Grecia y los acreedores continúan negociando la quita de su deuda soberana

  • La presión del mercado sobre Portugal se recrudece y alcanza valores récord

Grecia y sus acreedores privados del Instituto Internacional de Finanzas (IIF) continúan negociando hoy la quita de una gran parte de su deuda, condición indispensable para que la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) concedan un nuevo préstamo por valor de 130.000 millones de euros. Los acreedores privados, que poseen unos 206.000 millones de euros en deuda, podrían aceptar una quita de al menos el 50 % de sus bonos, a cambio de unos bonos depreciados, más una compensación en dinero en efectivo financiada con el nuevo préstamo.

Según informó el Ministerio de Finanzas griego, las conversaciones serán retomadas hoy con la participación del primer ministro heleno, Lukás Papadimos, y su ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, de una parte, y, de la otra, el director del IIF, Charles Dallara, y su asesor especial Jean Lemierre.

Por el momento no ha habido comunicados sobre la marcha de las negociaciones, aunque fuentes cercanas a la negociación aseguraron que se podría llegar a un acuerdo "en los próximos días".En una nota informativa, el IIF se limitó a explicar que tras la "larga" reunión de ayer, las partes volverían a reunirse hoy.

Papadimos también mantendrá consultas hoy con los líderes de los tres partidos que sustentan el gobierno con el objetivo de asegurar su apoyo parlamentario a un eventual acuerdo sobre la PSI. Expertos de la troika formada por el FMI, la UE y el Banco Central Europeo (BCE) continúan sus consultas con diversos ministerios griegos para examinar el avance de las reformas prometidas por el gobierno.

Se espera que mañana lleguen a Atenas los jefes de misión de esas entidad que, además de las medidas de austeridad, deben constatar avances en las negociaciones sobre la quita para dar luz verde al nuevo préstamo. Estos fondos son imprescindibles para evitar que Grecia entre en suspensión de pagos el 20 de marzo, cuando afronta un pago de 14.400 millones de euros en vencimientos de deuda soberana.

PRESIÓN DEL MERCADO SOBRE PORTUGAL

La presión que ejercen los mercados sobre la deuda soberana de Portugal volvió a intensificarse este jueves hasta elevar los intereses que penalizan las obligaciones lusas a cinco y diez años a valores récord desde la entrada en vigor del euro. Pese a superar sin problemas su emisión de bonos a corto plazo de ayer, en el mercado secundario -donde se compran y venden los títulos adquiridos en esas subastas- su deuda a largo plazo sigue en el punto de mira de los inversores.

La decisión de Standard & Poor's de rebajar la calificación de Portugal en dos escalones hasta "BB" -considerado ya "bono basura"- ha afectado negativamente a la cotización de las obligaciones lusas, que desde principio de semana se ha vuelto a disparar, una señal de que los mercados mantienen sus dudas sobre la solvencia del país. A diez años -plazo utilizado habitualmente como referencia-, los títulos portugueses se vendían hoy a un interés del 14,6 %, casi dos puntos y medio más que el viernes, lo que supone un nuevo máximo histórico.

La prima de riesgo -que mide la diferencia con el bono alemán a diez años- también volvía a aumentar hoy, hasta rondar los 1.280 puntos básicos. En el caso de las obligaciones lusas a cinco años, la rentabilidad exigida por los inversores para adquirirlas subía hasta el 18,2 %, un valor inédito desde que el euro comenzara a circular.

Después de unas semanas de relativa tranquilidad, Portugal ha visto desbocarse los intereses que penalizan su deuda desde el lunes, cuando sus títulos a cinco años cotizaban al 15 % de interés. Analistas lusos apuntaron hoy a la bajada del "rating" decretada por Standard & Poor's el viernes como principal razón del aumento de la presión de los mercados sobre Portugal, al provocar que los inversores exijan una mayor rentabilidad para adquirir títulos lusos.