Warhol sería adicto a Twitter y Facebook y estaría fascinado con Lohan y Gaga

  • Se cumplen 25 años de la muerte del padre del Pop Art
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Andy Warhol sería hoy un "adicto" a las redes sociales y los programas de telerrealidad y estaría "fascinado" con celebridades como Lindsay Lohan o Lady Gaga, dijo hoy a Efe el director del museo que lleva su nombre, cuando se cumplen 25 años de la muerte del padre del Pop Art.

"Estaría fascinado con Lohan, las hermanas Kardashian o Lady Gaga. Le encantarían los 'reality shows' y vería religiosamente 'The Real Housewives of Beverly Hills', porque le seducía el mundo de los famosos y su lado más oscuro", afirmó Eric Shiner, director del Museo Andy Warhol, en su localidad natal de Pittsburg (Pensilvania, EEUU)), durante una entrevista telefónica con Efe.

Nacido el 6 de agosto de 1928 en Pittsburgh, este hijo de inmigrantes eslovacos se instaló pronto, con apenas 21 años, en la Gran Manzana, donde pasó el resto de su vida hasta que le encontró la muerte, un día como hoy de 1987, en un hospital donde se recuperaba tras una intervención de rutina.

El artista tendría hoy 83 años pero seguro que tuitearía como el que más y actualizaría a diario su perfil en Facebook, porque Warhol siempre estuvo "comprometido" con las nuevas tecnologías y ahora sería un "adicto" a las redes sociales, según Shiner, quien se deshace en elogios al hablar de su legado.

"Veinticinco años después (de su fallecimiento), no sólo su legado está cada vez más consolidado en términos artísticos, sino que muchos rescatan también su faceta como innovador social", añadió el director del museo, para quien sigue siendo "sorprendente" la relevancia de Warhol un cuarto de siglo después de su desaparición.

Shiner detalló a Efe que una de las grandes claves del éxito del padre del Pop Art es la "cercanía" y el "interés" que siempre han despertado los temas que inspiraron a Warhol, de ahí que los coleccionistas de todo el mundo se sientan "conectados casi de forma instantánea" con sus obras de arte.

"Todo el mundo conoce las célebres latas de sopa Campbell o sus retratos de Marilyn Monroe, son iconos de la cultura popular en todo el mundo", destacó el experto, quien sin embargo cree que todavía queda mucho trabajo por hacer, porque Warhol "es mucho más" y es importante que se conozca la "riqueza y diversidad" de su obra.

Warhol, que inmortalizó a algunos de los grandes iconos de la cultura popular, es hoy sinónimo de éxito en el multimillonario mercado del arte y sus cuadros alcanzan precios de vértigo y rompen récords en el codiciado circuito internacional de las subastas, porque la demanda de sus obras se ha "multiplicado" con los años.

"Es innegable que se ha convertido en un símbolo de estatus. Si tienes un Warhol colgado en la pared de tu casa prácticamente todo el mundo lo identifica de forma inmediata, y a nadie se le escapa que a los coleccionistas les encanta tener este tipo de trofeos", añadió Shiner.

Un habitual de las subastas de arte contemporáneo, sus obras han protagonizado algunas de las últimas pujas organizadas por Sotheby's y Christie's, donde su autorretrato se vendió en 2011 por la friolera de 28,9 millones de euros, o un cuadro de Elizabeth Taylor, "Liz 5", casi alcanza los 20,3 millones.

Con ingresos anuales cercanos a los 4,5 millones de euros, Warhol sigue siendo uno de los artistas fallecidos más rentables de la historia, según la revista Forbes, que incluye su nombre junto al de otras caras conocidas como Michael Jackson, Elvis Presley o sus musas Marilyn Monroe y Elizabeth Taylor.

Una de las grandes apuestas del museo Andy Warhol para el futuro cercano es Asia, con una gran retrospectiva que se inaugurará en marzo en Singapur y que se trasladará después a Hong Kong, Shangai, Pekín y Tokio, mientras que en España se puede contemplar hasta finales de abril la exposición "Andy Warhol. Portraits" en Zaragoza.

La fundación de Nueva York que lleva su nombre recuerda estos días que Warhol sigue siendo un icono cultural y motivo de inspiración para nuevas generaciones, tal como hizo en vida desde su estudio The Factory, convertido en un referente del Manhattan más bohemio y excéntrico de los años sesenta, por el que pasaron desde Lou Reed a Bob Dylan.