Los ciudadanos se suman al recorrido del libro por la Biblioteca Nacional

Una larga cola atestiguaba a primera hora de la mañana de hoy la respuesta ciudadana a la Jornada de Puertas Abiertas de la Biblioteca Nacional, que este año vuelve a mostrar sus emblemáticas salas históricas, pero también las "tripas del recorrido del libro".

La Biblioteca Nacional espera acoger de nuevo a unos 1.500 visitantes entre las nueve de la mañana y las dos de la tarde, el aforo máximo de esta jornada, que se celebra anualmente desde 2005 el sábado más cercano al Día Internacional del Libro (23 de abril), en coincidencia con la conmemoración del fallecimiento de Miguel de Cervantes y William Shakespeare.

La visita se organiza en grupos de unas 25 personas, que durante 90 minutos hacen un recorrido por el edificio, con las explicaciones del personal de la institución cultural de carácter público más antigua de España y que cumplió 300 años en diciembre de 2011.

El primer grupo que accedió al edificio salió de Murcia a las dos de la madrugada para no perderse el recorrido, y la visitante más joven ha sido Mercé, un bebé de seis meses de Alcira, entre otras anécdotas de la jornada, en la que se espera numerosa afluencia de Valencia, gracias a un acuerdo tarifario con el servicio del AVE.

El recorrido comienza en la Escalinata, accediendo por la Puerta Principal, y prosigue por el Vestíbulo hasta la Sala Patronato, donde se celebran las reuniones del Patronato de la Biblioteca.

Esta sala está decorada con lámparas de la Real Fábrica de Cristales de La Granja, alfombras de la Real Fábrica de Tapices, así como con cuadros de Meléndez, el pintor de la corte de Felipe V, que próximamente viajarán al cercano Museo del Prado para una exposición.

El Salón General de Lectura, que conserva el mismo aspecto desde la inauguración del edificio en 1892, es otro de los puntos más esperados de la visita, que luego se detiene en el Depósito General, un espacio habitualmente restringido y donde se encuentran doce plantas de libros y documentos en una estructura elaborada por un depósito de Eiffel.

Entre otras curiosidades, los visitantes podrán ver los antiguos ficheros, cuya información está ya digitalizada e informatizada, pero que siguen conservando toda su exactitud y veracidad.

Además, se han organizado muestras del trabajo de los conservadores y restauradores de las joyas que atesora la Biblioteca Nacional, un total de 29 millones de documentos entre manuscritos, incunables, mapas o grabados, pero también registros sonoros o visuales.

La visita también incluye algunas de las salas del "Proceso Técnico" donde se reciben, catalogan y se clasifican los documentos, con el objetivo de mostrar "las tripas", es decir, "el recorrido del libro" desde que llega y se coloca el "hilo antihurto y el sello".

Así, los curiosos pasarán por la zona de recepción del Depósito Legal, por la que llegaron en 2011 un total de 839.416 ejemplares, y saldrán de la Biblioteca precisamente por la rampa por la que se reciben dichos fondos.