EEUU intenta superar el sofocante calor que afecta al país este fin de semana

EEUU continúa hoy tratando de superar las temperaturas extremas de una ola de calor que ya ha causado las primeras víctimas en la costa este y el centro del país, donde los termómetros se han disparado por encima los cuarenta grados.

Los 46 grados de Nueva York, los 40 en Washington DC o los 38 en Providence registrados por el Servicio Nacional de Meteorología, no es la temperatura real que sienten los ciudadanos.

La intensa humedad que ha traído esta ola de calor, que entró el jueves y se espera que dure hasta el domingo, ha elevado la sensación térmica hasta los 49 grados en algunas ciudades, la cifra más alta desde julio de 1980, según señala el "Washington Post".

Esa sensación de calor asfixiante que ha traído una masa de aire húmedo tropical ha afectado a las personas con problemas respiratorios y causado más de una veintena de muertos, según las primeras estimaciones.

El viernes, el Departamento de Salud del condado de Shelby, en Tennessee, confirmó cuatro muertes relacionadas con la ola de calor, y en Chicago, la Oficina de Gestión de Emergencias informó de seis más, según la cadena CNN.

El Departamento de Salud de Missouri ha informado de 13 muertes que podrían haber estado relacionadas con las temperaturas, aunque todavía hay que completar la investigación de las causas.

No obstante, aunque el calor es intenso y las autoridades han emitido alertas en 17 estados, entre Georgia y Maine, la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera señala que esta ola no figura entre las cinco peores registradas desde 1980, cuando empezó a recabar estos datos.

La ola de calor registrada entre junio y septiembre de 1980 en el centro y el este del país causó 10.000 muertos, incluyendo aquellos que murieron por complicaciones relacionadas con el calor extremo, y costó al sector agrícola y las industrias relacionadas 55.400 millones de dólares.

Otra de las más mortíferas fue la registrada en el verano de 1988, en la que las víctimas mortales superaron las 5.000 y que causó daños por unos 71.000 millones de dólares.

Entre las más recientes, la que asoló los estados de la zona sur del centro del país y del sureste entre la primavera y el verano del año 2000, que causó 140 muertos en todo el país, a la que se sumó una sequía que dejó unas pérdidas de unos 4.800 millones de dólares.

Las autoridades han suspendido algunas actividades al aire libre planeadas para el fin de semana, y para combatir las temperaturas extremas la ciudad de Allentown, en Pensilvania, ha anunciado que mientras dure la ola de calor las piscinas municipales serán gratis.

Debido al calor también, el sistema de transporte público de Washington DC ha hecho una excepción en su política de no admitir bebida en los vagones de tren ni en los autobuses y permitirá temporalmente a los usuarios llevar agua durante sus viajes.

Los hospitales de la región han recibido un aumento de pacientes en las salas de emergencia con afecciones relacionadas con el calor, como problemas respiratorios, deshidratación y problemas estomacales.

El director de pediatría del Inova Loudoun Hospital, Ron Waldrop, indicó al "Washington Post" que aproximadamente una veintena de personas acudieron al hospital en los últimos dos días con problemas de deshidratación y agotamiento.

Las autoridades sanitarias recomiendan beber agua con frecuencia, evitar la exposición directa al sol en las horas de mayor incidencia y amparar a los niños, a las personas mayores y enfermos en sitios frescos para mantener su temperatura corporal.

Mientras tanto, sube la demanda de electricidad asociada al aumento del uso del aire acondicionado y otros sistemas de refrigeración, según ha alertado Midwest Independent Transmission System Operator la organización que gestiona el flujo de energía a granel en 12 estados de todo el Medio Oeste.

Según recoge CNN, la agencia informó de que la demanda subió a su punto más alto en la historia miércoles, alcanzando un máximo de 103.975 megavatios y superando el récord anterior establecido el 31 de julio de 2006, aunque ha señalado que sus instalaciones están preparadas para asumir el incremento.

La Administración Nacional de Océanos y Atmósfera espera un descenso de las temperaturas a lo largo del domingo y el lunes, con una vuelta "casi" a la media habitual para el mes de julio