Niña Pastori le hace un quite al flamenco para hacer su disco más "cañero"

Distinto y diferente son las palabras que María Rosa García, que "igual responde" si la llaman María, que Niña, que Pastori, repite como un mantra para explicar por qué en su último disco, "La orilla de mi pelo", le ha hecho un quite al flamenco. "Me aburro de hacer siempre lo mismo", asegura a Efe.

Ha llegado a la edad de Cristo y tiene una hija de 3 años -Pastora, como la abuela materna-, pero presume de tener la misma curiosidad y el mismo atrevimiento que cuando, hace 16 años, rompió moldes, echándose encima a los guardianes del flamenco puro, con "Tú me camelas".

Por eso, para no caer en la monotonía de la repetición, en este disco, que saldrá a la venta el próximo 24 de mayo, la "sonanta" ha sido sustituida por guitarras eléctricas y acústicas y sólo hay "una pincelaíta" jonda en uno de los temas, escritos, al alimón con su marido, Julio Jiménez, "Chaboli", también responsable de los arreglos y la producción.

"Intento que todos los discos sean diferentes y este es muy alegre, cañero y divertido. Quiero hacer cosas distintas porque me aburre seguir la misma línea, el mismo estilo. Es cierto que tengo un público fiel pero también le gusta que cambie. No podría repetir pero es que, además, repetir no es tan fácil", insiste.

"La orilla de mi pelo" (Sony), que ve la luz dos años después de "Esperando verte", el primero que compuso con Chaboli, nace, pues, del "nervio" que tiene por probar, investigar y no cerrarse a nada.

En este CD cuenta con músicos como el batería Nathaniel Townsley y el guitarrista Jan Ozveren, ambos habituales de Alejandro Sanz.

"Vengo del flamenco, es verdad, una música muy rítmica, y sería una pena no explorar por ahí. Yo venía del más tradicional, el de cantaora y guitarrista, y, de repente, hice algo que rompía con todo eso y los puristas se metieron conmigo pero cada vez están más acostumbrados", afirma la artista gaditana.

Para el primer single han elegido el tema que se titula como el disco y que es "el que más rompe, el más sorprendente, el más distinto", subraya de nuevo.

Le da pena que, casi con seguridad, sólo habrá un single a pesar de que hay otros temas, como "Cuando te beso", que tienen "lo suyo".

"Es una pena pero la industria discográfica está como está y esta es la tónica ahora. Del primer disco vendí mucho y aún más de los siguientes, pero yo ya noté la crisis con el anterior disco, aunque es verdad que no soy de las que pueden quejarse. La vida me sonríe", afirma.

Le atrae grabar, el trabajo de investigación, de pruebas y de concentración que conlleva, pero lo que más le complace es el contacto con el público, "el aquí te pillo, aquí te mato", dice.

Con este disco se siente "muy positiva" pero es que, revela, si algo la define es su actitud "a favor", pensar siempre que "si no se sale por un sitio, se sale por otro".

"Pocas veces he estado en el lado negro porque yo siempre quiero mirar para adelante. El que canta -se ríe- su mal espanta".

La artista vive durante el invierno en Madrid y en primavera y verano se traslada a su tierra aunque eso va a cambiar radicalmente en cuanto su hija empiece el colegio, porque ella quiere que esté escolarizada en su "casa", en Cádiz.

"Mi niña me ha cambiado muchas cosas, ya está perdido eso de 'vamos a cenar' o 'vamos a salir por ahí' pero también me ha dado unas prioridades que antes no tenía", resume feliz