El FMI constata un impulso de la actividad económica menor del previsto

  • Debido a un nivel de inversiones bajo y a un potencial de crecimiento más débil
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La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, aseguró hoy que la actividad mundial podría registrar un impulso menos fuerte que el previsto, debido a un nivel de inversiones bajo y a un potencial de crecimiento más débil.

En una alocución especial durante los Encuentros Económicos de la localidad francesa de Aix-en-Provence, indicó que en los países avanzados la recuperación "es modesta y frágil", mientras que los emergentes y en desarrollo avanzan a un ritmo "menos acelerado" que anteriormente.

La representante del FMI estimó que, en el contexto actual, la apuesta por las inversiones, tanto públicas como privadas, puede contribuir al refuerzo del crecimiento, especialmente en las economías avanzadas.

Lagarde no entró en la situación de cada país a la hora de dar recomendaciones porque su organismo ofrecerá las cifras revisadas en una quincena, pero sí avanzó que la sostenibilidad de la deuda pública y condiciones de financiación aceptables son los dos imperativos que determinan la posibilidad de invertir.

"No se puede proclamar 'urbi et orbi' que hace falta relanzar las inversiones, porque las necesidades difieren según las economías", indicó la directora gerente, que destacó que si se cumplen las condiciones citadas el aumento de las inversiones podría "estabilizar o reducir el ratio entre la deuda pública y el producto interior bruto (PIB)".

Lagarde apuntó que la crisis económica ha provocado un descenso de las inversiones en tres sectores clave: las empresas, en particular en la zona euro; la vivienda, "que cayó en picado en países como en España", y el sector público.

La representante del FMI vio "indispensable" conservar los avances logrados tras los ajustes presupuestarios, pero subrayó que si el proyecto de inversiones está "bien pensado", este puede tener un "efecto positivo, especialmente en periodos de atonía".

Lagarde apostó por el estímulo a los cooperación entre el sector público y el privado, y señaló que la reducción del coste del capital y la desaparición de ciertas incertidumbres, como la viabilidad de la zona euro, hacen pensar que las inversiones privadas deberían de volver a crecer.

En su discurso recalcó que las reglas que limitan la competencia frenan igualmente las inversiones, e hizo hincapié en que "las medidas de apoyo a la demanda, pese a la buena voluntad de los bancos centrales, tocarán su techo", por lo que hay que reforzar también "la capacidad de oferta".