'Stockholm' y '3 bodas de más' triunfan en los primeros Premios Feroz

"Stockholm" y "3 bodas de más" triunfan en los primeros Premios Feroz
Stockholm |Telemadrid

Lo pequeño se hizo grande esta noche en la entrega de los primeros Premios Feroz de la Asociación de Informadores de Cine de España (AICE) con el triunfo de Stockholm, una cinta de reducido presupuesto y financiada con micromecenazgo, como mejor película dramática. "Es un sueño, no sabemos qué decir ni qué hacer", dijo un sorprendido Rodrigo Sorogoyen, también nominado como mejor director novel en los Goya.

La comedia ganadora de la noche, por encima de La Gran Familia Española, resultó ser 3 bodas de más, dirigida por Javier Ruiz Caldera, que subió al escenario de los Cines Callado con todo el equipo, incluida una vibrante Inma Cuesta vestida de amarillo, que no logró conquistar el feroz a la mejor actriz.

Esa estatuilla fue para la favorita, Marián Álvarez, que ya se llevó la Concha de Plata en San Sebastián y que sigue sumando puntos para el Goya por su dolorida y desorientada Ana de La Herida, otra película de pequeño presupuesto, que al igual que Stockholm, no tenía ni siquiera garantía de llegar a las salas cuando la estaban rodando.

ANTONIO DE LA TORRE, MEJOR ACTOR

En la categoría masculina, Antonio de la Torre fue el vencedor por su frío Caníbal. El malagueño fue de los pocos que tuvo un discurso de agradecimiento algo más político cuando, citando a Mandela y al barrio del Gamonal, dijo que "todas las batallas se pueden ganar". "La batalla contra la desigualdad la podemos ganar, porque somos más, mejores y porque tenemos razón", puntualizó.

Otro de los triunfadores de la noche en esta ceremonia que se presenta por primer año como antesala de los Goya, una especie de Globos de Oro a la española, fue David Trueba, que ganó el "feroz" al mejor director y al mejor guión por Vivir es fácil con los ojos cerrados. "Suelo perder siempre, supongo que lo habéis hecho para dar la nota", bromeó el director, que acumula más de una decena de nominaciones a los Goya.

Si el premio al mejor guión se lo dedicó a los periodistas -entre los que él mismo se incluye, al igual que De la Torre-, con un recuerdo especial a Concha García Campoy, el segundo fue para su productora, Cristina Huete, y para el resto de nominados en su categoría. "Cualquiera que ha sacado adelante una película este año se merece, no un premio sino un homenaje de la Agencia Tributaria", afirmó.

Las Brujas de Zugarramurdi, que partía con seis candidaturas, se llevó las de los actores de reparto, Terele Pávez y Mario Casas, mientras que Hugo Silva o Alex de la Iglesia, también finalistas, se fueron de vacío.

Si Pávez se lo agradeció a De la Iglesia y se lo dedicó a su hijo, los agradecimientos de Casas llegaron en grabación de vídeo desde Colombia, donde está rodando Los 33 con Antonio Banderas.

La mayor ovación de la noche, no obstante, fue para José Sacristán, que recogió de manos de Gonzalo Suárez el Premio de Honor, por sus 50 años de trayectoria. "Que el aullido de este feroz sea largo y profundo, y que nos reconozcamos todos", pidió el actor. "Nos necesitamos todos, peliculeros y pregoneros, en un frente común en defensa de la película española", añadió.

Y el Premio Especial a la película que hubiera merecido una mejor trayectoria comercial fue para Ilusión de Daniel Castro.

Pedro Almodóvar sólo subió al escenario para recoger el premio al mejor tráiler por Los amantes pasajeros, que tenía cinco nominaciones, y lo tuvo que compartir con otra pequeña, Gente en sitios, de Juan Cavestany.

Presentada por la actriz Alexandra Jiménez, con guión y dirección de Paco Cabezas, la gala arrancó con el propósito de que la industria del cine "se ría de sí misma". Y lo consiguió a ratos. Sobre todo en los monólogos de la presentadora y en vídeos en los que se bromeó con el poco éxito del cine español en la calle o con la muerte de Bob Esponja, y menos con los actores que ayudaron a entregar premios disfrazados de el tsunami de Lo Imposible o de Pancho de Verano Azul.

En la sala principal de los Cines Callao, las filas de butacas fueron sustituidas por mesas redondas, mientras que en el exterior, hubo ocasión de ensayar paseíllo por la alfombra roja, donde destacaron sobre todo los atrevidos amarillos de Inma Cuesta y Aura Garrido.

La mayor ovación de la noche, no obstante, fue para José Sacristán, que recogió de manos de Gonzalo Suárez el Premio de Honor, por sus 50 años de trayectoria.

"Que el aullido de este feroz sea largo y profundo, y que nos reconozcamos todos", pidió el actor. "Nos necesitamos todos, peliculeros y pregoneros, en un frente común en defensa de la película española", añadió.