Baja participación y pocos incidentes en elecciones legislativas marroquíes

  • Los resultados de los 38.150 colegios en todo el país no se conocerán hasta el sábado

Los colegios electorales marroquíes cerraron hoy sus puertas a las 19.00 GMT hora local (la misma GMT), tras once horas de votaciones para las elecciones legislativas anticipadas.

Según el último dato sobre la participación, a las 17.00 horas habían votado el 34 % de los votantes, y cuando se facilite el cómputo total de votantes permitirá medir la implicación popular con las reformas constitucionales aprobadas el pasado 1 de julio.

En cuanto a los porcentajes alcanzados por los distintos partidos, no se conocerán definitivamente hasta mañana, sábado, aunque durante la noche de hoy podrán saberse resultados parciales.

Los votantes, que al mediodía eran solo un 11,5 % de los inscritos, se duplicaron prácticamente tres horas después, según las cifras del ministerio del Interior marroquí, que centraliza todas las operaciones de voto.

Los 38.150 colegios en todo el país cierran a las 19.00, y no se esperan los datos definitivos de participación hasta varias horas después; en cuanto a los resultados de los distintos partidos, todo indica que no se conocerán hasta mañana sábado.

"No tenemos noticia de incidentes mayores hasta el momento", dijo a Efe Kamal Lahbib, que preside el Colectivo Asociativo para la Observación de Elecciones, donde tienen cabida 3.200 observadores marroquíes desplegados por todo el país.

Sin embargo, Lahbib recordó que deben esperar hasta el final de la jornada, incluyendo el escrutinio y el recuento total, antes de ofrecer una apreciación general de su desarrollo.

Pese a que la agencia oficial MAP subraya el "interés manifiesto de los ciudadanos", los distintos colegios electorales visitados por varios periodistas y observadores mostraron un goteo continuo de votantes pero en ningún caso una afluencia masiva que recordase a las colas que el pasado mes se formaron en el vecino Túnez.

Cada votante debe elegir dos listas: una con la lista local de su circunscripción local y otra para la "lista nacional" reservada a mujeres y jóvenes.

Acto seguido, los encargados de la mesa electoral marcan su índice con un rotulador para que no pueda volver a votar, aunque son muchos los que salen del colegio frotándose la mano para quitarse la tinta cuanto antes.

El ambiente en las calles de la capital no era muy diferente al de cualquier viernes, y de hecho la afluencia a las mezquitas en el día santo musulmán era mucho más apreciable que la registrada en las oficinas de voto.

La organización islamista semi tolerada Justicia y Caridad, que ha pedido el boicot a los comicios, denunció en un comunicado que los imanes de las mezquitas habían pedido a los fieles ir a votar, pero un testigo contactado por Efe no ratificó la denuncia y dijo que en su mezquita no había habido alusiones al respecto, aunque no descartó que hubiera sucedido en otras.

Justicia y Caridad también denunció "el transporte colectivo" de votantes con vehículos puestos por el ministerio del Interior, práctica que suele ser registrada casi en cada cita electoral.

Los partidos políticos han movilizado a abundantes interventores en los colegios electorales de la capital, particularmente el Partido Justicia y Desarrollo (islamista), que parte como favorito, pero en la periferia rural de Rabat, concretamente en el poblado de Sehoul, solamente había un interventor de un partido mayoritario.

Fueron muy pocos los que accedieron a pronunciarse sobre el sentido de su voto, reclamando el derecho a guardar el secreto, pero los pocos que lo hicieron fue en su mayoría para afirmar que habían optado por el PJD.

Un hombre de 53 años que dijo ser votante de la Unión Socialista en el pasado dijo haber optado por el PJD pese a no ser islamista, "pues es la última oportunidad que tenemos de creernos que esta es una democracia", mientras que su hija de 18 años, votante por primera vez y con la cabeza descubierta, también votó por el mismo partido "convencida por sus mensajes en televisión".

Si el PJD gana las elecciones, el rey Mohamed VI tiene teóricamente la obligación de encargarles el gobierno, según el nuevo texto de la constitución aprobada el pasado 1 de julio y con la que el monarca conjuró en un primer momento la llamada "primavera árabe" en Marruecos.