Lugo llama a sus seguidores a protestar de forma 'pacífica'

  • Franco pedirá ayuda a Lugo para "atenuar" las tensiones en Paraguay

El destituido presidente Fernando Lugo compareció esta madrugada ante un grupo de seguidores congregados frente a la sede de la Televisión Pública de Paraguay, dente de los que denunció que ha sido víctima de un "golpe de Estado parlamentario".

Lugo, que perdió el poder en un juicio político el pasado día 22, acudió a una concentración de personas que protestaban por las supuestas presiones sobre el canal público por parte del nuevo Gobierno de Federico Franco.

El ex presidente declaró que había aceptado el veredicto "injusto" de culpabilidad por mal desempeño en aras de preservar la paz en Paraguay y aludió a la decisión de Argentina de retirar a su embajador de Asunción "hasta tanto se restablezca el orden democrático en Paraguay".

El secretario de Información de Lugo, Augusto Dos Santos, presentó ayer su renuncia y fue sustituido por Fernando Pfannl, según informó la agencia estatal IP, que comparte sede con la televisión en el centro asunceno.

Ambos medios públicos fueron creados y promovidos por el Gobierno de Lugo.

En un comunicado de la Secretaría de Información (SICOM), Pfannl informó del nombramiento interino de Gustavo Canatta como sustituto del director de la televisión pública, Marcelo Martinessi, "considerando la finalización del contrato de trabajo (de éste) el pasado mes de mayo", según IP.

"Desde la Sicom, se garantiza la continuidad de la programación" del canal público, según el comunicado, que añade que "el Gobierno del presidente, Federico Franco, garantiza la libertad de expresión, como se pudo comprobar con la manifestación de los funcionarios y funcionarias en la fecha".

La agencia IP informó de la manifestación ciudadana y de las denuncias de Martinessi del "primer intento de poder marcar una línea editorial" por parte del nuevo Ejecutivo, pero no de la aparición de Lugo.

FRANCO PEDIRÁ AYUDA A LUGO PARA "ATENUAR" LAS TENSIONES EN PARAGUAY

El flamante presidente de Paraguay, Federico Franco, ha asegurado que pedirá ayuda a su predecesor, Fernando Lugo, para "atenuar" las tensiones que se han desatado en Latinoamérica a raíz de la destitución aprobada por el Senado paraguayo este pasado viernes.

Franco ha declarado a Reuters que trabajará para "disuadir y convencer" al Gobierno argentino de la legitimidad de la remoción de Lugo a través de un "juicio político" por "mal desempeño" en la gestión del desalojo de una finca en la localidad de Curuguaty, en el sureste del país, que se cobró la vida de 17 personas entre campesinos y policías.

De hecho, la Constitución de Paraguay establece en su artículo 225 que el jefe de Estado solo podrá ser sometido a un juicio político "por mal desempeño de sus funciones, por delitos cometidos en el ejercicio de sus cargos o por delitos comunes".

Además de Argentina, que ha anunciado este domingo la salida de su embajador en Paraguay, la Unión Suramericana (Unasur) y la Organización de Estados Americanos (OEA) han recriminado el 'modus operandi' llevado a cabo en este juicio político. Tal y como han criticado, asimismo, Venezuela, Bolivia, Chile, El Salvador, México, Costa Rica, entre otros, Lugo no dispuso del tiempo suficiente para preparar su defensa.

UN AÑO PARA REVERTIR EL DECLIVE DE LA ECONOMÍA

El presidente paraguayo, Federico Franco, tiene apenas un año por delante para revertir un declive de la economía que, en el primer trimestre de 2012, supuso una retracción del 2,6 por ciento del PIB por el desplome de su actividad agrícola y ganadera.

La pésima cosecha sojera y la pérdida de principales mercados de exportación para la carne bovina tras el brote de fiebre aftosa detectado en septiembre de 2011, supusieron una variación del -28,1% en el sector agrícola y del -2,3% en el ganadero en el primer trimestre, según datos del Banco Central (BCP).

