Valls llevó a sus hijos a la final de la Liga de Campeones en avión privado

  • Platini dice que invitó personalmente a Valls a la final de Berlín

El primer ministro de Francia, Manuel Valls, es blanco de numerosas críticas tras conocerse que no solo viajó en avión privado a ver la final de la Liga de Campeones, algo que ha justificado por trabajo, sino que le acompañaron sus hijos en un viaje relámpago que costó unos 16.000 euros de dinero público.

Es la información que ofrece la cadena BFM TV, que cita a fuentes del entorno del jefe del Ejecutivo socialista de Francia para establecer que dos de sus hijos viajaron con Valls en el Falcon en el que se desplaza el primer ministro, aunque el coste del avión "no aumentó" por su presencia.

Valls intervino el sábado en el congreso que el Partido Socialista celebraba durante el fin de semana en Poitiers, en el oeste de Francia, tomó un vuelo para ver ganar en Berlín al FC Barcelona 3-1 contra el Juventus de Turín, hizo noche en París y regresó a la cita de su familia política el domingo por la mañana.

Por la tarde asistió con su esposa a la final de Roland Garros en París, en la que el suizo Stanislas Wawrinka se impuso al serbio Novak Djokovic. La hora de vuelo en ese avión ronda los 4.742 euros, por lo que el viaje completo se sitúa en torno a los 15.800 euros, según los cálculos de la revista "Le Nouvel Observateur".

El grueso de la prensa sitúa la factura entre 12.000 y 20.000 euros por el uso de un aparato en el que embarcaron la tripulación, un médico, los miembros del equipo de seguridad, consejeros de Valls y dos de sus tres hijos.

Valls -que nació en Barcelona, se declara "apasionado" del fútbol y cuyo tío abuelo Manuel Valls i Gorina compuso el himno del FC Barcelona- justificó el viaje por motivos de trabajo, ya que Francia organiza la Eurocopa de 2016 y el primer ministro estaba invitado a la final por el presidente de la UEFA, el francés Michel Platini.

Tras conocerse que sus hijos le acompañaron en su viaje, Valls se defendió hoy en la Asamblea Nacional: "El papel del jefe del Gobierno es apoyar a Francia en las grandes citas y continuaré haciéndolo porque es importante para la imagen del país, para su atractivo, su competitividad, el empleo... No hagamos polémica".

"El primer ministro tenía una reunión con la UEFA. Yo mismo me entrevistaré con Michel Platini el miércoles (a las 09.30 GMT en el Palacio del Elíseo). Hay asuntos que tratar. No se les escapa que ha habido una serie de cambios en la FIFA y que nosotros vamos a organizar la Eurocopa de 2016", había declarado ayer el presidente francés, François Hollande.

La actitud del jefe del Gobierno socialista -un partido que criticó generosamente al anterior presidente conservador, Nicolas Sarkozy, por utilizar los medios del Estado para su propio disfrute- ha sentado mal entre sus adversarios ideológicos. "Los políticos en ejercicio pierden el sentido de la realidad", declaró el centrista François Bayrou a BFM TV.

Más dura fue la eurodiputada y exministra conservadora Nadine Morano, que se mofó en la red social Twitter de la "nueva concepción de la 'República ejemplar' de Hollande y Valls" en la que "hacen que el contribuyente financie sus ratos de ocio".

Después, en un comunicado, Morano le sacó "tarjeta roja" a Valls y dijo de él que "había elegido entre primer ministro de Francia y seguidor del Barça", mientras que el vicepresidente del ultraderechista Frente Nacional (FN), Florian Philippot, criticó el "pequeño capricho futbolístico de Valls por dos equipos extranjeros".

El Gobierno se ha alineado con el presidente, considerando que es "una polémica sin interés" porque se trataba de un viaje profesional, ya que Valls se desplazó "a invitación de Platini", replicó el ministro francés de Finanzas, Michel Sapin.

El primer ministro tiene derecho a servirse de aviones gubernamentales para sus desplazamientos, públicos o privados, por la responsabilidad de su función y por motivos de seguridad. Se trata de un privilegio limitado al presidente y al jefe del Gobierno del que no disfrutan el resto de ministros.

Valls no tendría que reembolsar el coste del viaje, salvo que se tratara de un desplazamiento exclusivamente privado. En ese caso, debería abonar una tarifa que fija el Ministerio de Defensa y que suele rondar el precio de un vuelo de línea en primera clase, explica el diario 20 Minutes.