EEUU conmemora el atentado de la maratón de Boston, un año después

El vicepresidente de EE.UU., Joe Biden, acudirá este martes a la ceremonia de conmemoración del atentado en la maratón de Boston, que hace un año dejó tres muertos y 260 heridos, mientras que el presidente, Barack Obama, y su equipo guardarán un minuto de silencio en honor a las víctimas. Biden y su mujer, Jill, viajarán a Boston para asistir al acto que marca el primer aniversario del trágico suceso, que tendrá lugar en el centro de convenciones Hynes, situado a poca distancia de la línea de meta, donde el 15 de abril del año pasado Tamerlán y Dzhokar (Jahar) Tsarnaev, dos hermanos de 26 y 20 años, colocaron dos ollas de presión llenas de explosivos caseros.

La línea de meta de la maratón de este año ya está preparada, y la carrera, uno de los eventos más populares de Boston, tendrá lugar este año el día 21, tras doce meses en los que la ciudad ha adoptado como lema de recuperación tras el atentado y de superación del miedo: "Correremos de nuevo", una frase que puede leerse en camisetas y todo tipo de material deportivo de venta en la ciudad.

Por su parte, Obama y su equipo guardarán en Washington un minuto de silencio a las 14:40 horario local (18:40 GMT) en honor a las víctimas de un atentado que puso en evidencia el peligro del terrorismo de los llamados "lobos solitarios", terroristas que se inspiran en información yihadista en internet.

LA AMENAZA SIGUE AHÍ

El manual para "construir una bomba en la cocina de tu madre" inspiró los atentados del maratón de Boston de hace un año y sigue siendo una amenaza para Estados Unidos, especialmente por la dificultad de detectar estos planes terroristas.

Días atrás, el manual terrorista en inglés "Inspire" publicó su último número en internet con instrucciones específicas sobre cómo preparar un coche bomba con tanques de gas y oxígeno y recomendaciones para causar el mayor daño posible en Estados Unidos. Ese manual es considerado por los investigadores como una de las principales inspiraciones para Tamerlán y Dzhokar (Jahar) Tsarnaev, los hermanos de 26 y 20 años que el 15 de abril de 2013 colocaron dos ollas de presión llenas de explosivos caseros en la concurrida meta del maratón de Boston.

TRES MUERTOS EN EL ACTO Y 26 HERIDOS

Las detonaciones mataron a tres personas en el acto e hirieron a otras 260, muchas de las cuales sufrieron amputaciones o heridas y cicatrices de las que aún intentan recuperarse.Los dos jóvenes procedían de una familia de Daguestán, en la región del Cáucaso norte, pero llevaban una década residiendo en Estados Unidos y Jahar, que se había educado en el país desde los ocho años, era ciudadano estadounidense.

Eso no evitó que coquetearan con ideas islamistas radicales y comenzaran a visitar foros y a leer manuales como "Inspire" fuera del radar del FBI o de agencias de inteligencia, que no consiguieron conectar las sospechas que no obstante manejaron, especialmente las que apuntaban a Tarmelán, el hermano mayor y el más radical.Para las autoridades estadounidenses sigue siendo extremadamente difícil detectar a radicales que preparan ataques por su cuenta, sin relaciones y contactos con una organización definida, como ocurrió en el intento de coche bomba en 2010 en Times Square de Nueva York.

Mientras tanto, Al Qaeda sigue intentando reclutar "mártires" con "Inspire", que en su más reciente número en marzo enseña a montar explosivos y recomienda colocarlos en zonas concurridas en ciudades como Washington, Nueva York, Chicago o Los Ángeles. "Estamos ante una nueva evolución del terrorismo", indicó la semana pasada el congresista de Texas Michael McCaul, presidente del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representante, donde se celebró una audiencia sobre los atentados.

McCaul recordó que los dos hermanos habían fabricado sus explosivos en casa y habían acumulado un arsenal para supuestamente cometer después otro atentado en Nueva York.Esos explosivos improvisados, que incluían cartuchos similares a la dinamita y otra olla de presión lista para ser activada, fueron usados contra la policía en una espectacular persecución la madrugada del 18 al 19 de abril en las afueras de Boston, en la que murieron un agente y el propio Tamerlán Tsarnaev.

Jahar mantuvo la ciudad en toque de queda durante todo el día 19, mientras equipos especiales de policía y helicópteros intentaban dar con el joven, que fue hallado oculto en el bote de recreo de un vecino de Watertown, a las afueras de Boston.Un informe de la Cámara de Representantes recordó que los avisos de la inteligencia rusa sobre Tamerlán pasaron desapercibidos, mientras que el espionaje estadounidense asegura que Moscú debió ofrecer más información que conocía.

Estas contradicciones y la complejidad de conectar todo el entramado policial y de inteligencia siguen siendo puntos débiles en la lucha terrorista un año después del atentado de Boston.