Nadal: "Los milagros no existen, Djokovic ya era muy bueno"

  • El francés Tsonga arrolla al español Almagro

El tenista español Rafael Nadal, número uno del mundo y principal cabeza de serie número en el Masters 1.000 de Madrid, alabó al rival más en forma de esta temporada, un Novak Djokovc que "ya era muy bueno" el año anterior porque "los milagros no existen" y "en dos meses no se puede evolucionar una barbaridad".

"En dos meses no se puede evolucionar una barbaridad, eso es imposible. Los milagros no existen. Djokovic ya era muy bueno el año anterior y el otro y el otro... Se está moviendo mejor y creo que está siendo un pelín menos agresivo. Puede ganar cualquier torneo. El comienzo de temporada que está siendo es espectacular", dijo Nadal alabando al tenista de Belgrado.

El balear lamentó un sorteo "bastante negativo". "Unas semanas te toca mejor y otras peor y hay que jugar. Tengo un cuadro difícil, por lo que tendré que jugar a mi mejor nivel, pero en torneos como este, con los mejores jugadores del mundo, no se puede pedir sorteos fáciles. Esta semana me ha tocado un sorteo un pelín complicado y hay que intentar superarlo", señaló en rueda de prensa.

En el horizonte hay una posible semifinal con el suizo Roger Federer, al que se ha enfrentado en la final en los dos últimos años, pero el manacorense solo tiene la mente puesta en el partido de segunda ronda, "lo más importante" para él. "Baghdatis es un jugador fantástico, igual que los vienen de la previa", afirmó sobre su posible rival en su debut.

"No hay rival fácil cuando están aquí los 48 mejores del mundo. El rival más complicado de momento es el que me toca en la primera ronda porque a lo mejor no hay otro. Estoy centrado en pensar día a día. Todos los rivales son complicados; cuando sales a competir en torneos como este, puedes ganar pero también te puedes quedar fuera. El reto es jugar bien e intentar superar las dificultades", comentó Nadal.

El número uno del mundo tuvo buenas palabras para la pista, de la que dijo que está bien, a pesar de la dificultad de montarla con escaso margen de tiempo debido a que el Real Madrid de baloncesto ha estado jugando sus partidos en la Caja Mágica. Más preocupado se mostró por la altura, pero tampoco le dio demasiada importancia: "La altura no es problema, lo que pasa es que hay altura. Y eso hace que el partido siempre esté un poco más fuera de control".

La presión de jugar ante su público no preocupa a Nadal, quien después de tantos años no nota más presión por jugar en casa. "Es una sensación siempre agradable. Es bonito poder jugar delante de tu gente. Para mi siempre es un verdadero placer poder competir delante del publico español. Como los objetivos son prácticamente los mismos en todos los torneos, la presión no cambia", explicó.

Encadenar el triunfo en Montecarlo, Barcelona, Madrid, Roma y París es un desafío solo al alcance de Nadal, que lo consideró "difícil" especialmente los torneos de Madrid y Roma, seguidos en el calendario y con condiciones muy diferentes. "Es difícil, especialmente Madrid y Roma porque las condiciones cambian. Lo más difícil es el cambio de altitud entre Madrid y Roma", indicó.

Nadal avisó de la dificultad de un torneo como el de Madrid, en el que "te enfrentas a los mejores del mundo desde las primeras rondas". De dos de sus mayores rivales, Djokovic y Federer, el balear dijo que van a estar "luchando por las cosas importantes", sobre todo el serbio.

El francés Tsonga arrolla al español Almagro

El francés Jo-Wilfried Tsonga accedió, al imponerse con gran facilidad al español Nicolás Almagro, por un contundente 6-1 y 6-3, a la segunda ronda del Masters 1000 de Madrid, que se disputa en la Caja Mágica, sobre tierra batida y dotado con 3,7 millones de euros en premios.

La cuarta victoria de Tsonga sobre Almagro, quien aún no sabe lo que es derrotar al francés, fue la más abultada de las tres precedentes, todas en 2010: en Barcelona fueron necesarios tres sets; en el Abierto de Australia cinco; y en Montecarlo el partido se decidió por un apretado 7-6 (5) y 7-5. Difícil, pues, presagiar antes del partido que se iba a decantar de forma tan apabullante en favor de un Tsonga que siempre llevó el mando, que no sufrió y que se impuso en tan sólo sesenta y ocho minutos.

Ninguna rotura del saque de Tsonga por parte del español, que dispuso de dos; ambas en el primer set, y cuatro pérdidas del servicio propio, tres en la primera manga, dejan bien a las claras el paseo que se dio el francés ante un perdido Almagro.