Reino Unido refuerza con 17.000 soldados la seguridad de los Juegos Olímpicos

Londres 2012
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El Gobierno del Reino Unido confirmó hoy que tendrá que movilizar a un total de 17.000 soldados, 3.500 más de lo previsto, para proteger los Juegos Olímpicos de Londres tras un fiasco de última hora en su operativo de seguridad.

A solo quince días de que empiece el evento, la ministra del Interior, Theresa May, explicó hoy ante la Cámara de los Comunes que habrá que recurrir a esos 3.500 militares adicionales, que se suman a los 13.500 ya previstos, después de que anoche la empresa privada encargada de la seguridad, G4S, admitiera que no está preparada.

Tras consultar con el Ministerio de Defensa y Locog, los organizadores de las Olimpiadas, se había considerado "prudente" aumentar el número de militares para compensar la falta de guardas privados, indicó ante el Parlamento.

May aseguró que el cambio de planes, que obligará a repatriar a soldados destinados a países como Afganistán y a que otros cancelen sus vacaciones, "no socavará la seguridad de los Juegos", que comienzan el 27 de julio y sobre los que aseguró que "no pesa ninguna amenaza concreta".

La oposición laborista calificó la situación de "chapuza" y pidió que se penalice por ruptura de contrato a G4S, una multinacional con 650.000 empleados en todo el mundo que tiene múltiples operativos en el Reino Unido, en control de inmigración o prisiones.

Esta compañía confesó ayer, causando estupor y alarma, que había" tenido problemas" para reclutar el personal suficiente y formarlo en el calendario previsto, cuando el contrato establecía que proporcionase 10.000 guardias privados durante los Juegos.

"G4S ha dejado tirado al país y por ello hemos tenido, literalmente, que enviar al Ejército", criticó hoy el presidente de la comisión parlamentaria de Interior, el laborista Keith Vaz, quien ha llamado a declarar al presidente de esa empresa, Alf Duch-Pedersen, y a su consejero delegado, Nick Buckles.

Tanto May como el titular de Defensa, Philip Hammond, aseguraron que se compensará económicamente por las vacaciones perdidas a los soldados de la Fuerza Aérea, la Marina, el Ejército de Tierra y reservistas destinados a los Juegos Olímpicos, a quienes además se darán entradas gratis para algunos eventos deportivos.

La ministra admitió no obstante que la convocatoria de soldados que sirven en otros países o que acaban de regresar de misiones en el extranjero supondrá un sobreesfuerzo para estos efectivos, que no podrán disfrutar de un descanso.

Esto, según han afirmado exjefes militares, minará la ya frágil moral en las Fuerzas Armadas, que afrontan despidos masivos por un recorte del presupuesto de Defensa.

Hammond anunció el pasado 5 de julio que se reducirá en un 24 % en los próximos ocho años la capacidad militar de este país, lo que significa pasar de los actuales 102.000 soldados a 82.000, la mitad que en la Guerra Fría.

El operativo de seguridad por los Juegos, que se celebran del 27 de julio al 12 de agosto, ha sido objeto también de otra polémica, después de que los vecinos del este de Londres, donde se ubica el parque olímpico, se quejaran por la instalación de misiles tierra-aire en las azoteas de sus edificios.

A este último fiasco se suma además la inquietud existente por la ralentización de los controles de inmigración en los aeropuertos, principalmente el londinense de Heathrow, el mayor del país, donde diariamente se forman largas filas.

En todo el Reino Unido, el operativo de seguridad en torno a las Olimpiadas involucrará a unas 42.000 personas, con un coste cercano a los 1.200 millones de euros.