Botella homenajea a Juan Ramón Jiménez en el centenario de 'Platero y yo'

  • Decubre una placa conmemorativa del poeta una placa conmemorativa de Juan Ramón Jiménez en el Paseo de Recoletos
  • "Platero es uno de los personajes literarios más universales de nuestra historia"

La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, ha homenajeado al premio Nobel andaluz Juan Ramón Jiménez en el centenario de la publicación de Platero y yo, "el tercer libro más difundido de la historia tras El Quijote y la Biblia", según ha ensalzado la alcaldesa.

Tras el descubrimiento de una placa conmemorativa del poeta onubense en el Paseo de Recoletos, donde se ubicaba la sede de la editorial que publicó por primera vez Platero y yo, Botella se ha confesado "amante" de esta obra que, ha reivindicado, "deberíamos leer todos a cualquier edad y releer en cualquier momento".

"Hoy Platero es uno de los personajes literarios más universales de nuestra historia", ha destacado Botella, para quien ese burro que Juan Ramón Jiménez hizo pasar a los anales de la literatura como "pequeño, peludo y suave" se ha erigido en "un símbolo de la amistad, el diálogo y la convivencia".

La alcaldesa ha enfatizado la estrecha relación del autor con Madrid, "ciudad en la que vivió 30 años" y a la que dedicó otra de sus obras: Los libros de Madrid. Botella ha ensalzado además el Madrid de primeros del siglo XX en el que por la capital paseaban "Valle Inclán, los hermanos Machado, Ortega y Gasset o Unamuno".

UN EXILIADO TRISTE

Por su parte, la sobrina nieta del literato, Carmen Hernández Picazo, ha destacado que el lenguaje de Juan Ramón Jiménez es "el lenguaje del alma, por eso llega a todo el mundo". Hernández ha recordado que en la obra del andaluz subyace "una sutil crítica", ya que reflejó las vidas de los más necesitados de Moguer, su localidad natal, por lo que su obra más célebre estuvo censurada en la España franquista hasta 1947.

"Evidenciaba las carencias de la sociedad", ha recalcado la descendiente del poeta, una denuncia que le llevó al exilio junto a su esposa, Zenobia Camprubi, a la que dedicó los versos de su obra 'Diario de un poeta recién casado'.

Juan Ramón Jiménez fue un "exiliado triste", a quien los médicos diagnosticaron estar "muriendo de pena" en Puerto Rico, ya que "necesitaba su España, sus raíces y su lengua", según ha recordado su sobrina nieta en el acto de conmemoración del centenario de la publicación de su libro más famoso.

Además de las palabras de Hernández y la alcaldesa de Madrid, en el homenaje al escritor también ha participado la actriz Silvia Marsó, que ha recitado las primeras páginas de 'Platero y yo' ante los asistentes al acto que ha tenido lugar en la sede de la Fundación Mapfre tras el descubrimiento de la placa.