Matteo Renzi, el líder de la coalición gubernamental de Italia, consiguió hoy el voto de investidura en la Cámara de los Diputados, el último proceso del trámite parlamentario que ha tenido que superar para convertirse en primer ministro. De los 630 diputados que componen la Cámara baja, 378 votaron a favor de Renzi y 220 en contra, en una votación en la que estuvieron presentes 599 parlamentarios y en la que se produjo una abstención.
Al igual que en la votación de ayer en el Senado, apoyaron al exalcalde de Florencia sus socios en el Gobierno, el Nuevo Centroderecha (NCD), la Elección Cívica (SC), la Unión de Centro (UDC) y su propia formación, el Partido Demócrata (PD), pese a las voces críticas al Gobierno que surgieron en sus filas.
En contra se pronunciaron Forza Italia (FI) de Silvio Berlusconi, la secesionista Liga Norte (LN), el Movimiento 5 Estrellas (M5S) e Izquierda, Ecología y Libertad (SEL).
De este modo, toca a su fin la crisis política surgida a raíz de la dimisión de Enrico Letta como primer ministro el pasado día 14.
Letta, que había planteado el 13 de febrero un programa "sin caducidad", se vio obligado un día después a presentar su dimisión ante el jefe del Estado italiano, Giorgio Napolitano, debido a la presión de su propia formación, el PD, y de su secretario general, Renzi, que le instaron a dejar paso a un nuevo Ejecutivo.
Tras la dimisión del socialdemócrata Letta, Napolitano convocó una ronda de consultas con las principales fuerzas políticas de Italia y terminó encargando la formación de un Gobierno de coalición a Renzi, de 39 años.
Durante la semana pasada, Renzi buscó aliados en el Parlamento para crear una mayoría gubernamental, gestiones que finalizaron con una alianza con las siglas políticas que apoyaron durante diez meses al Ejecutivo de Letta.
Después de varios días de deliberaciones, el pasado viernes Renzi presentó el primer Gobierno paritario de la historia de Italia, que fue sometido, entre ayer y hoy, a la votación de investidura en el Senado y la Cámara de los Diputados.
Una vez conseguido el respaldo de la Cámara de los Diputados, Renzi tiene luz verde para iniciar su Gobierno, dotado de un programa, según sus palabras, "reformista" con el que pretende llevar a cabo "un cambio" radical en el país.
