Vuelve Conan

El actor Jason Momoa es el nuevo Conan y está en Madrid para hablar de la película que se estrena el próximo 19 de agosto, casi 30 años después de que Arnold Swarzeneger interpretara al primer bárbaro. Dirigida por Marcus Nispel, la película mantiene la filosofía del eterno Conan.

Conan el Bárbaro, regresa a la gran pantalla interpretado por el colosal hawaiano Jason Momoa, popular por su participación en la serie "Juego de tronos". En una adaptación que ha buscado regresar al icónico héroe casi mitológico y ser fiel a la obra original del creador de Conan, Robert E. Howard, la cinta llegará a los cines el 19 de agosto en formato 3D y ha sido dirigida por Marcus Nispel ("La matanza de Texas" "El guía del desfiladero" y "Viernes 13").

"Ha sido un montón de trabajo y muy duro. Nunca antes había interpretado a un protagonista, llevaba todo el peso a mis espaldas y eso da un poco de miedo, quieres hacerlo lo mejor posible... Pero a la vez, llevo 12 años trabajando para poder llegar a este punto, así que estoy emocionado y espero que a la gente le guste", explica Jason Momoa.

Su debut en el cine llega precedido por el éxito de la serie "Juego de Tronos", en la que interpreta al caudillo Khal Drogo y que define como una experiencia "increíble" con un "privilegiado" calendario de trabajo que le permitía invertir mucho tiempo y esfuerzo para preparar cada escena antes de rodar.

En Conan, por contra, ha trabajado contra reloj, e incluso ha habido escenas de lucha que ha preparado "en el aparcamiento, justo antes de entrar al rodaje" de una película que ha contado con 90 millones de dólares de presupuesto y ha sido rodada en Bulgaria.

"Cuando terminamos la película grité (aliviado) '¡Ya está!'. Sangraba por todas partes, estaba plagado de cicatrices... pero a los cuatro meses ya lo echaba de menos y me encantaría volver a interpretarlo", confiesa.

En esta versión, el guerrero cimerio nacido en el fragor de la batalla que en lugar de leche sólo alcanza a probar la sangre de su madre muerta, es testigo de la aniquilación de su pueblo y el asesinato de su padre (Ron Perlman) por Khalar Zym (Stephen Lang). Zym es un villano que con la ayuda de su hechicera hija (Rose McGowan) quiere doblegar al mundo y retornar de entre los muertos a su esposa, que era una hechicera.

Conan deberá, con su particular moral y primitivo sentido de la Justicia, enfrentarse a todo tipo de horrores, hechizos y maldad para vengar a su pueblo y devolver sana y salva a su hogar a Tamara (Rachel Nichols), una joven "monje" cuya sangre pura es imprescindible para que Khalar Zym consume sus pérfidos planes.

Para meterse en la piel del guerrero, Momoa ha querido hacer tábula rasa y ha renunciado a ver las versiones de John Milius protagonizadas por Arnold Schwarzenegger en 1982 y 1984, que fueron las películas que lanzaron a la fama al musculoso actor devenido en político. "No las había visto antes de conseguir este papel y después no me pareció buena idea, quería aportar mi propia perspectiva al personaje. Nunca he hecho un papel que ya hubiera sido interpretado antes y no quería que nada me influyera", explica.

Sí han pesado, en cambio, los libros de Conan, con los que el actor asegura haber crecido, así como las ilustraciones del dibujante de cómics Frank Frazetta, rebosantes de oscura sensualidad y que plasmaron como nunca antes la atmósfera de ese mundo de "espadas y brujería" que es la Era Hyboria.

Una era en la que la supervivencia requería de espada y mucho músculo: Momoa, que mide 1,93 y aunque es deportista nunca había ido a "machacarse" al gimnasio, tuvo que entrenar "como nunca antes" para aumentar su masa muscular.

"Es interesante y sorprendente ver cómo cambia tu cuerpo, tu forma de andar... Fue divertido pero duro, con una dieta muy rigurosa y restrictiva, prácticamente a base de pechuga de pollo", agrega el actor, que tras el rodaje salió disparado hacia Italia, donde se regaló buenos festines de queso y pasta.