El tenista Carlos Moyà anuncia su retirada

El tenista mallorquín Carlos Moyà, primer número uno español de la historia, ha anunciado este miércoles su retirada de la competición, a los 34 años, en una emotiva rueda de prensa en un hotel de Madrid donde estuvo acompañado por el presidente de la Real Federación Española de Tenis José Luis Escañuela y el capitán de Copa Davis, Albert Costa, entre otros.

El balear, campeón de Roland Garros en 1998, cuelga la raqueta después de haber conquistado 20 títulos y haber disputado otras 24 finales. "Ya sabéis lo que hay. Vengo a anunciar un secreto a voces", afirmó antes de que un aplauso le hiciera emocionarse y soltar unas lágrimas, pero logró bromear y retomar el anuncio con un irónico: "Sí que he durado poco".

"Vamos a poner un 'poquillo' de humor. Vengo a comunicar oficialmente mi retirada profesional. Es un sentimiento que tenía y quería comunicar cuando estuviera seguro. Ese día ha llegado", comentó.

Moyà, que también estuvo acompañado por su compañero Feliciano López, Carlos Costa, el capitán del equipo femenino Miguel Margets y su compañera sentimental Carolina Cerezuela, precisó que tomó la decisión tras su contundente derrota en Madrid ante Benjamin Becker (6-0 y 6-2).

"Las razones de mi retirada las sabéis: el problema en el pie, la artrosis que sufro desde los 20 años. Me operé y llegó un momento que era difícil seguir. Quise alargarlo a ver si había opción de curarme y nunca me llegué a recuperar. Fue en abril del año pasado. Estuve siete u ocho meses de baja. Quería volver a intentarlo, pero no salió bien", indicó.

Dicha intervención le causó "efectos colaterales" con la fractura de estrés que sufrió en Indian Wells. "Visité innumerables médicos para intentar seguir compitiendo. Unos decían que me operara, otros que no, unos que siguiera, otros que descansara", apuntó.

"Y llegó el momento de jugar en Madrid. Mi opción era despedirme en un 'grande'. Pero al llegar este torneo, las ganas me pueden y aunque no estaba al cien por cien, competí. El partido no fue lo que había soñado, me di cuenta de que quizás era el momento de dejarlo", añadió.

Sin embargo, ha dejado pasar unos meses antes de anunciar su adiós para tenerlo más claro. "No quise anunciarlo antes porque no lo tenía claro, no he mejorado, pero ganas tenía muchísimas. Me he sacrificado tras la operación para intentar volver, pero soy joven para la vida, pero para el deporte soy un poco 'mayorcito'. Intenté todo, han sido muchas horas de médicos y rehabilitaciones y no pudo ser", apuntó.

De todos modos, va a despedirse en la pista, en el Master Nacional en Sevilla (9 al 11 de diciembre). "Me hubiese gustado que fuera en un grande. La semana que viene voy al Masters de Londres, pero no a jugarlo y me retiro oficialmente en el Master nacional", añadió.

Aunque sabe que echará "de menos" la competición, sabía que "todo llega". "He sido consciente siempre. Así que nada, gracias a todos por todos estos años. Algunos habréis disfrutado y sufrido, otros no, pero gracias por lo que me habéis dado estos años, gracias y nos veremos pronto seguramente", indicó.

"EN LA PISTA ESTÁS SOLO".

Haciendo balance de sus quince años como profesional, aseguró que se lleva "muchas cosas, experiencias y situaciones bonitas", pero también ha vivido momentos duros y de eso ha aprendido. "Es un deporte solitario. Aunque siempre tengas un equipo, en la pista estás solo y en las derrotas también. Son tuyas, tu equipo te anima, pero es un deporte muy solitario. Pero la parte positiva supera ampliamente la negativa", apostilló.

Para el balear su mejor recuerdo en una pista es la Copa Davis de 2004 ganada en Sevilla porque era "el último reto" que se había marcado tras quedarse fuera del equipo que conquistó la 'Ensaladera' en 2000.

"Se convirtió en una obsesión. Estuvimos cerca en 2003 y un año más tarde se logró. Fue una eliminatoria que si me dicen que escriba el guión, nunca lo hubiera hecho. Rafa salió de titular y ganó, yo gané mis dos puntos y el definitivo. Fue el récord en partido oficial. Teníamos un país entero detrás y un ambiente que no he visto nunca, sólo para ti. Pasas a la historia como número uno o por ganar un 'Grand Slam', pero sentimentalmente, ése es el mejor momento de mi vida", explicó.

En cambio, sabe que el "punto de inflexión" fue su final en Australia 1997 ante Pete Sampras, momento en que se dio a conocer mundialmente. "Siempre he pensado que disfrutas más de llegar a la meta que al cruzarla. Yo en 1997 prometía. Había ganado algún torneo en tierra, era 'top-ten' y lo que quieras, pero uno eso no lo ve", confesó.

Moyà llegó a la final de Sydney e iniciaba su participación ante Boris Becker, por lo que pensó que caería en primera ronda. "Él defendía título así que me dije: 'Me voy a ir a casa con final en Sydney y primera en Melbourne, no está mal, el año pasado caí en primera y primera'. Pero gané, en un partido bestial a cinco sets. Y viví dos semanas increíbles", añadió.

LA FINAL DE AUSTRALIA FUE "SOÑAR DESPIERTO".

Para el palmesano fue "soñar despierto" y recordó cómo al volver a España se encontró con un gran recibimiento en el aeropuerto. "Había un montón de gente esperándome a mí. No me lo creía", evocó al tiempo que bromeaba asegurando que sus hazañas "son del siglo pasado".

Por último, reconoció que la derrota más dura es estar lesionado. "No tienes ni la opción de perder. Ves muchos partidos en televisión y te comes la cabeza. Las lesiones son duras. En 15 años en un deporte agresivo, sólo he tenido dos lesiones graves, la espalda, con 22 años y la del pie de ahora. Pero ésa es normal, llegó con 32 años. Por algo se retiran muchos, no por la cabeza sino porque físicamente están mal", manifestó.

Por último, agradeció el apoyo que ha recibido de su familia, sus patrocinadores, la RFET, la prensa y los seguidores. "Quiero agradecer a todos los que han hecho posible que me haya convertido en lo que soy. Y a los aficionados y seguidores. Sin ellos hubiera sido imposible lograr todo lo que he conseguido. Me he sentido contento y muy apoyado".

Al acabar la rueda de prensa, ya más sereno, volvió a tomar la palabra para despedirse a su manera. "Todo empezó en Australia, no gané, pero me hice popular. Se abrió un círculo y eso sólo podía cerrarse con un ¡Hasta luego, Lucas!", finalizó.