El BCE comienza a comprar en marzo deuda soberana de los países del euro

Mario Draghi
Mario Draghi |Telemadrid

El Banco Central Europeo (BCE) comienza en marzo a comprar deuda pública y privada de la zona del euro por valor de 60.000 millones de euros mensuales, medida con la que quiere evitar una deflación en un momento en que ya no puede bajar más los tipos de interés.

Desde el anuncio de este programa ha caído la rentabilidad y subido el precio de los bonos públicos. Los mercados esperan que el presidente del BCE, Mario Draghi, ofrezca más información del programa de expansión cuantitativa en la rueda de prensa tras la reunión que celebrará el consejo de gobierno el jueves en Nicosia.

Según cálculos del analista de Commerzbank Michael Leister, el BCE comprará mensualmente a partir de marzo unos 39.000 millones de euros de bonos soberanos de la zona del euro.

La entidad monetaria europea comprará deuda soberana en la misma proporción a la participación de cada banco central nacional de la zona del euro en el capital del BCE.

La cuota de capital del Bundesbank en el BCE es del 25,7%, del Banco de Francia del 20,3%, de la Banca d'Italia del 17,6%, del Banco de España del 12,6% y del Nederlandsche Bank de Holanda del 5,7%. De esos 39.000 millones de euros una cuarta parte será deuda de Alemania.

El resto de países de la zona del euro aportan el 18% restante al capital del BCE, que coordinará las compras. Serán los bancos centrales nacionales los que lleven a cabo las compras y en caso de que se produzcan pérdidas, el 80 % las asumirá el banco central nacional y el 20% restante el BCE.

El 70% de los 7,55 billones del mercado de deuda pública de la zona del euro está en manos de inversores nacionales.

Los bancos son los mayores tenedores, con un 25% del total, seguidos de las aseguradoras y fondos de pensiones con un 22%, mientras los bancos centrales extranjeros también tienen algo más del 20% para la gestión de sus reservas en divisas, añade Leister.

El mercado duda de que el BCE vaya a encontrar suficiente deuda soberana de buena calidad para llevar a cabo su programa de expansión cuantitativa, lo que ya ha disparado los precios de los bonos y llevado su rentabilidad, incluso, al terreno negativo.

"En la medida en que se acerca el momento de comprar bonos, el mercado se ha preocupado más por que el programa de expansión cuantitativa del BCE estará obstaculizado por una oferta de bonos insuficiente", considera el analista del Royal Bank of Scotland Richard Barwell.

Algunos analistas consideran que habrá una emisión neta relativamente modesta de bonos soberanos este año. "La mayor parte de los actuales inversores venderá de mala gana al BCE", opina Leister.

El BCE quiere incrementar su balance en 1,1 billones de euros, lo que presionará a la baja el euro y ello favorecerá las exportaciones e impulsará la economía de la región. Alemania colocó esta semana por primera vez en el mercado deuda a cinco años a un tipo de interés negativo.

De las 13 subastas que ha realizado el Tesoro alemán este año, nueve han tenido rentabilidades negativas. La rentabilidad más alta que ha pagado Alemania en lo que va de año es el 1,07%, el 28 de enero por la emisión de bonos a 30 años.

La búsqueda de alternativas de inversión dados los bajos tipos de interés puede llevar en los próximos meses a muchos inversores a las acciones que pagan elevados dividendos, según el experto de Feingold Research Daniel Saurenz.

El selectivo de Fráncfort, el DAX 30, ha acumulado esta semana una ganancia del 3% y este mes de casi el 7%, lo que hace que gane en lo que va de año un 16%.

El BCE no está tan preocupado como el mercado sobre su capacidad de comprar bonos y está convencido de que los bancos de la zona del euro venderán los bonos soberanos a sus bancos centrales nacionales.

Los bancos que supervisa directamente el BCE tienen una exposición neta directa de 1,7 billones de euros a los soberanos de la zona del euro, según cifras de la agencia de medición de riesgos Fitch.

Hay un claro consenso de que demasiados bancos de la zona del euro tienen una exposición demasiado grande a sus propios países, por lo que la presión supervisora para que vendan sus bonos puede facilitar al eurosistema encontrar los bonos, según Barwell.