Mateo García / La libreta de Mourinho volvió a ser fundamental en la victoria ante el Villarreal. La reacción de los madridistas en la segunda parte se debió, en gran parte, al planteamiento táctico del técnico portugués, que modificó el sistema y acabó dando con la tecla de lo que necesitaba su equipo.
En la primera mitad, el Villarreal fue muy superior en el medio del campo. Los de Garrido jugaron a placer y combinaron sin apenas oposición. El Madrid no robaba y la presiòn que ejercía no daba sus frutos... La tranquilidad de los castellonenses para gestionar el partido obligó a Mourinho a buscar algo diferente, y lo encontró.
En la segunda parte cambió el sistema del Real Madrid. Mourinho pasó a jugar con tres defensas y adelantó la línea de presión, todo ello para evitar que la salida de balón y el inicio del juego ofensivo de los amarillos fuera tan cómodo como había sido en la primera parte. Con Di María y Marcelo en las bandas y Benzema y Cristiano en ataque, todo dio un giro radical. Por si fuera poco, el entrenador madridista siguió arriesgando y cambió a Albiol para dar entrada a Kaká.
El Villarreal acabó sucumbiendo a la ofensiva blanca. Llegaron los goles y el triunfo. Y un nuevo reconocimiento general a la inteligencia táctica de Mourinho, parte vital en la victoria madridista.
