Marcelino García Toral ha admitido este miércoles, en su presentación como nuevo técnico del Racing de Santander, que no esperaba volver tan pronto" al banquillo cántabro, que abandonó hace tres años, aunque, por encima de ello, recalcó que "El Sardinero tiene que ser un fortín" para, así, lograr la permanencia del equipo en la Liga BBVA.
De hecho el asturiano, que estuvo acompañado en esta presentación por el presidente, Francisco Pernía, y su más directos colaboradores, Rubén Uría (segundo entrenador) e Ismael Fernández (preparador físico), ya ha dirigido su primer entrenamiento al frente del plantel verdiblanco, para preparar el encuentro del sábado contra el Sevilla.
El propio Pernía recordó que cuando se cerró al anterior estancia de Marcelino en el Racing se el despidió con un "hasta siempre" y su regreso es el "reencuentro con unos profesionales que han mantenido buenísimas relaciones" con el club. "Es una gran alegría la vuelta a casa de Marcelino y su equipo en una nueva etapa que esperamos se culmine con éxito", añadió el dirigente.
Así, Marcelino no ocultó la sorpresa que representa para él esta vuelta a Santander. "No esperaba volver tan pronto; hace dos años y medio que me marché, pero se han dado las circunstancias precisas para decidir, de forma rápida, el regreso. El equipo está en una situación complicadilla, pero a ver si se nos da bien", indicó.
Y es que el preparador reconoce, asimismo, que es la primera vez que afronta una situación similar a la de ahora, en la que se ha comprometido con un club mediada la temporada.
"Pero también sé que conocemos la ciudad, la gente del club, las posibilidades que tenemos de alcanzar nuestros objetivos. Hay que evitar que nos entren los miedos. La diferencia entre el Racing y otros clubes, a los que tuve la opción de ir, es que aquí lo conozco todo", agregó.
APOYO DE LA AFICIÓN
Paralelamente, García Toral analizó las causas que le invitaron a este nuevo periplo al frente de la nave montañesa. "No se ha experimentado una radical transformación en los sistemas de juego, sabemos de las capacidades de nuestra plantilla y del apoyo que la afición es capaz de proporcionar", apuntó.
Sin embargo, sabe que repetir los buenos registros de la campaña 2007-08 es, en estos momentos, utópico, por lo cual advierte de la necesidad de pelear duro desde el primer momento, con ese choque ante el Sevilla como meta inmediata. "Hemos de convencernos de que vamos a sufrir hasta el final y hay que convertir El Sardinero en un fortín. Entre todos podemos ayudar a acercarnos a los logros de nuestra anterior etapa en el Racing", dijo.
Marcelino reconoció que, a diferencia de lo que le habría pasado en caso de dirigir al Sporting, el equipo de su tierra natal, con el Racing no siente "miedo al fracaso". El de Careñes considera que la plantilla santanderina tiene capacidad suficiente para salvar la categoría.
"Tenemos problema con el gol, pero como gran parte de los equipos que compiten con nosotros por la permanencia. Lo más importante es la victoria; el Racing desarrolló un juego que le dejó cerca de ganar más partidos de los que consiguió. Estoy convencido de que los futbolistas serán capaces de adaptarse a lo que les vamos a exigir", concluyó.
