Hugh Jackman protagoniza El Gran Showman

  • "Vivimos en una época dorada para los creadores"
Hugh Jackman protagoniza El Gran Showman
Hugh Jackman |Telemadrid

Hugh Jackman visita Madrid para presentar su nueva película, El Gran Showman. Un filme que llegará a los cines españoles el próximo 29 de diciembre relata, en clave de actualizado musical, la vida de Phineas Taylor Barnum, el empresario y artista circense que pasó a la historia por ser el creador del conocido como 'El mayor espectáculo del mundo'. Un hombre que disfrutaría mucho en estos días que Jackman define como "la época dorada" para los creadores.

El filme, dirigido por el debutante Michael Gracey, presenta una imagen muy amable de Barnum, una figura con muchas luces, pero también con numerosas sombras en su vida profesional y personal. Un personaje del que Jackman ensalza el enorme legado que para el mundo del espectáculo dejó un hombre ambicioso que siempre miraba hacia adelante. "Su legado es la creación, la concepción del propio show. Nadie sabía cómo él qué es lo que quería el público", apunta Jackman que destaca de Barnum su "increíble capacidad de convertir limones en limonada".

"Era un visionario, como Steve Jobs... veía el mundo de una forma diferente y lo cambió para siempre", dice un Jackman que se presenta con su nuevo trabajo bajo el brazo y "orgulloso" de las dos películas que ha estrenado este año: Logan, que supuso su adiós Lobezno y a la saga X-Men a la que llevaba vinculado más de quince años, y El Gran Showman, donde comparte planos con Michelle Williams (Manchester frente al mar) Zendaya (Spider-Man: Homecoming), Zac Efron (Baywatch) y Rebecca Ferguson (Misión imposible: Nación secreta).

Dos proyectos que "no pueden ser más diferentes entre sí" pero a los que tiene un cariño especial ya que en ambos ha estado involucrado "desde su origen" participando como productor e incluso aportando ideas al guión. Pero, aunque ama su profesión como pocas en esta vida -exceptuando su familia que, insiste una y otra vez, es y será para él siempre su "prioridad"- reconoce que todavía no le ha picado el gusanillo de la dirección. "Sería un director terrible. Los actores me odiarían... así que no quiero dirigir ahora mismo", sentencia con su eterna sonrisa.

EL ESCANDALO WEINSTEIN, UNA OPORTUNIDAD

El australiano cree que, a pesar de verse actualmente sacudida por el escándalo de los abusos sexuales -algo que lamenta profundamente pero que, citando a Nelson Mandela, Jackman ve como "una gran oportunidad para cambiar las cosas" y terminar con "cualquier abuso de poder"- la industria, en términos creativos, se encuentra en su mejor momento.

Estamos, proclama, en una "época dorada" para los creadores en la que las diferentes ventanas y plataformas aportan muchas más posibilidades para que los proyectos salgan adelante. Algo que hace que, a su juicio, la industria cada día se arriesgue más para intentar conquistar a un público que cada vez tiene más oferta a su alcance.

Esta película, sostiene Jackman, es precisamente prueba de ello, un musical que, cuando fue concebido, nada auguraba que tuviera posibilidades de ser un éxito. "Cuando empezamos con esta película no había un La La Land", recuerda. Precisamente las canciones de El Gran Showman son obra Benj Pasek y Justin Paul, ganadores del Oscar por el filme de Damien Chazelle, a los que Jackman define como profesionales "realmente brillantes" y agradece haberle regalado unos temas tan redondos para El Gran Showman.

MEJOR CANTAR EN VIVO Y EN DIRECTO

"Pasamos horas y horas juntos, pero realmente lo disfrutamos", apunta Jackman que recuerda que estuvo dos años preparándose para interpretar las canciones de este musical con un nuevo profesor de canto. Y es que, reconoce, "son muy pop" y bastante diferentes a lo que está acostumbrado a hacer en Broadway o a las que interpretó, ya hace un lustro, en el filme Los Miserables donde sintió "una gran presión porque no podía ponerme malo ni un solo día".

"Me siento mucho más cómodo cantando en vivo en un escenario", dice el australiano que reconoce que los estudios de grabación le resultan "incómodos y aburridos". "No me gusta escucharme a mi mismo... así que empecé a beber un par de copas de vino para relajarme", apostilla en tono de broma Jackman que se declara, una vez más, amante del musical y de un título en particular: Cantanto bajo la lluvia, un filme al que se refiere con entusiasmo como "la película casi perfecta".