Trump devuelve a los conservadores la hegemonía en el Supremo

El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell
Votación en la que se ha aprobado a Neil Gorsuch |Telemadrid

El presidente de EEUU, Donald Trump, consiguió hoy uno de los mayores triunfos de su corto mandato al devolver a los conservadores la hegemonía del Tribunal Supremo, una victoria política que le permitirá tomar aire y olvidar por un momento las polémicas que le rodean.

"Este es de lejos uno de los mayores logros de la Presidencia de Trump. No ha conseguido aún la aprobación de ninguna ley y sus acciones ejecutivas de mayor perfil están bloqueadas por los tribunales. Esta es una victoria clara y significativa", dijo a Efe Ilya Shapiro, analista que trabaja para el Instituto Cato, un centro de estudios de ideología conservadora.

La confirmación de Neil Gorsuch como nuevo juez del Tribunal Supremo también supone un triunfo para el líder de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell, quien el jueves cambió las normas de la cámara para poder confirmar al magistrado por mayoría simple y no necesitar el respaldo de 60 de los cien senadores.

En un gesto sin precedentes, los republicanos recurrieron a la conocida como "opción nuclear" y cambiaron las reglas del Senado a pesar de la oposición en bloque de los demócratas.

Precisamente, la brecha entre los dos partidos a la hora de confirmar a Gorsuch empaña la victoria de Trump, según dijo a Efe Anil Kalhan, profesor de Derecho de la Universidad Drexel, en Filadelfia.

"Siempre debe entenderse como una victoria política que un presidente consiga que su nominado llegue al Tribunal Supremo y sea confirmado. Pero esta vez debe de ser entendido como una victoria bastante fea que podría tener también consecuencias negativas para él", apuntó Kalhan.

Al cambiar las reglas del Senado, los republicanos también corren ahora el riesgo de que la oposición demócrata pueda confirmar a sus nominados para el alto tribunal por mayoría simple y sin tener que buscar a candidatos moderados que puedan recibir un apoyo bipartidista.

No obstante, según los expertos, Trump goza actualmente de una inusual posición de poder sobre el Tribunal Supremo, ya que ha podido elegir al juez Gorsuch para sustituir al fallecido Antonin Scalia y, además, también podría nombrar el relevo de algunos de los ancianos magistrados del tribunal.

En estos momentos, tres jueces del Tribunal Supremo superan ya la barrera de los 78 años, la edad media con la que los magistrados han colgado la toga desde 1960.

Debido a su edad, los tres jueces con mayor probabilidad de dejar su cargo son el conservador Anthony Kennedy, de 80 años, y los progresistas Stephen Breyer, de 78, y Ruth Bader Ginsburg, que tiene 84 y hace casi un año protagonizó una polémica al llamar "farsante" a Trump, aunque luego se retractó.

Con la confirmación hoy de Gorsuch, el Tribunal Supremo volvió a conseguir la composición conservadora que predomina desde 1972 y volvió al "statu quo" de cuatro jueces progresistas y cinco conservadores, la misma distribución que tenía antes de la muerte de Scalia, hace más de un año.

La larga ausencia de un juez ralentizó la labor del Tribunal Supremo durante meses y, por ello, el analista Ilya Shapiro cree que la llegada de Gorsuch provocará automáticamente un despertar en la corte y facilitará la llegada de casos más importantes cuando se reúna de nuevo a partir de octubre.

En todo caso, por el momento, la confirmación de Gorsuch supone un alivio para el Gobierno de Trump, golpeado continuamente por las investigaciones sobre sus supuestos nexos con el Kremlin y la inoportunas reuniones de miembros de su Ejecutivo con el embajador ruso en Washington, Sergey Kislyak.

Esta victoria de Trump en clave interna también contrasta con la derrota que sufrió en marzo cuando desacuerdos dentro de su propio partido le impidieron aprobar una ley para sustituir la reforma sanitaria aprobada por Obama en 2010 y conocida como "Obamacare".

"Ha habido muy pocos momentos de buenas noticias para este Gobierno y, cuando han ocurrido, han tendido a ser fugaces y no durar mucho tiempo, ya que invariablemente quedan enterradas por las demás controversias que rodean a esta Presidencia", opinó el profesor Anil Kalhan.

Por el momento, Trump saborea el éxito y, quizás, no tendrá que volver a preocuparse de Gorsuch hasta que el Tribunal Supremo examine su veto a inmigrantes y refugiados, que ya ha sido bloqueado por dos jueces federales y con toda probabilidad acabará en manos de la máxima instancia judicial del país.

Aunque ahora conservador, el Tribunal Supremo ha tratado siempre de actuar conforme al concepto de la separación de poderes dentro del sistema de "controles y contrapesos" de Estados Unidos.

Por eso, aún con Gorsuch confirmado, Trump no puede confiarse. El Tribunal Supremo que hoy le dio hoy una victoria, mañana podría propinarle una dolorosa derrota al fallar en contra de algunas de sus medidas estrella.