Retos, promesas y acusaciones en la cuenta atrás de las elecciones británicas

El primer ministro británico, David Cameron
El primer ministro británico, David Cameron |Telemadrid

El cruce de acusaciones, las advertencias al electorado y los desafíos entre los líderes de los principales partidos dominaron la campaña electoral a cuatro días de las elecciones generales en el Reino Unido.

El candidato conservador y primer ministro, David Cameron; el laborista, Ed Miliband, y el liberaldemócrata y viceprimer ministro, Nick Clegg, afinaron sus argumentos en un último esfuerzo por captar el voto antes de la cita del 7 de mayo.

En este fin de semana previo a los comicios, las encuestas sitúan a conservadores y laboristas muy igualados, con alrededor del 33% del sufragio, lo que indica que ninguno obtendrá la mayoría suficiente para gobernar en solitario.

Como partidos bisagra se perfilan el Liberal Demócrata, con cerca del 8% del apoyo; el eurófobo UKIP de Nigel Farage, en torno al 13%, y el SNP escocés, de Nicola Sturgeon, que obtiene un 49% en Escocia, única región donde se presenta.

Cameron urgió a los británicos a votar "tácticamente" por "la persona que quieren como primer ministro" (él o Miliband, los únicos con opciones de ganar), en lugar de secundar a partidos minoritarios que podrían restarle apoyos.

El líder "tory" advirtió de que Miliband pretende llevar al país "a la izquierda", con "más endeudamiento y más impuestos", y además -alertó- lo hará con el apoyo de los independentistas escoceses.

"Intenta negarlo, pero (según las encuestas) es un hecho que solo puede convertirse en primer ministro con el apoyo" del Partido Nacionalista Escocés (SNP), declaró.

Sturgeon y Alex Salmond -artífice del referéndum de independencia escocés del 18 de septiembre de 2014 y que aspira a convertirse en diputado en Londres- "extraerán un alto precio por ese apoyo", "más deuda y más prestaciones sociales", lo que sería "una calamidad" para el Reino Unido, añadió Cameron.

Los conservadores han basado la última fase de su campaña en sembrar el temor a una alianza entre los laboristas y el SNP, lo que ha llevado a Miliband a prometer que no entrará en ninguna coalición o pacto con los nacionalistas escoceses, que le han ofrecido apoyo a cambio de combatir la austeridad.

Sturgeon, cuyo partido podría obtener 50 de 59 escaños en liza en Escocia -a costa del voto laborista-, acusó a Miliband de haber cedido "al acoso de los 'tories".

La jefa del Gobierno escocés dijo que muchos votantes laboristas están "horrorizados" por que Miliband prefiera, en caso de tener que sumar escaños entre formaciones, dejar que los conservadores vuelvan a gobernar antes que pactar con los independentistas, que comparten una ideología de centroizquierda.

Por su parte, Miliband buscó aumentar su credibilidad desvelando una piedra en la que aparecen grabadas las seis principales promesas laboristas, entre ellas rebajar de 9.000 a 6.000 libras (unos 12.500 euros a 8.300 euros) el precio tope de las matrículas universitarias.

"Estas seis promesas están ahora grabadas en piedra, y lo están porque no las romperemos después de las elecciones", afirmó el líder laborista, cuya iniciativa provocó la burla de sus rivales y, quizás en su beneficio, también muchos comentarios en Twitter (donde se comparó con un cenotafio).

Nick Clegg, que en los últimos cinco años ha gobernado en minoría con los "tories", ha optado por posicionarse como socio clave de cualquier Gobierno minoritario, conservador o laborista.

Hoy fijó sin embargo lo que para él sería "líneas rojas" o condiciones indispensables para pactar, entre ellas que se inviertan 8.000 millones de libras (o 11.100 millones de euros) adicionales en el sistema nacional de salud y que se suba el sueldo a los empleados públicos al ritmo de la inflación (actualmente en el 0%).

Clegg, cuya formación es la más europeísta del Parlamento, indicó por otro lado que la celebración de un referéndum de pertenencia a la Unión Europea, como ha prometido Cameron, podría no ser un obstáculo para negociar.

La convocatoria de tal consulta "cuanto antes", y no en 2017, sí es un prerrequisito del dirigente del antieuropeo y antiinmigración UKIP, Nigel Farage, para pactar con los "tories", según recordó.

Farage confirmó además que dimitirá "en el plazo de 10 minutos" si el próximo jueves no gana el escaño por el que se presenta en la circunscripción de South Thanet, en el condado inglés de Kent, entre encuestas que le colocan igualado con laboristas y conservadores.