Irán vota un Parlamento constreñido que puede dificultar política exterior

La campaña electoral para los novenos comicios legislativos en la República Islámica de Irán, que se celebrarán mañana, finalizó hoy, con escasa presencia mediática y sin haber conseguido atraer el interés de los iraníes.

La ausencia de propaganda y de actos electorales han marcado la campaña, con una cobertura mínima por los medios de comunicación, por lo que la abstención amenaza unas elecciones para las que han sido convocadas 48,2 millones de personas.

Sólo en los dos últimos días de campaña se han podido observar más carteles, siempre de forma discreta, en algunas zonas de Teherán y mayor propaganda en los medios, la mayoría de agrupaciones de candidatos, aunque también en algunos casos de aspirantes individuales.

Según las proyecciones de participación divulgadas por diversos medios en las últimas horas, que se basan en encuestas cuyo origen y datos técnicos no se han revelado, la participación prevista en Teherán, en cuya zona metropolitana viven casi 14 millones de habitantes, es del 37 por ciento.

En el conjunto del país, con unos 76 millones de habitantes, de los que 48,2 millones mayores de 16 años están convocados a votar, la participación llegaría al 57 por ciento, teniendo en cuenta que suele ser considerablemente mayor la asistencia a las urnas en las pequeñas ciudades y el medio rural.

Además, los sondeos afirman que hay un 15 por ciento de potenciales votantes indecisos sobre si acudir a las urnas para elegir 290 diputados entre 3.444 candidatos, en un país con un 71 por ciento de población urbana y un 29 por ciento rural, según datos oficiales.

A falta de diferencias ideológicas y programas, el aglutinante ha sido la lucha contra el enemigo exterior y, tanto los dirigentes religiosos como los laicos, todos encabezados por el líder supremo, Ali Jamenei, han señalado que una participación masiva será un "nuevo golpe a la 'arrogancia'", como llaman a EEUU e Israel.