La UE a favor de revisar la resistencia de las centrales nucleares europeas

Los países de la UE apoyaron hoy analizar la resistencia de las centrales nucleares europeas, después de que el terremoto de Japón haya disparado las alertas ante el riesgo de catástrofe nuclear al afectar a los sistemas de refrigeración de la planta nipona de Fukushima.

"La reacción de los ministros de Medio Ambiente ha sido muy favorable a esa propuesta", formulada hoy por Austria, señaló en rueda de prensa la secretaria de Estado española de Cambio Climático, Teresa Ribera, tras una reunión del Consejo de Ministros de Medio Ambiente.

Según Ribera, todos los Estados miembros de la UE, incluidos los partidarios de la energía nuclear, han estado de acuerdo en que "es importante apurar cualquier posibilidad de mejora en las garantías de seguridad de la población".

Los titulares de Medio Ambiente quisieron abordar hoy la cuestión en un debate informal convocado esta misma mañana ante la gravedad de los acontecimientos en Japón, donde ya se han registrado explosiones en los reactores nucleares.

El terremoto de Japón se ha producido además en un momento en el que varios países, entre ellos España y Alemania, habían decidido alargar la vida de sus centrales nucleares con el objetivo de reforzar su seguridad de suministro y el argumento de que este tipo de energía es baja en emisión de dióxido de carbono (CO2) y necesaria en el contexto actual de crisis económica.

Tras las manifestaciones ciudadanas del fin de semana, Alemania dio hoy marcha atrás y anunció una moratoria de tres meses a la puesta en práctica de la decisión que adoptó en otoño para prolongar en 14 años la vida de las centrales nucleares, lo que en la práctica implica la desconexión inmediata de los dos reactores más antiguos del país (Biblis A y Neckarwestheim I).

La representante española en la reunión de ministros de Medio Ambiente en Bruselas dijo, sin embargo, que no es el momento de entrar en el debate sobre la vida de las centrales y recordó que las condiciones sísmicas que se dan en Japón no son las europeas.

Asimismo, recalcó que tampoco se puede perder de vista la necesidad de obtener "una seguridad de suministro a precios razonables", aunque sí deseó un futuro "menos dependiente, más estable y más renovable".

La ministra francesa de Medio Ambiente, Nathalie Kosciusko, expresó en una conferencia de prensa su preocupación por el riesgo de que se produzca "una gran catástrofe", pero subrayó que se trata de "circunstancias realmente excepcionales" y confió en que a escala europea no se caiga en la exageración y se espere a que la crisis haya concluido para extraer lecciones.

La comisaria europea de Cambio Climático, Connie Hedegaard, por su parte, recordó en una conferencia de prensa que la UE tiene 143 reactores nucleares y admitió que "hagamos lo que hagamos de todas formas tendremos que seguir utilizando energía nuclear", aunque aseguró que se hará "lo posible por mejorar la seguridad".

La organización ecologista Greenpeace destacó en un comunicado que varios países del Mediterráneo y los Balcanes son propensos a sufrir terremotos, otros utilizan la misma tecnología que se emplea en la planta de Fukushima y ninguno está libre de sufrir cortes eléctricos o ataques terroristas, según recordó.

El Ejecutivo comunitario ha convocado para este martes una reunión a la que están invitados los ministros de Energía de la UE y expertos en energía nuclear para estudiar si conviene reforzar los estándares de seguridad europeos o tomar otras medidas con carácter preventivo.

Desde España, asistirán representantes del Consejo de Seguridad Nacional y del Ministerio de Industria, aunque aún no ha trascendido si estará presente el ministro Miguel Sebastián.

De los 27 miembros de la UE, 14 tienen centrales nucleares, con un total de 143 reactores, según datos facilitados hoy por la Comisión Europea. Francia con 58 reactores es el país más activo, seguido de Alemania (17) y Reino Unido (19).

España, por su parte, cuenta con ocho, y es el único país de la UE en el que operan reactores nucleares de agua en ebullición, el mismo tipo que utiliza la instalación japonesa de Fukushima, entre ellos el de San María de Garoña (Burgos).