Un Atlético sin límites

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El Atlético de Madrid completó contra el Bayern Múnich otro partido memorable, uno más en la era del argentino Diego Simeone, en el enésimo salto que ha dado al equipo para esta temporada por variantes, por fútbol y por plantilla, reafirmado como un candidato a todo sin salirse del partido a partido, pero sin ponerse ni avistar ni un solo límite.

No los tiene el equipo rojiblanco, que prosigue su formidable evolución cuando parece que ya lo ha hecho todo. Después de ganar cinco títulos, de imponerse en una Liga a Real Madrid y Barcelona, de presentarse en dos finales de la Liga de Campeones en tres cursos y de asombrar a Europa por su fenomenal rendimiento, vuelve a superarse a sí mismo con la naturalidad de un bloque imponente.

SIMEONE: "UNO DE LOS MEJORES PARTIDOS"

"Teniendo en cuenta que hemos jugado contra uno de los tres mejores equipos del mundo, tengo que decir que ha sido uno de los mejores partidos del Atlético desde que soy el técnico del equipo", recalcó el argentino Diego Simeone, al término del 1-0 sobre el Bayern Múnich, un duelo sobresaliente en todos los aspectos.

Ya ha superado la final de Milán del pasado 28 de mayo, como hizo dos años antes cuando perdió en Lisboa, y ha comenzado la temporada sin una sola derrota en ocho partidos oficiales, en los que ha jugado ya con el Barcelona (1-1), en la Liga, y el Bayern (1-0), en la Liga de Campeones; dos de los conjuntos más poderosos del mundo.

Subido al tercer puesto en la Liga, el podio que nunca ha abandonado cada final de curso en los cuatro años más recientes, y al frente de su grupo en la máxima competición europea, con seis puntos ya en dos encuentros que aclaran el futuro hacia octavos, dos victorias más serán definitivas para su clasificación.

Sólo otros tres equipos han empezado de manera tan rotunda la fase de grupos de la Liga de Campeones esta campaña: el Barcelona, el Nápoles y el Leicester. El conjunto azulgrana ha ganado al Celtic y al Moenchengladbach, el equipo italiano al Dínamo de Kiev y al Benfica y el campeón inglés al Brujas y al Oporto. El Atlético, al PSV y al Bayern, lo que da aún más dimensión a su inicio de torneo.

IMBATIDO EN LA 'CHAMPIONS'

Entre la pasada y la actual temporada, el conjunto alemán sólo ha perdido cinco partidos, dos de ellos con el equipo entrenado por el argentino Diego Simeone, que también provocó su primera derrota de este curso tras ocho triunfos consecutivos, mientras que el PSV sólo ha sido doblegado en su campo, el estadio Philips, en ese tiempo por cuatro equipos, uno de ellos el Atlético, ganador por 0-1.

El club madrileño, además, es junto a Leicester, Sevilla y Juventus uno de los únicos cuatro equipos que aún no ha recibido ningún tanto en esta edición de la Champions; un mérito indudable cuando enfrente ya ha tenido al Bayern, al que minimizó, desdibujó y, sobre todo, desbordó con fútbol con un primer tiempo sensacional.

Porque el Atlético, a sus nuevas variantes y su profundidad de plantilla, con nombres como Kevin Gameiro o Nico Gaitán, el miércoles suplentes en el partido contra el conjunto alemán, también ha dado un salto más amplio a su juego, mucho más seguro, preciso y concluyente con la pelota, en un crecimiento que sigue día a día.

Lo apunta el portero esloveno Jan Oblak, con sólo dos goles en contra en este inicio de temporada, uno del Alavés y otro del Barcelona, y seis encuentros con su portería a cero. "Claro que notamos la evolución, siempre se crece un poco y aquí es igual. Estamos creciendo. Sabemos que podemos jugar buen fútbol", dijo.

Y abunda en ello el extremo belga Yannick Carrasco, autor del gol contra el Bayern. "El equipo cada año crece mucho como grupo y como equipo en el campo", explica el futbolista, que, como todo su conjunto, mantiene la calma: "Hay que mirar partido a partido, ganar y pelear por llegar lo más lejos posible".

"El equipo está a su nivel y con los pies en el suelo no vamos a renunciar a nada", remarca Gabi Fernández, el capitán de un colectivo que mantiene una gran ambición desde hace tres campañas: el título de la Liga de Campeones, su única asignatura pendiente y "la obsesión" que tiene el Atlético y su afición.