Fracasa la moción de censura en la Asamblea contra el Gobierno francés

El primer ministro francés, Manuel Valls en la Asamblea Nacional
El primer ministro francés, Manuel Valls en la Asamblea Nacional |Telemadrid

No hubo sorpresa en Francia y el Gobierno socialista superó, pese a su fragilidad, la moción de censura presentada por la derecha, que cerró filas frente a un primer ministro desafiante que prometió continuar con las reformas.

La polémica "ley Macron", que introduce varias medidas liberalizadoras en la economía francesa, quedó así aprobada de forma automática gracias al fracaso de la moción de censura, que fue apoyada por 234 diputados de los 289 que necesitaba para triunfar.

"La ley de crecimiento y actividad pasa en la Asamblea. ¡Nada detiene el movimiento de la reforma!", celebró el jefe del Gobierno, Manuel Valls, a través de un mensaje en Twitter.

Sin embargo, pocas razones para el triunfalismo pudo encontrar Valls en una jornada en la que el principal partido de la oposición, la Unión por un Movimiento Popular (UMP), encontró una rara unanimidad para votar en bloque por la caída del Ejecutivo.

Los apoyos que recibió la moción desde la centrista Unión de Demócratas e Independientes (UDI) y desde el Frente de Izquierda -que también votaron divididos- no fueron suficientes para hacer temblar al Ejecutivo, pero sí para permitir a la derecha recobrar bríos ante la debilidad gubernamental.

Ninguno de los diputados socialistas, incluidos los llamados "rebeldes", respaldaron la moción.

En el debate previo, el primer ministro recordó a la oposición un hecho indiscutible, y es que, a día de hoy, "no existe una mayoría alternativa" a la gubernamental.

Sin embargo, lo que llevó a esta situación fue precisamente la división en las filas socialistas, que obligó a Valls a recurrir el martes al controvertido artículo 49.3 de la Constitución para aprobar la "ley Macron" sin el voto del Parlamento, una especie de "decretazo" que solo puede ser revocado con una moción de censura.

El político socialista consideró este ardid constitucional como un ejercicio de "la autoridad que se impone en estos momentos", ante la parálisis generada por una Asamblea hostil, y aseguró que "no se dejará impresionar" en ese camino.

Del mismo modo, hizo una encendida defensa de las reformas aprobadas por su Ejecutivo bajo el mandato del presidente, François Hollande, y se comprometió a seguir por esa senda.

La oposición se lanzó en tromba a por un primer ministro que vive su momento más delicado desde que Hollande recurrió a él para salvar su popularidad en marzo de 2014, y no ahorró críticas a un Gobierno frágil al que le resta todavía casi la mitad de su quinquenio.

"El triste episodio parlamentario que vivimos es la última etapa de su proceso de debilitamiento", le espetó el presidente del grupo parlamentario de la UMP, Christian Jacob, a Valls durante su intervención en el debate.

Tras insinuar que Hollande debería disolver el Parlamento y convocar elecciones, Jacob recordó al primer ministro que "encabeza una mayoría frágil, que le obliga a regatear con sus propios diputados", por lo que, consideró, "ya no puede pilotar" el país.

"Lo más trágico de este asunto es que usted caiga ante un texto tan insignificante, que el propio presidente reconoció que no era 'la ley del siglo'", atacó Jacob.

Mientras, el centrista Philippe Vigier, de la UDI, dijo durante el debate que "la incapacidad del Gobierno para hacer adoptar el proyecto demuestra que no le será posible acometer las reformas vitales para preparar el futuro de Francia".

Ultraliberal para la izquierda, tímida para la derecha, la "ley Macron" contempla iniciativas para ampliar de cinco a doce los domingos en los que los comercios pueden abrir en las zonas turísticas, la desregularización de ciertas profesiones, como los notarios, o la liberalización de sectores como el transporte público en autobús.

El bronco debate podría tener su continuación en los próximos meses, ya que el proyecto debe continuar su trámite parlamentario ante el Senado en primera lectura.

Por si acaso, la UMP ya advirtió a Valls de que no intente "bajas maniobras" para tratar de hacer pasar la legislación "en una sesión extraordinaria en medio del verano".