Felipe VI destaca el vigor y "el enorme potencial" de la relación con México

  • El rey agradece a México que acogiera a exiliados republicanos
  • El rey deposita una corona de flores en el Monumento de los Niños Héroes

El rey de España, Felipe VI, destac "la fuerza y la vitalidad" de la relación entre España y México, además de su "enorme potencial", lo que atribuyó a que se basan en "vínculos mucho más profundos que los políticos o comerciales".

Don Felipe, acompañado de doña Letizia, transmitió este mensaje al comienzo de su visita oficial a México, la primera en su reinado a Iberoamérica, tras recibir la bienvenida del presidente del país, Enrique Peña Nieto, y de su esposa, Angélica Rivera.

El acto tuvo lugar en el Campo Marte, después de que el rey depositara una corona de flores en el Monumento de los Niños Héroes, los cadetes que defendieron la capital mexicana desde el Bosque de Chapultepec del ataque de los norteamericanos en 1847.

Don Felipe remarcó la "importancia capital" del viaje a México, no solo por ser un socio estratégico de España, sino para poner de relieve que la amistad entre ambos países se ha ido forjando a lo largo de "una experiencia histórica y cultural común muy amplia" y están basadas en "vínculo mucho más profundos que los políticos o los comerciales".

"Son relaciones construidas entre personas que, por tanto, trascienden gobiernos e instituciones y esos las hace aún más sólidas", aseguró.

El rey mostró su convencimiento de que su primera visita de Estado a México, después de las seis que hizo su padre, don Juan Carlos, y la reina Sofía entre 1978 y 2002, servirá para que 170 millones de mexicanos y españoles comprueben "lo mucho que tienen en común, la fuerza y la vitalidad de la relación y el enorme potencial que hay por delante".

MÉXICO UNA GRAN NACIÓN, EN LA QUE LOS ESPAÑOLES SE SIENTEN COMO EN SU PATRIA

Tras definir a México como una "gran nación, tan cercana y hermanada" a España", hizo énfasis en su "extraordinaria personalidad" y en el peso de su historia", y en el "profundo aprecio y respeto" que tanto él como la reina tienen hacia sus gentes.

Don Felipe agradeció la invitación de Peña Nieto para que su "deseada y esperada" visita a México fuera la primera de máximo rango al continente americano, lo que ha considerado "un gesto de profunda amistad". "Así nos lo ofrecieron, así lo apreciamos y así también lo quiere el Gobierno de España", valoró.

Al recordar el viaje que Peña Nieto hizo a España en junio del pasado año, después de que don Juan Carlos abdicara y días antes de su proclamación, Felipe VI le transmitió el saludo "lleno de afecto y amistad" de sus padres hacia el jefe de Estado y el pueblo mexicanos.

Como colofón al discurso, don Felipe concluyó entonando un "Viva México" para hacer ver que todos los españoles "se han sentido, se sienten y se sentirán" en México como "en su propia patria", una impresión compartida por él y por la reina.

El acto se celebró en el recinto deportivo militar que habitualmente acoge la bienvenida de mandatarios extranjeros, ante una notable presencia de unidades de los tres ejércitos y del Cuerpo de Guardias Presidenciales.

La que fuera sede olímpica de hípica en los Juegos Olímpicos de México de 1968 presume de tener una de las tres mayores banderas del mundo, con un mástil de 94 metros y una superficie de 1.400 metros cuadrados.

La enseña mide 50 metros de ancho por 28 de alto y su tela pesa 250 kilos, que llegan a 500 cuando se moja.

"INMENSA GRATITUD" POR HABER ACOGIDO A LOS EXILIADOS ESPAÑOLES

El rey de España expresó hoy su "inmensa" gratitud a México por haber acogido durante varias décadas a españoles que emigraron al país americano, entre ellos a muchos exiliados republicanos huidos del franquismo en la década de los 30 y los 40 del siglo pasado. Don Felipe evocó a los refugiados españoles, entre ellos a un buen número de intelectuales, en el discurso pronunciado en el Ayuntamiento de Ciudad de México durante la primera jornada de su visita de Estado al país americano junto a doña Letizia.

Después de la bienvenida ofrecida por el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, los reyes se desplazaron a la Plaza del Zócalo, el corazón de la capital, donde su gobernador, Miguel Ángel Mancera, les hizo entrega del título de Huéspedes Distinguidos y de la Llave de la Ciudad.

El rey recordó que desde el comienzo de la historia compartida entre ambos países, hubo españoles en Ciudad de México que contribuyeron a entablar "lazos de sangre y de cultura" con el pueblo mexicano. Entre ellos, destacó a los españoles huidos por la Guerra Civil, alrededor de unos 40.000, que buscaron cobijo después de que el presidente Lázaro Cárdenas decidiera no reconocer al régimen de Franco y acoger al gobierno en el exilio, precisamente, en el edificio del Ayuntamiento capitalino.

Fue en el Salón de Cabildos donde en agosto de 1945, reunidas las Cortes españolas de la República, se nombró a José Giral como presidente de Gobierno en el exilio.

Según don Felipe, aquellos intelectuales, artistas, escritores y filósofos, como Luis Buñuel, Luis Cernuda, Max Aub, León Felipe o José Gaos, contribuyeron a dar prestigio a instituciones como la Casa de España en México, la Universidad Autónoma de México (UNAM), la más grande de América, y otras entidades científicas.

"Ciudad de México, por tanto, urbe hospitalaria y magnánima que recibe con los brazos abiertos a los españoles que han encontrado su hogar en este inmenso y hermoso Valle de Anáhuac. Nuestra gratitud es por ello también inmensa", remarcó el rey, tras recordar que también hoy el país americano sigue recibiendo a artistas en busca de inspiración para su trabajo.

Felipe VI consideró un honor la invitación de convertirse, tanto él como la reina, en "chilangos", como se conoce popularmente a los habitantes de México DF, a la calificó de "una de las ciudades más bellas y fascinantes del mundo" por ser "tan rica en historia y vitalidad humana, tan inmensa y pasional".

Ciudad de México, que fue donde el Virreinato levantó la capital de la Nueva España sobre la mítica Tenochtitlán, es, en la actualidad, una metrópoli "mestiza y llena de contrastes, encrucijada de mundos" y "lugar de encuentro excepcional y de oportunidades", describió don Felipe.

Se mostró convencido de que existe un "amplio espacio" para que ciudades españolas e iberoamericanas y México DF trabajen juntas para intentar encontrar respuestas a retos como la movilidad, el urbanismo, la salud, la educación, la seguridad o la gestión del agua y de los residuos.

En esta labor, el rey enfatizó el papel que las empresas españolas están desempeñando por su fe "en el dinamismo de esta capital y en la capacidad de sus gentes".

También elogió la función del Centro Cultural de España en México, "cordón umbilical" entre ambos pueblos y "uno de los resultados más exitosos de lo que pueden construir juntos".

Miguel Ángel Mancera convino en ensalzar las aportaciones que hicieron los intelectuales huidos a México en diversos ámbitos."Ciudad de México sigue teniendo la mano extendida y los brazos abiertos para España, desde entonces hasta ahora", declaró el jefe del Gobierno de la capital.

La agenda de la visita prosigue con un encuentro de ambas delegaciones en la residencia presidencial de Los Pinos y un almuerzo privado ofrecido por Peña Nieto y su esposa a los reyes. La primera jornada se completa con una cena oficial en el Palacio Nacional con la presencia de los dos jefes de Estado.