La inevitable seducción pictórica de Pissarro llega al Thyssen

Cézanne lo llamó "humilde y colosal" y algunos de sus contemporáneos se refirieron a él como "le bon Dieux" ("el buen Dios"). Camille Pisarro (1830-1903) pasó a la historia como un miembro importante del impresionismo, pero no fue considerado un pintor esencial de este movimiento pictórico hasta la década de los 80, cuando varias exposiciones reivindicaron su legado.

Ahora, el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid acoge la primera retrospectiva en España del artista francés, que podrá visitarse desde este martes hasta el 15 de septiembre, con una cuidada selección de 79 obras llegadas de numerosos museos y colecciones de todo el mundo.

Según ha destacado este lunes durante la presentación Carmen Cervera, vicepresidenta del Museo Thyssen-Bornemisza, esta muestra cuenta con "prestadores muy importantes", algo que pone de relieve que la pinacoteca está "consolidada". "Aparte de calidad, las exposiciones realizadas desde que se inauguró el museo están muy bien hechas", ha dicho.

El comisario de esta muestra es Guillermo Solana, director artístico del museo, quien ha destacado el empeño del pintor por mantener "cohesionado" al grupo de los impresionistas hasta el final y evitar una escisión que amenazó desde el principio.

Además, destacó una labor docente con la que Pissarro mostró su "voluntad" de transmitir los "postulados del impresionismo a generaciones posteriores". "Le importaba lo que los jóvenes artistas pudieran aprender de él", apunta Solana, pero tenía una manera "discreta de influir", decisiva en los fundadores de la modernidad.

Su pintura fue eclipsada por el brillo absoluto de Monet, "más comercial --en el buen sentido de la palabra--" y cuyo "lenguaje consiguió llegar al público de una manera más eficaz". "Fue el excelente segundón junto a Sisley. Después se descubrió que era un genuino innovador", añade.

PINTOR DE "TIERRA ADENTRO"

A diferencia de otros pintores contemporáneos, interesados en viajar y recorrer distintos parajes, a Pissarro le gustaba afincarse en un lugar y desarrollar allí sus obras.

Pissarro fue un pintor de "tierra adentro" a quien despectivamente le llamaron "el pintor de las coles", debido a su relación con la riqueza agrícola de Francia.

Sus personajes predilectos fueron pastores y los habitantes ligados a la tierra, ya que le importaba tanto el campo como quienes estaban unidos al paisaje que fascinaba al artista.

Además, a diferencia que Monet, su objeto de admiración no fue el agua, sino el campo y la tierra y todos los elementos relacionados con el aire libre. De hecho, cuando Pissarro tomaba como tema un estanque o una playa, nunca daba protagonismo al mar.