El informe del BCP, hecho público en pleno "juicio político" que supuso la destitución el viernes de Fernando Lugo y la asunción de funciones por parte de Franco, confirma las previsiones para el conjunto del año: una caída al -1,5% del PIB, frente al crecimiento del 13,1 en 2010 y del 4,4 en 2011.

El nuevo presidente, cuya legitimidad aún cuestionan varios de sus vecinos y principales socios comerciales, como Argentina, prometió dos grandes actuaciones durante sus primeras horas de mandato: una solución "inmediata" al añejo conflicto por la tierra y una política energética que fomente la industrialización del país.

Para el campo, habló de soluciones en sitios "emblemáticos" como podrían ser los campos sojeros de Ñacunday, propiedad de un terrateniente brasileño que de forma recurrente son ocupados por los "sin tierra", supuestamente instigados por Lugo según una de las acusaciones que fundamentó su destitución.

En su primera rueda de prensa para medios extranjeros, Franco garantizó este sábado a Brasil -cuyo Gobierno aún mantiene silencio sobre el relevo en Asunción- que los "brasiguayos" pueden estar tranquilos pues sus propiedades están "absolutamente seguras".

El liberal Franco fue un incómodo vicepresidente para Lugo y a menudo cuestionó sus decisiones sobre la improbable reforma agraria en Paraguay, donde casi un tercio de la tierra arable fue adjudicada irregularmente durante la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-89) y en los 15 años sucesivos, según un informe oficial.

También se convirtió en receptor de las quejas de los inversores a los que Lugo "no daba bolilla", como muy gráficamente describió este sábado el presidente de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), Eduardo Felippo.

"Yo creo que va a haber una reversión muy grande de toda la gente que fue ahuyentada en los últimos meses y años. Van a venir corriendo a este país", aseveró a EFE Felippo, que hoy acudió a la Presidencia acompañando a la primera delegación extranjera recibida por Franco, la del ministro alemán de Cooperación, Dirk Niebel.

Franco siempre dio a los inversores el "aliento" que Lugo les negaba, por lo que el cambio producido es "superpositivo para el país", que ahora tendrá un Gobierno "ávido de inversiones, donde las grandes oportunidades están dadas", abundó Felippo.

Restablecer la confianza de los agentes económicos y poner en marcha los proyectos parados son lo más urgente, según el empresario, quien se mostró seguro de que "el proceso económico va a mejorar notablemente" aunque no espera "milagros" ni que pueda revertirse "inmediatamente" el declive registrado.

El nuevo presidente puso también el acento de su gestión económica en el aprovechamiento de uno de los principales recursos del país, la energía eléctrica que producen las presas binacionales de Itaipú y Yacyretá, compartidas con Brasil y Argentina en el río Paraná.

Según Franco, Paraguay necesita una política de Estado que permita "utilizar la energía para generar industria", en lugar de cederla a los vecinos (cedió el 92% en 2011), y evitar la sangría de mano de obra.

De acuerdo con los datos del BCP, el sector eléctrico creció un 5,4% en el primer trimestre y aportó el 14,3% del PIB total frente al 21,5% del sector primario y al 14% de industria y construcción.

Franco prometió devolver en agosto de 2013 un país "organizado", con la "participación de todos los sectores, con la presencia de ricos y pobres", lapso este último que obvió que un tercio de la población paraguaya vive en la pobreza (y el 19% en la miseria).

Notoriamente, la agenda del día del Senado que terminó abriendo el juicio a Lugo el jueves pasado preveía debatir la entrada en vigor este año del impuesto a la renta, prometida por Paraguay en 2003 al FMI a cambio de asistencia y sistemáticamente bloqueada por el Legislativo.

Único país latinoamericano que aún no paga este tributo, Paraguay ingresó en 2011 unos 3.125 millones de dólares en impuestos y tasas aduaneras, más de la mitad por el IVA, mientras sólo el 0,45% provinieron de sus dos principales actividades económicas, la agricultura y la ganadería, y el 19,2% de sus empresas.