Los Teatros del Canal acogen 'Letter to a man', dirigida por Bob Wilson

Los Teatros del Canal acogen el estreno en España de 'Letter to a man', un montaje que recrea la "tragedia personal" del bailarín ruso Vaslav Nijinsky, dirigido por el polifacético director de escena estadounidense Bob Wilson y protagonizado por el bailarín, coreógrafo y actor letonio-soviético Mikhail Baryshnikov.

Nijinsky (Kiev, Ucrania, 1889-Londres, Reino Unido, 1950) fue el "primer bailarín y coreógrafo de la historia", tal y como ha destacado este lunes durante una rueda de prensa Baryshnikov, quien se refiere a él como un autor "tímido, inusual y visionario" con una "inmensa expresividad" que "abrió la puerta a todos los coreógrafos modernos" y que se adelantó también al "arte moderno".

Esta obra, que estará en cuatro únicas funciones en la Sala Roja de los Teatros del Canal del 12 al 15 de mayo, está basada en los famosos diarios de Nijinsky y se introduce en la mente fragmentada del gran artista de la danza, mientras cae en la locura. De hecho, tal y como ha indicado Baryshnikov, "si no fuera por la locura tendría misma altura de escritor que de bailarín".

'Letter to a man' sitúa la acción en el año 1945 en Budapest, donde Nijinsky y su esposa han encontrado refugio con su familia. La salud mental de Nijinsky se había descompuesto en Suiza al término de la Primera Guerra Mundial y sus diarios sirven como documento de su lucha para no caer en la locura y entender lo que le estaba ocurriendo.

Cuando dejó de escribir su diario, él se encerró y permaneció vigilado por su esposa durante más de dos décadas. Sin embargo, a medida que una nueva catástrofe en Europa llegaba a su fin, el gran artista parecía estar llegando a la vida de nuevo.

SEGUNDA COLABORACION CON WILSON

Se trata de la segunda colaboración entre Wilson y Baryshnikov, quienes ya cosecharon éxitos con la producción 'The old woman', en la que también participaba Willen Dafoe. En este sentido, el protagonista de la obra que ahora acogen los Teatros del Canal ha explicado que hay cualidades de otras obras del director que pueden reconocerse en este montaje, tales como las caras pintadas de blanco.

Baryshnikov la describe como "una pequeña opera de cámara, con fragmentos de artistas como Tom Waits y Bob Dylan, así como otros autores clásicos", con los que se revela la "fascinación" de Wilson por "la locura de Nijinsky".

"Los proyectos de Bob no son fáciles ni obvios", ha explicado el bailarín y actor, quien sabía que no su labor no consistía en reinterpretar sus obras, sino "partir del estado mental de persona desequilibrada".

Asimismo, ha destacado la importancia que Wilson da al público, a quien otorga un "papel fundamental" porque deposita en él "mucha fe". Por ello, compara el proceso de creación con la introducción en una urna de varias historias de teatro. Tras agitarla y volcarla "el público ha de extraer de la historia algo muy personal".

Tal y como ha indicado, la visión del escritor se esconde "tras el minimalismo de su proyecto" y de su "poética profunda". El espectador se siente "vulnerable", en respuesta a la intención de Wilson, mientras que al artista "no le está permitido que llore". "Solo entre bambalinas", ha recalcado Baryshnikov en referencia a las emociones que evoca Wilson.