Terroristas del Daesh atacan un campamento de refugiados palestinos en Siria

  • Palestinos alertan de "catástrofe" humanitaria en Al Yarmuk

La situación humanitaria es "catastrófica" en el campo de refugiados de Al Yarmuk, en el sur de Damasco, que intenta controlar el grupo terrorista Estado Islámico (EI), dijo a Efe el portavoz del Grupo de Acción para los Palestinos en Siria, Fayez Abu Eid.

La fuente, que se encuentra en Beirut pero tiene contacto con los habitantes del campo de desplazados palestinos, explicó que las condiciones de vida se han deteriorado aún más pese a que ya eran precarias por el cerco impuesto por las fuerzas del régimen desde hace dos años. Según Abu Eid, en el interior de Al Yarmuk no hay agua ni comida, y todavía quedan muchos civiles, que no han podido huir.

La agencia de noticias oficial siria, Sana, informó ayer de que unas 2.000 personas habían abandonado el campo entre el viernes y el sábado. "Los civiles han salido a través de un corredor abierto en la parte norte del campo, donde estaba el ejército sirio, pero la mayoría han escapado por Yalda", al sureste de Al Yarmuk, indicó Abu Eid.

El portavoz destacó que hay combates en la mayoría de las zonas de Al Yarmuk, donde, según sus informaciones, el EI controla el 80% de su superficie. El director de Asuntos Políticos de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en Damasco, Anuar Abdelhadi, dijo a Efe el viernes que el EI dominaba el 90% del campo.

Abu Eid agregó que ayer lograron entrar por el área del Centro Cultural, en el sur de Al Yarmuk, combatientes de los grupos el Levante del Profeta y el Ejército de Ababil para ayudar a la organización Aknaf Beit al Maqdish, un grupo palestino opuesto al régimen de Bachar al Asad que desde el miércoles se enfrenta al EI.

Los insurgentes asumieron el control de Al Yarmuk en diciembre de 2012 y, desde entonces, sus calles han sido escenario de enfrentamientos entre grupos opositores y fuerzas gubernamentales. Antes del inicio del conflicto en Siria en marzo de 2011, vivían en ese lugar unas 160.000 personas, de las que tan solo 12.000 quedaban en su interior la semana pasada, según datos de Abdelhadi.