales, generalmente pistoleros de otros grupos delictivos, pero también utilizan estos recados para distraer a las autoridades.

Acapulco, sobre el Pacífico mexicano y centro turístico de gran demanda nacional, ha sido escenario de cruentas disputas entre diversos grupos de narcotraficantes, entre ellos seguidores de Edgar Valdez, alias "La Barbie", capturado el año pasado, y pistoleros de Héctor Beltrán Leyva, alias "El H".

Estos dos capos eran aliados en el cártel de los Beltrán Leyva, pero, desde diciembre de 2009 y tras la muerte de Arturo Beltrán Leyva, alias "El jefe de jefes", la organización se fracturó y desató una ola de violencia en los estados de Guerrero y Morelos.

2010 cerró como el año más afectado por la violencia en México desde que Calderón asumió el poder en diciembre de 2006 y decidió enfrentarse con 45.000 militares y 20.000 agentes federales a los cárteles de la droga.

Las guerras entre bandas se han cobrado desde entonces más de 30.000 muertes, de las que más de 10.000 ocurrieron el año pasado.

El pasado día 6, Calderón explicó que la violencia ocurrida en 2010 se debió a la rivalidad entre los cárteles de Sinaloa y de Juárez, que han dejado una estela de muerte en estados como Chihuahua, Durango y Sinaloa.

También citó a estados como Tamaulipas y Michoacán con un alto índice de violencia atribuida a la guerra que libran entre sí otros grupos como los carteles del Golfo, Los Zetas y La Familia Michoacana, además del "desmebramiento" de los líderes del cartel de los hermanos Beltrán Leyva.

El mandatario aseguró que su Gobierno le ha "pegado muy duro" a los cárteles del narcotráfico, especialmente en 2010, cuando fueron capturados o abatidos por fuerzas federales varios barones de la droga, entre ellos Ignacio Coronel Villareal ("Nacho Coronel"), Edgar Valdez ("La Barbie"), Sergio Villarreal ("El Grande"), Teodoro García Simental ("El Teo"), Nazario Moreno ("El Chayo") y Antonio Ezequiel Cárdenas Guillén ("Tony Tormenta").