Violencia en Nigeria contra los cristianos

En Nigeria, continúa el acoso a los cristianos tras el brutal atentado de Nochebuena en el que murieron más de 30 personas. Un cristiano más ha sido asesinado por los musulmanes en nuevos enfrentamientos y varios edificios arden en la ciudad nigeriana de Jos.

Al menos seis personas murieron en Nochebuena en tres iglesias cristianas incendiadas supuestamente por integristas islámicos de la secta Boko Haram en la ciudad nigeriana de Maiduguri (norte).

El suceso se produjo poco después de una serie de explosiones en la ciudad de Jos, en el centro del país, donde según diversos medios murieron al menos veinte personas y decenas resultaron heridas.

Los atentados de Jos, capital del estado de Plateau, afectado con frecuencia por la violencia étnica y religiosa, no han sido atribuidos a ningún grupo, aunque algunos medios han citado también a Boko Haram, que actúa normalmente más al norte.

En Jos, las explosiones, que al parecer se produjeron en las zonas cristianas de la ciudad, han tenido lugar pocos días después que un tribunal condenara a 15 personas cristianas a 10 años de cárcel por su intervención en la violencia étnico-religiosa que se saldó con 55 muertos en esa misma ciudad en marzo de 2010.

Esos hechos fueron considerados una represalia por el ataque de enero, que causó 326 muertos, cuando pastores musulmanes fulani atacaron al amanecer a los habitantes de un pueblo cristiano, quemaron sus casas y saquearon sus propiedades mientras disparaban a los que intentaban escapar.

La violencia en Plateau se debe tradicionalmente a las disputas por las tierras entre agricultores cristianos sedentarios y pastores musulmanes trashumantes.

Los conflictos que tienen como protagonistas a cristianos y musulmanes en Nigeria se han cobrado la vida de más de 13.000 personas desde 1999, cuando acabaron los Gobiernos militares en el país.

En Filipinas, otras seis resultaron heridas por la explosión de una bomba en la isla de Jolo.

El Papa Benedicto XVI ha condenado la "absurda" violencia desencadenada contra iglesias en Nigeria y Filipinas, y aprovechó para transmitir sus condolencias a los paquistaníes por el ataque suicida perpetrado ayer contra un centro de reparto de alimentos en el noroeste del país, que se cobró la vida de más de 40 personas.

"Quiero expresar mi más sentido lamento por las víctimas de estos absurdos actos de violencia", proclamó el Papa desde su balcón en la plaza de San Pedro. "Repito una vez más mi llamamiento para que se abandone el sendero del odio y en su lugar se busquen soluciones pacíficas", añadió el Santo Padre.