La Seguridad Social tuvo un superávit de 2.375,15 millones de euros hasta julio, lo que supone un descenso del 32,3 % con respecto al mismo periodo de 2011, según datos publicados hoy por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social.
Este superávit fue resultado de unos ingresos que alcanzaron los 72.651 millones de euros, un aumento del 1,71 % respecto al año pasado, frente a unos gastos de 70.275,86 millones, que crecieron el 3,47 %.
En términos homogéneos, sin tener en cuenta las transferencias del Estado a la Seguridad Social, los ingresos no financieros han caído el 0,15 % y el superávit hasta julio ha sido de 1.046,59 millones de euros, un 70,17 % menos que el registrado en el mismo periodo de 2011.
Las transferencias recibidas del Estado aumentaron en 1.328,56 millones de euros (15,21 %) hasta 9.063,89 millones, con lo que a 31 de julio ya se ha recibido el 82,44 % del total de las aportaciones contempladas en el presupuesto.
Para el secretario de Estado de Seguridad Social, Tomás Burgos, el anticipo de estas transferencias "garantiza plenamente la financiación del sistema de pensiones", según declaraciones recogidas en el comunicado del Ministerio de Empleo.
Los gastos pendientes de imputación presupuestaria en julio ascienden a unos 800 millones de euros, especialmente por los derivados de la incapacidad temporal, las transferencias de capital y las aportaciones para sostener los servicios comunes a cargo de las mutuas de accidentes de trabajo.
Del total de ingresos hasta julio, el 92,15 % correspondió a las entidades gestoras y servicios comunes de la Seguridad Social, y el 7,85 % a las mutuas.
En cuanto a los gastos, el 93,48 % fue reconocido por las entidades gestoras y el 6,52 % por las mutuas.
En términos de caja, es decir, si se tienen en cuenta los cobros y los pagos que efectivamente se han hecho en el período, la recaudación fue de 69.285,13 millones, un 1,52 % más respecto al mismo periodo del año anterior, debido también al adelanto de las transferencias del Estado.
Los pagos en términos de caja crecieron el 3,67 % hasta los 69.952,77 millones de euros.
En el capítulo de gastos, el 93 % del total fue para prestaciones a familias e instituciones (65.218,97 millones) y la mayor partida correspondió a las pensiones y prestaciones contributivas, con 62.987,45 millones, el 3,76 % más, por el aumento de pensionistas y la revalorización de las estas retribuciones.
El gasto en pensiones contributivas (invalidez, jubilación, viudedad, orfandad y a favor de familiares), fue de 58.880,63 millones, el 4,49 % más, mientras que a subsidios y otras prestaciones se destinaron 4.106,82 millones, el 5,66 % menos.
Dentro de las pensiones, el mayor gasto fue para la de jubilación (40.025,74 millones) que aumentó el 5,06 %, seguida de viudedad (11.146,74 millones), el 3,37 % más.
Para las pensiones no contributivas (invalidez y jubilación) el gasto fue de 1.243,52 millones, el 2,28 % más.
Respecto a los subsidios y otras prestaciones no contributivas el gasto disminuyó el 3,49 % hasta 988 millones, y en esta partida, la mayor cuantía fue para las prestaciones familiares (927,8 millones) que bajaron un 0,41 %.
En cuanto a los ingresos, la mayor cuantía correspondió a las cotizaciones sociales (el 83 % del total) con 59.866,93 millones de euros, el 2,41 % menos que en 2011, debido a que la cotización de los trabajadores ocupados disminuyó el 3,29 %, mientras que la de los desempleados aumentó el 5,8 %.
Como la Seguridad Social prevé ingresar este año 106.322,9 millones por cotizaciones sociales, los ingresos por este concepto representan a 31 de julio el 56,31 % de lo previsto para todo 2012.
