Secuestradas dos turistas brasileñas y su guía egipcio en península del Sinaí

Dos turistas brasileñas y su guía egipcio fueron secuestrados por un grupo hombres que viajaban en un vehículo todoterreno en la zona de Wadi Firan, en el sur de la península del Sinaí, informaron a Efe fuentes oficiales.

De acuerdo con su relato, los captores interceptaron el minibús en que viajaban las mujeres cuando regresaban de visitar el monasterio de Santa Catalina, en el Monte Sinaí, y se disponían a volver a El Cairo.

Según la agencia oficial de noticias egipcia Mena, un beduino identificado como Musa Abu Jushni, que acompañaba a las turistas en el momento del secuestro, confirmó que el vehículo todoterreno detuvo el minibús por la fuerza y sus integrantes raptaron a las brasileñas y al guía egipcio.

Hasta el momento, se desconoce quienes han sido los autores del secuestro, ya que ningún grupo se ha responsabilizado de la acción, aunque algunas fuentes no oficiales apuntan a beduinos que viven en la citada península.

Sin embargo, el jeque de la tribu beduina Mazina, Mohamed Sabih, negó que los beduinos sean los responsables de este nuevo secuestro y en declaraciones a la agencia Mena afirmó que están cooperando para buscar a los secuestrados en la zona y para identificarlos.

Este es el tercer suceso de estas características que se registra en el Sinaí en apenas mes y medio, después de que miembros de tribus beduinas retuviesen en febrero a tres turistas surcoreanos y a otras dos turistas estadounidenses.

En ambos casos, los secuestros apenas duraron unas horas, y concluyeron después de que se conociese que los beduinos exigían la liberación de compañeros suyos detenidos por delitos como el atraco a un banco o el tráfico de opio.

Además, el viernes un grupo de beduinos armados que mantenía cercado al contingente de tropas uruguayas, colombianas y estadounidenses que participa en la misión de paz que vigila el acuerdo de paz entre Egipto e Israel en el Sinaí acordó levantar el asedio.

La península del Sinaí, desmilitarizada a raíz de los acuerdos de paz de Camp David entre Israel y Egipto (1978), se ha convertido en uno de los principales polos de atracción turística en Egipto, gracias principalmente al encanto de su costa y a centros históricos religiosos como el monasterio de Santa Catalina.